viernes, 27 de marzo de 2015

Paloma Reaño: “Pesopluma llegará desde México hasta Argentina”






Sello editorial planea descentralizar sus ventas con el objetivo de llevar sus libros a diferentes ciudades del país así como posicionarse en la región





Foto: Rosana López Cubas



Desde hace más de diez años el nicho de negocios referido a las editoriales independientes locales crece y se fortalece. Si bien su vocación es fundamentalmente artístico - literaria, apuntan a una rentabilidad sostenida y también cumplen un rol de vital importancia: fomentar, promover y dinamizar la cultura en nuestro país a partir de la publicación de una serie de obras literarias de escritores locales e internacionales, noveles y consagrados.

Es precisamente en esta coyuntura y motivados por su pasión por las letras, las ilustraciones, el diseño, que hace cuatro meses irrumpió en este mercado la editorial Pesopluma, dirigida por Paloma Reaño, Teo Pinzás, ambos editores, y Carlos Vela, administrador de empresas. Así, la novel editorial inició sus actividades con la reedición y publicación de Crónica de San Gabriel, primera novela de Julio Ramón Ribeyro (Premio Nacional de Novela de 1960), para su serie Crisálida, destinada a rescatar las primeras obras de autores clásicos.

Asimismo, y cumpliendo con su agenda de publicaciones, hace algunos días Pesopluma presentó Antimateria - Gran Acelerador de Poemas, tercer poemario de Tilsa Otta, y primer título de la serie Iceberg, dedicada a autores jóvenes. Para charlar al respecto, Lima en Escena entrevistó a Paloma Reaño.


Foto: Pesopluma



-Pesopluma es el sello más joven del segmento editorial independiente peruano. ¿Cuál es el principal desafío de este negocio que viene creciendo de manera sostenida en el Perú?

-Ahora mismo, prolongar los beneficios tributarios que brinda la Ley del Libro. Es importantísimo que se prorrogue esta ley, pues no solo permite dinamizar la producción editorial sino porque es necesario que el Estado asuma su papel en materia de cultura. Precisamente ahora se hace evidente la invisibilidad del sector cultural en la política de los gobiernos y el desdén y desconocimiento con que los funcionarios abordan estos temas. Precisamente la lectura genera conocimiento y fomenta la libertad de pensamiento, por lo que no debería ser relegada ni constantemente marginalizada, como viene siendo.

Las limitaciones de nuestras políticas culturales tienen consecuencias directas en la ciudadanía, en la calidad de vida y el futuro no tan lejano del país. Esto es fundamental y creo que debería llamar la atención de todos. Por otro lado, un reto a menor escala, digamos, es dinamizar el sistema de distribución convencional e involucrarnos más en este procedimiento. Es decir, hacer uso de canales de venta no convencionales como por ejemplo las redes sociales y nuestra página web.

-Frente al conglomerado de negocios similares, ¿cuál es la variante, el plus de Pesopluma?

-Nos gustaría pensar en su presencia a nivel Latinoamericano. Estamos trabajando en algunas alianzas para ello.

-Nada fácil si se toma en cuenta el posicionamiento de las grandes editoriales. Las transnacionales digamos…

-Difícil pero no imposible. Una de nuestras metas a mediano plazo es distribuir nuestros libros desde ciudades estratégicas para agilizar la llegada internacional. Lo primero es lanzar nuestra página web, que estará lista prontísimo, y, por supuesto, seguir trabajando de manera conjunta con las librerías, lugares fundamentales para la visibilidad de la producción editorial. 

Y aquí la función de los libreros es clave. Nos gusta pensar en las librerías como lugares de encuentro e intercambio, donde los lectores encuentren lo que van a buscar pero también descubran nuevas curiosidades y se familiaricen con lo nuevo. Entre ello, nuestro sello. Hoy llegamos a los lectores a través de las redes sociales (hacemos delivery) y las principales librerías del país, algunas de las cuales tienen sucursales en provincias.



Foto: Pesopluma


-A propósito de la distribución en provincias, ¿Pesopluma tiene planeado incursionar en el mercado regional?

-¡Claro! Apostamos por la descentralización no solo como una manera de potenciar el posicionamiento de la editorial, sino porque lo consideramos necesario para articular el intercambio cultural en nuestro país. Así también con las ferias nacionales.

-¿Los canales de comercialización de Pesopluma son viables para penetrar en provincias?

- Sí. Al ser una editorial nueva, nosotros mismos decidimos involucrarnos en el trabajo de distribución. La logística y los costos para llegar a algunos puntos del país pueden tornarse complicados, pero es un reto que asumimos y en el cual estamos trabajando ya que consideramos fundamental descentralizar el acceso a nuestras publicaciones.

-¿Cuáles serían los puntos de venta en provincias?

