jueves, 26 de septiembre de 2013

Sergio Velarde: “Las obras de teatro independiente gozan de un nivel apreciable”



Actor, comunicador, y crítico de teatro, Velarde considera que si la cartelera alternativa ofrece una buena oferta es porque existe también demanda



Al mes, aproximadamente, más de seis obras de teatro independiente se estrenan en nuestra capital. ¡Sí señores! Todos los días y los meses del año, un sin números de jóvenes actores, directores, guionistas, diseñadores de vestuario, productores, músicos, trabajan de manera cuasi anónima actuando, dirigiendo, adaptando, y estrenando sus montajes, aquellos que pese a no contar con una convencional sala, y toda la parafernalia que implica montar una puesta en escena en un espacio tradicional o simplemente de no manejar los respetables presupuestos para pagar a su equipo, y a las campañas de promoción a través de  anuncios en los medios oficiales: prensa escrita, radio, televisión, cuenta con un público cautivo que cada día, sin hacer tanta “pose mediática” y/o “bulla”, crece de manera auspiciosa.  

Precisamente, una de las personas que sigue de cerca el trabajo teatral independiente, es el actor, comunicador y crítico de teatro Sergio Velarde, director además de la publicación digital “El oficio crítico”, con quien charlamos al respecto.



-Hablemos del teatro independiente. De aquel que los medios oficiales y el público mediático se niega a ver… ¿Cómo lo observas?
-He tenido la suerte no sólo de observarlo, sino de vivirlo en carne propia. Estuvimos haciendo temporada en junio en el Club de Teatro de Lima con la obra ¿Qué hiciste Diego Díaz? de Cristian Lévano, una obra muy divertida que sacamos adelante todos los involucrados prácticamente de la nada. Pero a pesar de las dificultades, muchos grupos de teatro logran estrenar sus proyectos y tienen siempre público. Percibo que la gente joven está interesándose cada vez en el teatro. Quién sabe si lo hacen solo por salir de figurante en televisión, pero lo cierto es que existen actualmente innumerables talleres de actuación y todos están llenos de chicos con talento por descubrir y pulir.     

-¿Crees que ha crecido el número de grupos y/o elencos independientes?
-Desde que empezó el año he tratado de ver todos los estrenos independientes de los que tuve conocimiento, y no los he podido ver todos; debo reconocer que esto se debió no solo a la cantidad de temporadas habidas, sino también a lo cortas que se han vuelto. Si existe tanta oferta es porque debe existir mucha demanda, no hay otra posibilidad.



-¿Qué implica todo este crecimiento?
-Una gran responsabilidad por ofrecer un buen producto y hasta cierto punto, se convierte en una sana competencia entre las diversas agrupaciones, que tratan de ganarse rápidamente a un sector del público en un promedio de 4 o 5 semanas. Puedo afirmar que el 90% de los espectáculos teatrales independientes que he visto este año, han tenido un nivel apreciable y que no tienen nada que envidiarle a los de teatro comercial.

-Que nos puedes decir sobre las producciones en tanto dramaturgia, preparación escénica, (desplazamiento escénico de los actores), estéticas, dirección…
-Algunas obras de autores peruanos estrenadas este año han alcanzado un envidiable nivel de calidad, como La visitante, de Julia Thays; Carne de mujeres, de Paco Caparó; ¡Baila con la muerte! de Maritza Núñez; o El otro aplauso, de Diego La Hoz, por citar algunos ejemplos. Creo que ante todo, los montajes de teatro independiente han ganado un grado muy alto de profesionalismo; se aprecia disciplina y dedicación de parte de todos los involucrados, especialmente de los actores, que lo dejan todo en el escenario, cada uno en su particular registro. Intuyo que me será muy difícil hacer el recuento de lo mejor del teatro independiente de este año en mi blog El Oficio Crítico.    



-Las condiciones para producir una pieza de teatro independiente siguen siendo rudimentarias…
-Creo que a estas alturas del partido, cada grupo sabe ingeniárselas para ofrecer un espectáculo de calidad, sin necesidad de contar con grandes producciones. Por citar un ejemplo: ¿Qué hiciste Diego Díaz? tuvo buenas comentarios, y solo contamos con la caja negra, las luces de la sala, algunos elementos de utilería y mucha creatividad e imaginación por parte del director.

-Existe alguna entidad privada, estatal o municipal que incentive estas producciones teatrales o los chicos se manejan solos… 
-Cada grupo en particular se encarga de encontrar sus propios auspiciadores, algunos los consiguen y otros, no. En todo caso, y haciendo un balance general, cada estreno independiente que he visto este año ha tenido una adecuada producción y cada uno, a su manera, ha logrado salir adelante.



