Uno de los artistas visuales peruanos más completos hará un repaso de sus grabados en una muestra que se inaugura este jueves 21 en la Galería ICPNA Miraflores
Además de orfebre, ceramista, escultor
y medallista, Carlos Bernasconi es sin lugar dudas el grabador peruano más
importante. Para esta exposición se ha reunido una selección de sus
xilografías en madera más notables realizadas durante un periodo que sobrepasa
los sesenta años abarcando diversas temáticas: retratos, desnudos, paisajes,
estampas de viaje, abstracciones, entre otras. La curaduría está a cargo de
Manuel Munive.
Bernasconi, Xilógrafo
“Carlos sabe todas las técnicas”,
aseguraba el ceramista y pintor Félix Oliva cuando se trataba de dejar en claro
a qué estirpe de artista pertenecía su amigo y colega, Carlos Bernasconi. Y esa afirmación de hace por lo menos cuarenta años es válida hasta hoy
y evidente para todo aquel que visite el taller de Bernasconi, un ámbito de
trabajo en el que coexisten el pintor, el orfebre, el escultor y, sin duda, el
grabador. Y esta exposición resume, precisamente, su trayectoria de más de
sesenta años dedicados al grabado en madera.
Algunas de sus primeras xilografías
surgen de las evocaciones de su infancia en las alturas de Cajamarca, lugar al
que viajaba durante las vacaciones escolares para visitar la hacienda del
abuelo materno quien era, además, su tutor. Esta experiencia debió ser
fundamental para su formación artística y especialmente para dotar a su inconsciente
de un imaginario que ni las experiencias en París, Roma, Madrid o Nueva York
pudieron borrar.
En aquellas xilografías prolonga —involuntariamente— el
imaginario indigenista al presentar campesinos y arrieros dentro de una
geografía agreste y constituirán el antecedente de las dos carpetas realizadas
a mediados de los años setenta: Espantapájaros (1976) y Arrieros (1977) que se
expusieron con éxito en la galería de Ivonne Briceño.
Dentro de su prolífica producción
destacamos tres series particularmente notables: los retratos de intelectuales
que formaron parte del círculo afectivo de nuestro artista, como el poeta
Alejandro Romualdo, el crítico Sebastián Salazar Bondy —con quien publicaría al
alimón, en 1961, un exquisito libro ilustrado con linóleos, El señor Gallinazo
vuelve a Lima— o el del pintor arequipeño Alfredo Ruiz Rosas, de 1953,
extraordinaria realización al buril. Si trabajando directamente sobre el taco
xilográfico, y muchas veces sin boceto, obtiene estampas de un trazo rotundo y
esquemático, estos retratos de los años cincuenta son la prueba del realismo
que el oficio de Bernasconi alcanzó.
La serie Urbanos, en la que encontramos
peatones febriles y absortos, parece contrapeso y complemento de aquellas otras
dedicadas al mundo rural cajamarquino y es en ella donde se hace evidente que
la principal diferencia de la xilografía de Bernasconi con la “indigenista”
radica en el dinamismo de sus composiciones respecto al estatismo que se impone
en aquella.
Sus xilografías “paisajistas” merecen
también un comentario aparte pues resultan insólitas en un país que, a pesar de
su variedad geográfica, no cuenta con artistas que la “exploten”
programáticamente: hallamos allí vistas del “Cañón del Colca”, de la ciudad del
Cusco y de las playas y los acantilados de las bahías de Paracas y Lima,
resueltas en varios colores.
Seleccionamos también grabados de las
series dedicadas a la Mujer y a la pareja, a la masacre de Uchuraccay, a la
profanación de la hoja de coca por el narcotráfico y al transporte público
limeño, entre muchas otras. Hemos incluido, además, un conjunto de las
xilografías no-figurativas a color que Bernasconi ha ejecutado con asiduidad a
lo largo de los últimos diez años.
Sobre Carlos Bernasconi (Lima, 1924)
Realiza estudios en la Escuela de Bellas Artes de Lima entre 1943 y 1945. En 1950 viaja a Brasil para asistir a un curso de perfeccionamiento en técnicas de grabado y obtiene la beca que le permitió viajar a Madrid para estudiar dibujo y grabado en la Real Academia de San Fernando y prácticas en la Fábrica Nacional de Moneda. En Roma estudia diseño en la Academia Nazionale di Disegno; modelado y grabado de medallas en la Scuola dell’Arte della Medaglia y de xilografía en la Scuola San Giacomo. Asiste también a los cursos de dibujo en la Academia de la Grande Chaumiere, París.
En 1959 se desempeña como escenógrafo de la Compañía Nacional de Comedias y del Canal 9 y regresa a Italia para cursar, durante dos años, estudios de cerámica en CALAL. En 1964 obtiene una beca del Instituto Internacional de Educación que le permitió hacer un recorrido de seis meses por los Estados Unidos y asistir a un ciclo del Pratt Institute de Nueva York. En 1967 se hizo cargo del curso de diseño en metales en la Escuela de Artes Visuales de la Facultad de Arquitectura de la UNI de la que luego sería Director.
En 1979 con el apoyo de la Fundación Fullbright enseñó escultura en cerámica en la Southeast Missouri State University, donde también hizo una exposición de grabado y orfebrería. En 1991 fue Asesor para el Programa de Desarrollo Artesanal en Haití auspiciado por la ONU. En 2004 asiste al II Congreso de Peruanistas en Sevilla. Ha expuesto en Lima, Nueva York, México, Caracas y Roma.