-Hay diversos puntos de reunión de lectores, pueden ser cafés, casas culturales,  bibliotecas, universidades, librerías locales, además de las distintas ferias del libro, las cuales tienen asegurada nuestra presencia. Y claro, cada lector es un posible “burrier” que puede llevar ejemplares a su lugar.

-¿Cómo les ha ido con su política de vender en el exterior?

- Lento pero seguro. Hoy estamos en la librería del Fondo de Cultura Económica en el centro de Bogotá, también en Metales Pesados en Santiago de Chile y pronto en Buenos Aires y Madrid. Por otro lado, con el próximo lanzamiento de nuestra página web que incluye un canal de ventas virtual, esperamos potenciar nuestra presencia internacional.  Eso sin contar que Crónica de San Gabriel ha tenido la suerte de acompañar a lectores por todo el mundo. 

De hecho,  la iniciativa Ribeyro Viajero en nuestro Facebook ha funcionado muy bien. Los lectores y amigos han enviado sus fotos desde Europa, Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Costa Rica, Francia, Inglaterra, Holanda… ¡hasta Grecia! Es satisfactorio que los lectores se involucren con el proyecto y lo demuestren. Es un álbum divertido.

-Esta campaña es un nocaut (KO) con guante blanco a las grandes editoriales…
- Solo hemos aprovechado la empatía que genera vender los libros nosotros mismos. Pesopluma les cuenta a los lectores la aventura que significa hacer un libro. Inversión, edición, diseño, publicación. Tienes en tus manos un libro hecho con mucho cariño, con historias. Y parece que esta emoción es contagiosa.   

-¿Qué nos puedes decir sobre el tema de la inversión?

- Somos tres miembros y todos aportamos tiempo y dinero en este proyecto editorial. Teo Pinzás  y yo somos responsables del catálogo y los servicios editoriales para terceros, mientras que Carlos Vela, el director comercial, proyecta la sostenibilidad financiera y el crecimiento continuo de la empresa.

-¿Cómo les ha ido con Crónica de San Gabriel, la primera novela de Julio Ramón Ribeyro?

-Como experiencia fue muy enriquecedora. Nos esmeramos en la presentación del libro como objeto, o sea en la definición de su formato, el diseño de portada, etc. Y la publicación fue bien recibida en el “año Ribeyro”, con lo que pudimos planear nuestros siguientes lanzamientos a muy corto plazo. Por ejemplo, la publicación de Antimateria en una edición de lujo. Recién tenemos dos títulos, pero cada uno marca una serie. Para Crisálida, que propone reediciones de primeras obras de autores ya consagrados, hemos definido un material y un formato más bien clásico. 

Para Iceberg, en cambio, por tratarse de autores jóvenes, planteamos un diseño único acorde con el contenido. Cada obra de esta serie determinará su propia materialidad. En Crisálida la seducción está en el autor, pues se entiende que su obra guarda un sentido o cierta coherencia, por lo que sus primeros cuadernos son fundamentales. Pero por otro lado, con la serie Iceberg celebramos la irrupción del mundo que provoca todo libro, sobre todo cuando su voz es joven o relativamente nueva.





-¿Qué líneas manejarán?

-Tenemos aterrizadas tres series: Crisálida, que publicará los primeros cuadernos de escritores clásicos latinoamericanos; Iceberg, dedicado a autores jóvenes; y Bitácora de Artista, para cómics, novelas gráficas y libros ilustrados. Esta última serie abre con un libro de Amadeo González, reconocido artista gráfico y muy amigo de la casa. Además, tenemos en línea dos reediciones para Crisálida: los tres poemarios de Luis Hernández publicados en vida, Orilla, Charlie Melnick y Las constelaciones, inhallables hoy en día en librerías; y Symbol, de Roger Santiváñez, un libro que marcó la producción poética de los años 90 con su lenguaje marginal y lumpen.


-Trabajar la primera novela de Julio Ramón Ribeyro, el último poemario de Tilsa Otta y el nuevo libro del artista Amadeo González no está mal para el catálogo de un joven sello…

-Estamos contentos con lo que hacemos, sí. La libertad para publicar lo que nos gusta es invaluable.

-Finalmente qué nos puedes decir sobre el poemario Antimateria - Gran Acelerador de Poemas, de Tilsa Otta

-Cualquier  persona, sea lector de poesía o no, va a disfrutar este viaje. Antimateria es un pequeño universo apasionante en sí mismo. Es un libro muy atractivo y, como siempre, la poesía de Tilsa se presenta fresca y lúcida. Es una poesía de lo factible, una poesía hallada en lo cotidiano. Aquí, la lectura de un mensaje de texto, el número de un boleto de micro o una tarde echada en el gras bajo el sol de verano sirven de pretexto poético lo mismo que una serie de ADN decodificada, los quarks de la materia o las neuronas-espejo.


Foto: Rosana López Cubas