¡Esculturas y fotografías! La
artista visual Cristina Planas, inaugurará la exposición “Así Sea”, proyecto
que a través de esculturas y fotografías pone en evidencia la manera como la
muerte llega a ser mucho más que un proceso inherente en la humanidad. El “Así
Sea”, como final de una oración, es una exploración de carácter religioso y
alude al relato bíblico a través de la figura de la misma artista.
La exhibición se abrirá desde el próximo jueves 4 de octubre,
a las 7.30 p.m., en la Sala Luis Miró Quesada Garland, de la Municipalidad de
Miraflores. Precisamente, el sociólogo Gonzalo Portocarrero dice al respecto: “La
muestra Así sea es una oración personal
donde Cristina Planas enfrenta el abrumador sentimiento de la muerte con
la perentoria necesidad de la
esperanza. La artista trata de conjurar
el horror, le da forma, lo nombra. Y busca refugiarse de su invasión con sus imágenes y afectos
familiares. No se trata de un discurso
pastoral, tranquilizador, es sobre todo una exhibición de sus desgarros e
incertidumbres.”
De otro lado, Portocarrero explica “Pero si esta muestra no es un exhibicionismo, si es capaz de
golpearnos, es porque da forma a inquietudes compartidas. Y ciertamente vivimos
en una época compleja, donde hay muy
pocas certezas y demasiados vacíos. Una época que esconde la muerte y el límite
y que exalta la juventud y el desenfreno como valores supremos. Una época por
tanto superficial y veladamente
angustiante pues el culto de lo
efímero no ayuda a dar cara a la realidad desmedida de la muerte.”
Asimismo, el sacerdote
Joaquín García, del Centro de estudios Teológicos de la Amazonía comenta: “Planas
interpreta desde su experiencia interior más íntima el paso al más allá. [...].
Esta artista agota la semilla de la muerte que lleva adentro en cada momento,
en una paradoja entre la angustia y la esperanza. [..]. Pero este padecer
constante, este morir sin límite, cobra sentido pleno en Cristo (por algo lleva
el mismo nombre en femenino, Cristina), en el cuya incertidumbre se van
apareciendo poco a poco las respuestas. Le invade una certeza que transciende a
las pequeñas o grandes dudas de la existencia en este duro trajinar por el
mundo. Será un avance hacia la conquista de la vida más allá de esta caduca
mortalidad del existir. Es el gozo de la esperanza, el dolor para salvarse más
allá de la vida”.
Venciendo el miedo al que nos
invita el pudor, esta exposición nos invita a confrontarnos con la ambigüedad en que se enraíza nuestra
existencia. Solo desde este contacto peligroso con lo incierto es posible
encontrar los entusiasmos que hagan que
la vida valga la pena de ser vivida.