Más de una década en el segmento
de las publicaciones digitales especializadas, la célebre revista de literatura
estimula el constante debate entre los lectores
Luego de un periodo sabático, que
incluyó la celebración de sus primeros diez años en el ciberespacio, la revista
de literatura El Hablador presenta su esperado número 21, donde sobresalen
distintos artículos que buscan replantear el análisis sobre ideas ya discutidas
y estimular el constante debate entre los lectores.
En ese sentido, sobresale el texto
de Giancarlo Stagnaro en torno al quehacer poético-detectivesco de Roberto
Bolaño, en Estrella distante; la bipolaridad entre realidad y deseo, en La
piedra alada, de José Watanabe; la herencia y el dinero en “Nombre falso”, de
Ricardo Piglia; el realismo y la burocracia en Los gallinazos sin plumas, de
Julio Ramón Ribeyro; el racismo y la exclusión social en La noche y sus
aullidos, de Sócrates Zuzunaga, y Ese camino existe, de Luis Fernando Cueto.
Asimismo, Gladys Vásquez nos muestra la divergencia entre historia y discurso
en los quipus; Violeta Lemus ilustra el erotismo y la sexualidad como fuente de
poder en el cine mexicano de ficheras; Rafael Ojeda escribe una crónica sobre
el barrio de Montparnasse, en París; y Louis-Ferdinand Bats analiza la
naturaleza iconoclasta en la poesía de Yves Bonnefoy.
En entrevistas, nos entrega la participación de Sergio R. Franco, quien conversa con Roger Santivañez en torno a su último libro, In(ter)venciones del yo. Escritura y sujeto autobiográfico en la literatura hispanoamericana (1974-2002). Asimismo, el escritor greco-francés Vassilis Alexakis hace lo propio con Laëtitia Soula sobre el quehacer literario y sus expectativas frente a la página en blanco. Además, Iván Teruel dialoga con Félix Terrones acerca de su ensayo El Perú escindido: Antagonismo estético e ideológico entre Arguedas y Vargas Llosa.
En creación, despunta el adelanto
de la próxima novela de Francisco Ángeles, Austin, Texas 1979; como también los
cuentos de Pedro Moreno, Mariano Vargas y Jim Anchante. En poesía, contamos con
textos de Carlos Henderson, Raúl Mendizábal, Mario Wong, Laëtitia Soula, Henri
Meschonnic y Ana Ávila.
Por su parte, en cuanto a las reseñas, destacan un conjunto de lecturas que no se detienen en aproximaciones pasivas; por el contrario, reflexionan críticamente sobre los aspectos más resaltantes de El camino de Ida de Ricardo Piglia, El héroe discreto de Mario Vargas Llosa, Memorias de un soldado desconocido de Lurgio Gavilán, Ella de Jennifer Thorndike, Mi libro enterrado de Mauro Libertella, La emancipación engañosa. Una crónica trasatlántica del boom (1963-1972) de Pablo Sánchez, Historias del más acá. Imaginario apocalíptico en la literatura peruana de Lucero de Vivanco Roca Rey, y Del testimonio a la autobiografía. Ángela Zago y su proyecto de escritura de Adlin de Jesús Prieto.
Sobre El Hablador:
Es una revista virtual de
literatura nacida en el año 2003 por un grupo de estudiantes de Literatura de
San Marcos. Acaba de publicar su edición número 21, y viene ya trabajando en su
próxima edición, en la que volverá a tener un dossier, como en los primeros
años de la revista. Cuenta siempre con una sección de artículos académicos, una
de creación, donde se publican cuentos, poemas y adelantos de libros inéditos;
reseñas de libros peruanos y extranjeros de reciente publicación; artículos de
debate y opinión; y un buen número de entrevistas a escritores, críticos e
intelectuales. Además, mantiene un blog con varios columnistas, que escriben
constantemente sobre temas culturales. Actualmente es codirigida por
Francisco Ángeles, Francisco Izquierdo-Quea y Giancarlo Stagnaro, quienes nos
comentan qué implica crear y mantener por más de diez años una publicación
virtual de literatura.
Giancarlo Stagnaro:
“Es una gran responsabilidad. No sólo con los
colaboradores, sino con los lectores, que ciertamente se convierten a la vez en
colaboradores. A pesar de la distancia geográfica entre cada uno de los
miembros de El Hablador, este número ha sido posible gracias a la constancia y
la tenacidad. Tenemos gente de la revista viviendo en París, en Filadelfia y en
Nueva Orleans, así como también en Lima; estudiando un doctorado y enseñando
materias afines a la literatura. Salir en internet es un indicativo de que las
comunicaciones (correo electrónico, Skype, Facebook, Hangouts) funcionan cada
vez mejor, al menos en nuestro caso. El Hablador es hijo de su tiempo, puesto
que en estos días es imperativo manejar una presencia en internet. Así como lo
es escribir y reflexionar acerca de lo que yo llamo “el quehacer literario”.
Francisco Ángeles:
“Mantener una revista de literatura por más de diez
años implica una voluntad a prueba de balas: no ganas dinero, pero sí puedes
ganarte enemistades; peleas para escribir artículos que probablemente nadie te
comentará; mucho tiempo invertido con retribuciones que a veces tardan en
llegar. Implica, por tanto, una pasión por la literatura, o en general por la
cultura, y un compromiso con el conocimiento que me parece es uno de los
aspectos que nos une. Implica, en segundo lugar, que el grupo que la constituye,
que por muchos años ha sido esencialmente el mismo, mantiene un lazo realmente
fuerte. A pesar de muchas discusiones y discrepancias, que son absolutamente
naturales en grupos tan grandes y con tantos años de relación, de alguna manera
todos hemos crecido y envejecido juntos. En este tiempo, cada uno ha tenido sus
propias crisis personales y sus propios momentos de alejamiento, ya que los
intereses de cada uno van cambiando, así como las etapas de su vida, de tal
manera que la amistad ha sido tan importante como la literatura para sostener
este proyecto. Como dijo Giancarlo, desde hace ya bastantes años estamos
repartidos por varias ciudades del mundo, y a veces pienso que hacemos la
revista solo como un pretexto para mantener la amistad, que sería por supuesto
una de las razones más legítimas para continuar el proyecto. Pero eso, por
supuesto, esa circunstancia personal no pone en segundo plano los efectos que
ha provocado la relación que sostiene el grupo: aportar a la discusión
cultural, proponer miradas y temas nuevos, ofrecer un espacio que no
encontrábamos antes”.
Francisco Izquierdo-Quea:
“Responsabilidad. Hay lectores que siguen el proyecto
desde su inicio, y cada vez hay más que se unen a él por un motivo particular.
Para cualquiera de ellos, el especializado, o el que simplemente entra a
curiosear una reseña o leer un poema, hay un trabajo previo de muchas semanas.
No buscamos ofrecer lo mejor. Buscamos ofrecer algo que realmente valga la pena
leer”.
Finalmente, invitamos a los lectores
a visitar la Bitácora de El Hablador, pues su último relanzamiento continúa
sosteniendo la disputa de argumentos en sus columnas, artículos y entrevistas.
Además, anunciamos la publicación de la edición número 22 de El Hablador,
programada para agosto-setiembre de este año. La convocatoria para la recepción
de textos ya se inició. ¡No se la pierdan!
Para visitar El Hablador pulse