A propósito
de la Muestra de Cine Independiente Peruano, charlamos con la joven escritora y
realizadora Tilsa Otta, quien participa con su corto “Dios es niña”. Tilsa
estudió Dirección de Cine y Fotografía. Ha realizado cortometrajes y vídeo experimental, además de actuar en películas independientes.
http://www.youtube.com/watch?v=fvNXV4g_xXI
http://www.youtube.com/watch?v=fvNXV4g_xXI
Su documental "Gracias por la música del Perú" fue exhibido en PeruFest en Nueva York (USA). Asimismo, ha publicado los poemarios "Mi niña veneno en El Jardín de las baladas del recuerdo" (2004) y "indivisible" (2007). Su poesía forma parte de antologías en Perú, Argentina y México. Sus comics se incluyen en Venus ataca: selección de historietas de jóvenes ilustradoras (Contracultura, 2010). Fue colaboradora del proyecto latinoamericano-alemán Los Superdemokráticos.
-Sabemos
más de tus cuentos, tu poesía, y lecturas literarias pero poco de tu labor como
realizadora, ¿cuéntanos cómo surge esta actividad?
-Mi amor por el cine empezó en la adolescencia, al igual que mi romance con la poesía. Pero la poesía nunca quise estudiarla, sentí que era muy rebelde para las aulas, ella sobre todo. La poesía estaba afuera y siempre tuvo más que ver con desaprender. Cuando asumí que estudiar una carrera podía ser efectivamente una buena idea de la sociedad estudié Dirección de cine. Considero que aún estoy desarrollando una voz, un “discurso”, un estilo. Hacer una buena película es una empresa gigante. Si cabe la analogía, diría que escribir poesía es como ser un ángel y hacer cine es como ser dios. Es una profesión mucho más exigente.
-En la
Muestra de Cine Independiente exhibirás tu corto “Dios es niña”, ¿qué urdes en
este trabajo?
-Dios es niña, trata sobre asuntos que tienen una vigencia innegable, inquietudes y desórdenes que influyen y confluyen en el inconsciente colectivo; por ejemplo: qué implica ser Dios en nuestra época, y cómo los medios manipulan la información, reinventan la realidad y la recrean según intereses de terceros: corruptos, candidatos, prófugos o el monstruo gigante que crearon: el público cautivo y hambriento. También trata sobre una sensibilidad creciente, mística y apocalíptica y la necesidad de encontrar e interpretar señales para entender un mundo cada vez más confuso.
-Tu
incursión en el cine independiente se da de manera progresiva. Voz en off, como
actriz, co guionista para finalmente dirigir tus propias producciones… ¿es la
fórmula ideal?
-No es una
fórmula ideal. Es sólo el tiempo, las oportunidades que se dan y el momento en
el cual estamos preparados para asumir retos mayores.
-Además de
la música, la religión, lo mediático, lo apocalíptico, ¿que otros teman urde tu
lenguaje cinematográfico?
-Creo que hay mucho sentido del humor y una mirada inevitablemente amorosa que transita por el estrafalario límite entre la cultura popular y la incultura viral. En el futuro habrá más romance y escenas de acción.
-Tu filmografía incluye: Gracias por la música Perú. 2011, Dios es niña. 2012, El hombre de la casa. 2012, El amante sin cuerpo. 2012, ¿Cómo se ha dado tu proceso de desarrollo entre un trabajo cinematográfico y otro?
-El desarrollo de la idea y el guión siempre ha sido sencillo. Es el momento de producción el que tarda más, sobre todo porque hasta ahora he asumido todas las labores de producción además de la de realización. Por ello, el proceso entre un corto y otro no ha respondido a un meticuloso proceso de planificación, sino a las circunstancias y disponibilidad de los participantes.
-En algún
momento señalaste que tus cortos cada vez son más largos, ¿estás preparando tu
primer largometraje?
-He empezado el guión de un largo pero falta muchísimo.
-¿Cómo
observas el desarrollo del Cine Independiente en el país?
-Las condiciones han mejorado con las facilidades que ofrece el cine digital, el cumplimiento de la ley de cine que se traduce en los premios de dicine (cuyas bases están pendientes de revisión) y el surgimiento de festivales como Lima Independiente, Transcinema y Fiacid, entre otros factores. Sin embargo, esto no significa que el cine “independiente” esté superando sus limitadas condiciones de producción y exhibición y esté saliendo del pequeño circuito de cine clubes gratuitos que, a pesar de su valiosa labor, no implican su desarrollo y expansión. El cine “independiente” debe asumir estrategias comerciales sin traicionarse a sí mismo. A mí me encantaría dirigir a Guillermo Rossini, Angie Jibaja, Mónica Delta y otros actores populares y hacer historias con las que la gente pueda identificarse y recordar y darse cuenta y reírse y deprimirse un poco. También estoy de acuerdo con que la cuota de pantalla es probablemente la única forma de ganar un lugar en la cartelera de multiblockbusters.