Coreógrafa presentará una retrospectiva de sus obras del 29 de mayo al 08 de junio en la Casa Yuyachkani
Fotos: Mariana Morán
¡Revisar, replantear y reflexionar! La coreógrafa, bailarina y terapeuta
independiente, Cecilia Borasino, decidió realizar una
retrospectiva de sus obras de danza con el objetivo de evaluar su trabajo
coreográfico, y a partir de esta reflexión, análisis si quepa la expresión,
seguir adelante con el impulso y desarrollo de su carrera.
Esta muestra coreográfica incluye Anónimos (2008) y Ejercicios para evitar
el sueño (2010), dos de sus obras más simbólicas y representativas que pese a
reponerlas, trabajar ambas piezas para su pronto estreno, del 29 de mayo al 08 de junio en la Casa
Yuyachkani, han demandado un agotador trabajo de producción y perfeccionamiento, razón por la que la autora señala: “reponer una obra de danza es volver a
vivir…”
Precisamente, para charlar sobre el origen de ambas obras Lima en Escena
fue en busca de su autora, quien en la presente entrevista nos cuenta sobre los orígenes de las piezas que forman parte de su retrospectiva.
-Cecilia. ¿Cómo surge la idea de hacer esta retrospectiva?
-La idea de reponer Anónimos (2008) y Ejercicios
para evitar el sueño (2010), surgió después de estrenar mi trabajo coreográfico
“La tercera mujer” en el año 2012.
-¿Fue una necesidad, una manera de apelar a la memoria…?
-Más que una necesidad, reponer ambas obras ha sido una manera de revisar
mi propio trabajo. De revaluar en qué me encontraba en ese momento de mi
carrera como bailarina.
-¿Por qué?
-Porque con “La tercera mujer”, noté un cambio radical en el rumbo que
había tomado como autora, como bailarina, como profesional, como emprendedora.
Me dije entonces, repondré Anónimos y Ejercicios para evitar el sueño, para
pensar, para replantear, y a partir de
este proceso de reflexión, seguir caminando…
-¿Cuáles han sido los principales retos de la reposición de ambas obras?
-¿Retos? Innumerables. Uno de los principales ha sido conseguir el espacio.
Tomando en cuenta que son dos obras que requieren ensayarse en ambientes
grandes. Este tema ha sido difícil. La producción igual. Conseguir personas que deseen apoyar el
proyecto económicamente, es un trabajo arduo. Gracias al apoyo de
amistades hemos cubierto determinados costos. Incluso, hasta el momento,
seguimos buscando financiamiento. Reponer demanda inversión.
La parte referida a la difusión, es otro asunto al cual nos enfrentamos.
Son muy pocos los medios que se interesan en este tipo de arte. Hay divulgación
de temas comerciales y mediáticos. Las manifestaciones artísticas referidas a
la introspección, al análisis de lo que hay debajo de las capas superficiales
no genera interés de parte de los medios. Precisamente, por esto último,
también nace la idea de trabajar esta retrospectiva. A través de la exposición
de ambas obras, nuestra misión es mirar hacia adentro, mirar hacia atrás; observar
y reflexionar lo que hemos hecho.
-Pese a todos estos obstáculos estas a punto de estrenar…
-Debo admitir que más allá de los retos y las dificultades externas, es
decir, una vez que estos temas se resuelven, viene todo lo referido al proceso
creativo. Pese a tratarse de dos obras ya creadas, existe un proceso creativo que se
replantea desde la mirada lejana. Lo que se vivió en el pasado, y este punto en
particular, demanda mucha labor.
-¿Qué implica para una autora revisar, repasar y reponer sus obras?
-Reponer una obra de danza es volver a vivir. Es recordar el momento en que
uno se encontraba durante el periodo que concibió la obra. Han pasado seis años desde
Anónimos y todo ha cambiado. Hice Anónimos en una etapa personal
difícil. No tenía casa, mi hija estaba pequeñita, y es precisamente en esa
coyuntura que recibí la invitación de Jaime Lema para participar en el Festival
200% Cuerpo que se inauguraba ese año.
Le comenté que
no tenía fuerzas para hacer una obra grupal. Me escuchó e igual me pidió que hiciera
una obra. Le dije que podía hacer un solo. Ante su negativa le propuse un dúo
con José Alejandro Ruiz Subauste, mi mejor amigo, con quien además venía
trabajando algunos años…
-¿Aceptó?
-¡Sí! En ese momento tenía cinco
años sin crear una obra de danza. Había colaborado con algunos directores y
bailarines pero no había trabajado nada propio. Sentí que era la oportunidad
para hablar sobre un tema que me concernía, pero al mismo tiempo, no tenía nada
en mente. ¡Nada! No tenía ni la más remota idea de cómo hacer el trabajo.
Recuerdo que José, con quien me encontraba en el sala de ensayo, en aquel
entonces, me preguntó qué hacemos, y le dije no sé…
-No poder crear, tener la mente en blanco. Qué complicado...
-Recuerdo que tuve una conversación muy interesante al respecto con Rogelio
López, el coreógrafo, el maestro y gran amigo de Costa Rica. Le comenté sobre
este momento crítico en mi vida. Justo me encontraba tumbada en el suelo sin
saber qué hacer, y precisamente él me respondió: “Es lo que debes hacer. Debes
plantear tu obra sobre este difícil momento…”
-¿Las ideas empezaron a fluir...?