-¿Qué destacas de todo esta labor, de todo este trabajo teatral?
-Es indudable que el arte es demasiado importante para todos nosotros, no solo como seres humanos, también como comunidad. El teatro siempre será aquella oportunidad que tenemos todos los que lo ejercemos, de crecer no solo como artistas, sino como personas. No solo entretiene, sino que nos sirve de reflexión.      

-Realmente es admirable como los colectivos de jóvenes que se dedican por completo al teatro independiente sigan adelante…
-La perseverancia y la dedicación de los jóvenes directores, productores y actores independientes son encomiables. He tenido oportunidad de viajar y participar en festivales internacionales de teatro, y nuestros montajes no tienen nada que envidiarles a los extranjeros. Puedo afirmar que tenemos calidad, y muy alta.

-¿Qué papel juegan espacios como el Teatro Racional, el Mocha Graña, el Galpón Espacio, la Casa Espacio Libre, la sala del Cafaese?
-Un papel crucial, pero también muchos más como el Club de Teatro, el Teatro El Olivar, el Auditorio Miraflores o la AAA. Son espacios que todos conocemos y que algunos deberían visitar más seguido. Son lugares que se han convertido, todos ellos, en nuestro segundo hogar.  



-De otro lado, ahora contamos con jóvenes dramaturgos, directores, o en todo caso actores que dirigen. ¿En qué nivel se encuentra toda esta movida?
-Me parece saludable que exista el riesgo, solo así se pueden lograr espectáculos diferentes y originales. Siempre he pensado que la práctica es lo que te forma en escena finalmente, nunca vas a saber si haces bien tu trabajo, si no lo muestras ante un público. Bienvenidos todos aquellos jóvenes que quieran intervenir en obras de teatro; eso sí, deben hacerlo con responsabilidad.

-¿Es favorable que los jóvenes escriban sus propias dramaturgias?
-Por supuesto, y mejor aún que sean estrenadas, que es la etapa final. Con respecto a su publicación, sé que es más complicado, salvo por algunas contadas excepciones, como la revista Muestra de Sara Joffré.



-¿Cómo observas al teatro que se hace en los Conos. Lima Norte, Sur…?
-He visto los trabajos del Consorcio Cultural “La Compañía” de Los Olivos, dirigido por Arturo Fernández, que fomenta el teatro en los jóvenes, logrando que muchos de ellos dejen de ser solo promesas de la actuación, como Martín Sepúlveda, Roger Guerrero, Miguel Cano o Sandra Quiroz. El año pasado fui jurado de la Muestra Regional de Teatro Costa Centro, a cargo del grupo Haciendo Pueblo de Comas; y del Primer Festival de Arte Amateur de Lima Norte, a cargo del grupo Escenario; pude apreciar que la movida teatral es muy fuerte y participa mucha gente joven con mucho entusiasmo.

-Ellos manejan toda una tradición de trabajo en sus barrios, ¿no?
-Así es, y ellos tienen una gran responsabilidad: inculcarles a los jóvenes la responsabilidad y la mística que todo teatrista debe tener.


-La pregunta viene porque no me parece que este tema de la dramaturgia se monopolice al fomento y divulgación de un par de dramaturgos consagrados cuando en realidad vienen trabajando muchos autores…
-No tengo nada en contra de los dramaturgos ya consagrados, pues sus obras hablan por sí solas de su calidad. Sí pienso que debería haber más concursos de dramaturgia, para que se descubran nuevos valores de la dramaturgia o en todo caso, se les dé chance de llevar sus textos a escena, para ser confrontados con el público.

-Sala de Parto, es el segundo concurso de una institución privada que fomenta la creación dramatúrgica. ¿Qué opinas al respecto?
-Saludo cualquier proyecto que tenga como objetivo fomentar la dramaturgia peruana. Supongo que los resultados de Sala de Parto confirman que la excelencia en dramaturgia peruana se encuentra focalizada en las canteras del grupo de teatro La Plaza, pues los ganadores son o egresados de la Universidad Católica (Luis Alberto León, Mariana Silva, Vanessa Vizcarra, Esteban Phillips), o alumnos de Alonso Alegría, dramaturgo homenajeado en dicho evento y además, profesor en la Católica (Ángelo Condemarín, Daniel Amaru Silva), o hijos de actores recurrentes en ese teatro, como Miguel Iza y Hernán Romero (Franco Iza y Patricia Romero). No dudo que las obras ganadoras deben ser excelentes; y que se consideró en la convocatoria a un amplio número de postulantes, provenientes de diversas escuelas. Mis felicitaciones a los ganadores.



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