viernes, 28 de febrero de 2014

Ya salió El Hablador Nº 21




Más de una década en el segmento de las publicaciones digitales especializadas, la célebre revista de literatura estimula el constante debate entre los lectores






Luego de un periodo sabático, que incluyó la celebración de sus primeros diez años en el ciberespacio, la revista de literatura El Hablador presenta su esperado número 21, donde sobresalen distintos artículos que buscan replantear el análisis sobre ideas ya discutidas y estimular el constante debate entre los lectores.




En ese sentido, sobresale el texto de Giancarlo Stagnaro en torno al quehacer poético-detectivesco de Roberto Bolaño, en Estrella distante; la bipolaridad entre realidad y deseo, en La piedra alada, de José Watanabe; la herencia y el dinero en “Nombre falso”, de Ricardo Piglia; el realismo y la burocracia en Los gallinazos sin plumas, de Julio Ramón Ribeyro; el racismo y la exclusión social en La noche y sus aullidos, de Sócrates Zuzunaga, y Ese camino existe, de Luis Fernando Cueto. Asimismo, Gladys Vásquez nos muestra la divergencia entre historia y discurso en los quipus; Violeta Lemus ilustra el erotismo y la sexualidad como fuente de poder en el cine mexicano de ficheras; Rafael Ojeda escribe una crónica sobre el barrio de Montparnasse, en París; y Louis-Ferdinand Bats analiza la naturaleza iconoclasta en la poesía de Yves Bonnefoy.





En entrevistas, nos entrega la participación de Sergio R. Franco, quien conversa con Roger Santivañez en torno a su último libro, In(ter)venciones del yo. Escritura y sujeto autobiográfico en la literatura hispanoamericana (1974-2002). Asimismo, el escritor greco-francés Vassilis Alexakis hace lo propio con Laëtitia Soula sobre el quehacer literario y sus expectativas frente a la página en blanco. Además, Iván Teruel dialoga con Félix Terrones acerca de su ensayo El Perú escindido: Antagonismo estético e ideológico entre Arguedas y Vargas Llosa.

En creación, despunta el adelanto de la próxima novela de Francisco Ángeles, Austin, Texas 1979; como también los cuentos de Pedro Moreno, Mariano Vargas y Jim Anchante. En poesía, contamos con textos de Carlos Henderson, Raúl Mendizábal, Mario Wong, Laëtitia Soula, Henri Meschonnic y Ana Ávila.




Por su parte, en cuanto a las reseñas, destacan un conjunto de lecturas que no se detienen en aproximaciones pasivas; por el contrario, reflexionan críticamente sobre los aspectos más resaltantes de El camino de Ida de Ricardo Piglia, El héroe discreto de Mario Vargas Llosa, Memorias de un soldado desconocido de Lurgio Gavilán, Ella de Jennifer Thorndike, Mi libro enterrado de Mauro Libertella, La emancipación engañosa. Una crónica trasatlántica del boom (1963-1972) de Pablo Sánchez, Historias del más acá. Imaginario apocalíptico en la literatura peruana de Lucero de Vivanco Roca Rey, y Del testimonio a la autobiografía. Ángela Zago y su proyecto de escritura de Adlin de Jesús Prieto.


Sobre El Hablador:
Es una revista virtual de literatura nacida en el año 2003 por un grupo de estudiantes de Literatura de San Marcos. Acaba de publicar su edición número 21, y viene ya trabajando en su próxima edición, en la que volverá a tener un dossier, como en los primeros años de la revista. Cuenta siempre con una sección de artículos académicos, una de creación, donde se publican cuentos, poemas y adelantos de libros inéditos; reseñas de libros peruanos y extranjeros de reciente publicación; artículos de debate y opinión; y un buen número de entrevistas a escritores, críticos e intelectuales. Además, mantiene un blog con varios columnistas, que escriben constantemente sobre temas culturales. Actualmente es codirigida por Francisco Ángeles, Francisco Izquierdo-Quea y Giancarlo Stagnaro, quienes nos comentan qué implica crear y mantener por más de diez años una publicación virtual de literatura.


Giancarlo Stagnaro:

“Es una gran responsabilidad. No sólo con los colaboradores, sino con los lectores, que ciertamente se convierten a la vez en colaboradores. A pesar de la distancia geográfica entre cada uno de los miembros de El Hablador, este número ha sido posible gracias a la constancia y la tenacidad. Tenemos gente de la revista viviendo en París, en Filadelfia y en Nueva Orleans, así como también en Lima; estudiando un doctorado y enseñando materias afines a la literatura. Salir en internet es un indicativo de que las comunicaciones (correo electrónico, Skype, Facebook, Hangouts) funcionan cada vez mejor, al menos en nuestro caso. El Hablador es hijo de su tiempo, puesto que en estos días es imperativo manejar una presencia en internet. Así como lo es escribir y reflexionar acerca de lo que yo llamo “el quehacer literario”.


Francisco Ángeles:

“Mantener una revista de literatura por más de diez años implica una voluntad a prueba de balas: no ganas dinero, pero sí puedes ganarte enemistades; peleas para escribir artículos que probablemente nadie te comentará; mucho tiempo invertido con retribuciones que a veces tardan en llegar. Implica, por tanto, una pasión por la literatura, o en general por la cultura, y un compromiso con el conocimiento que me parece es uno de los aspectos que nos une. Implica, en segundo lugar, que el grupo que la constituye, que por muchos años ha sido esencialmente el mismo, mantiene un lazo realmente fuerte. A pesar de muchas discusiones y discrepancias, que son absolutamente naturales en grupos tan grandes y con tantos años de relación, de alguna manera todos hemos crecido y envejecido juntos. En este tiempo, cada uno ha tenido sus propias crisis personales y sus propios momentos de alejamiento, ya que los intereses de cada uno van cambiando, así como las etapas de su vida, de tal manera que la amistad ha sido tan importante como la literatura para sostener este proyecto. Como dijo Giancarlo, desde hace ya bastantes años estamos repartidos por varias ciudades del mundo, y a veces pienso que hacemos la revista solo como un pretexto para mantener la amistad, que sería por supuesto una de las razones más legítimas para continuar el proyecto. Pero eso, por supuesto, esa circunstancia personal no pone en segundo plano los efectos que ha provocado la relación que sostiene el grupo: aportar a la discusión cultural, proponer miradas y temas nuevos, ofrecer un espacio que no encontrábamos antes”.


Francisco Izquierdo-Quea:

“Responsabilidad. Hay lectores que siguen el proyecto desde su inicio, y cada vez hay más que se unen a él por un motivo particular. Para cualquiera de ellos, el especializado, o el que simplemente entra a curiosear una reseña o leer un poema, hay un trabajo previo de muchas semanas. No buscamos ofrecer lo mejor. Buscamos ofrecer algo que realmente valga la pena leer”.





Finalmente, invitamos a los lectores a visitar la Bitácora de El Hablador, pues su último relanzamiento continúa sosteniendo la disputa de argumentos en sus columnas, artículos y entrevistas. Además, anunciamos la publicación de la edición número 22 de El Hablador, programada para agosto-setiembre de este año. La convocatoria para la recepción de textos ya se inició. ¡No se la pierdan!

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