-A partir de ese momento tomé conciencia de que la danza es también
respirar tumbada en el suelo con la mente en blanco o pensando quién soy, qué
hago en este mundo, cuál es mi misión, cómo empezar y llegar hasta donde tengo
que llegar. La única forma de hacer algo es a través del movimiento. La única
forma de CREAR es a través de la toma de conciencia de que somos seres que
vibramos y nos movemos…
-¿Podríamos afirmar que Anónimos surgió de la nada?
-¡Sí, claro...! Anónimos parte del arte de la nada. De la nada parten estos
personajes que vienen del más allá y llegan vestidos de astronautas. Anónimos, es
una especie de híbrido. El espacio interior es como una metáfora del espacio
exterior. Si uno mira adentro, con lo que se encuentra es con un universo lleno
de partículas microscópicas. De este polvo de estrellas que flotan
infinitamente es de donde venimos y hacia donde vamos. Cuando
observo la obra desde fuera considero que todos somos anónimos.
-¿Anónimos también es el reflejo de lo cotidiano?
-Las personas de la calle son anónimos. Los chicos violados por los
curas, las niñas secuestradas por los terroristas, las mujeres y niñas
violentadas, vejadas, son anónimos… ¿Quién responde por
todas estas personas? ¿Y todos estos políticos que deberían responder por estos
problemas y no responden? Todos somos anónimos. Todos llegamos a un rincón en
donde estamos desnudos y desprotegidos. La obra es muy fuerte. Se siente la
angustia, la ansiedad, hay una sensación de falta de aire y no sabes a dónde
vas.
-¿Y en qué circunstancias creas Ejercicios para evitar el sueño?
-La obra nace en el 2010. Definitivamente, otra experiencia curiosa en mi
faceta de autora. A diferencia de Anónimos, coreografía que surgió de la nada, Ejercicios para evitar el sueño, nace en una etapa en la que me convertí en
una emprendedora y pensaba solo en trabajar y trabajar. El tema estrictamente laboral
estaba consolidado. Me dedicaba a trabajar pero al mismo tiempo sentía una
carencia: mis sueños y mi creatividad estaban de lado. ¿Dónde quedan mis
sueños?, ¿Dónde queda todo aquello que nos conmueve? Me pregunté en aquella
ocasión. Me gustaba trabajar y salir adelante pero la idea de dejar de lado la
creación me producía dolor también.
¿Cómo retomas tu creatividad?
-Se presentó la convocatoria del Centro Cultural de España para financiar la
producción de obras de teatro y danza. La primera convocatoria del concurso.
Fue mi gran oportunidad para crear una obra… Así surgió Ejercicios para evitar
el sueño. Mandé la obra y ganó. Esta danza nació como un planteamiento personal.
Deseaba demostrar que sí es posible integrar todas mis especialidades: mi
carrera, mi trabajo, la creatividad. Para construir la obra tomé incluso la
Interpretación de los Sueños de Sigmund Freud como base.
Los sueños son la representación inconsciente de nuestros deseos…
-Con José Alejandro Ruiz Subauste hay todo un trabajo consolidado que va
más allá de lo amical…
-Con José somos almas gemelas. Trabajar juntos, además de importante, es
interesante y bonito. Tenemos muchas cosas en común. Nos conmueve las mismas
cosas. Igualmente, nos pone de mal humor algunos aspectos de este sistema en el
cual vivimos. Tenemos una comunicación extrasensorial. Placer, es la palabra
que define nuestro trabajo.
-Dejando de lado el tema de los obstáculos, los grandes retos y las
reposiciones. ¿Cómo te encuentras ahora?
-Definitivamente me encuentro estructurada. Antes estaba desmembrada. Ahora
tengo una casa en donde vivir, tengo un espacio de trabajo propio: atmósfera,
en donde hago las terapias de movimiento a través de la danza terapia que se
integra con mi carrera de psicóloga y lo más importante: ¡no dejé de lado el
aspecto creativo…!
RETROSPECTIVA de Cecilia Borasino.
Bailan: Cecilia Borasino y José Alejandro Ruiz Subauste
Del 29 de mayo al 08 de junio.
Jueves a domingo 8pm.
En la Casa Yuyachkani
Entradas a la venta en:
Atmósfera,
Tostaduría Bisetti en Barranco.
Arabica Espresso Bar de Recavarren y Larcomar en Miraflores.
En el mismo teatro antes de la función.
Clases maestras de repertorio:
Sábado 31 de mayo y sábado 7 de junio de 3 a 5pm, INGRESO LIBRE.
Conversatorios después de la función:
Sábado 31 de mayo y sábado 7 de junio.
Ficha técnica:
Coreografía y Dirección: Cecilia Borasino
Asistente de dirección: Anibal Zamora.
Producción de Campo: Paola Alcántara
Vídeo y Fotografía: Mariana Morán.
Música: Omar Lavalle.
Vestuario: Sumy Kujon.
Dirección de Arte y Retoque Fotográfico:
Nani Maezono.
Nani Maezono.