Escribe:
Luis Paredes (Crítico de teatro)
Después
de un puñado de años nos visita la destacada bailarina y coreógrafa Rossana
Peñaloza, quien hace unos días nos presentó en la Plazuela de las Artes, en función
única, el excelente trabajo coreográfico ¿¡Y tú qué!? Danza sobre ruedas, pieza que
juega con las limitantes impuestas por una enfermedad o un accidente al cuerpo
de esta mujer, y cómo, los deseos y añoranzas sobreviven en esa nueva realidad.
La
aludida pieza coreográfica circula alrededor de la incapacidad de comunicarse
por la discapacidad y al mismo tiempo la posibilidad de demostrar fuerza ante la
adversidad. Rossana Peñaloza, muestra sus grandes dotes de bailarina al
comunicarnos con la ayuda de una silla de ruedas las distintas facetas de este
personaje que clama por reconocimiento de sus valores como mujer.
En
la pieza dancística aparecen los reflejos de la mujer luchadora, que no se da
al abandono, sino por el contrario, lucha y va en busca de todo aquello que
aparentemente ha perdido: el amor, la libertad, el juego. Se hacen presentes en
su avatar la imagen de la pareja a través de la interpretación de un baile
romántico, acción que nos lleva a los recuerdos de un amor contrariado.
Las
evoluciones de la bailarina las hace muchas veces acompañada de la silla de ruedas
que le da un toque de magia a sus movimientos. En todo momento es una mujer
decidida a romper la postración a la que ha sido sometida y la voluntad de
interactuar con el espectador al cual invita a moverse con ella.
Rossana
Peñaloza, es una eximia bailarina de clara expresividad corporal; experiencia recogida de su trajinar individual
y fruto también de su paso por Pata de Cabra, la representativa compañía de
danza local en donde con sus compañeras generó todo un movimiento en pro de la
danza y la libertad de movimientos y expresiones que esta provee.
¿¡Y
tú qué!? Es un reclamo por la valoración del discapacitado y su consideración a
la par de los demás sin que medien paternalismos ni prejuicios sino que sea
pura aceptación e incorporación a la vida tal y como ésta es sin remilgos de
ninguna clase.