Destacado
escultor inaugura en la ciudad del Cusco las exhibiciones “Los profetas paganos” y “Materia Tiempo Espacio”
Después de 10 años, Carlos Olivera, uno de nuestros
escultores contemporáneos más destacados, inaugura este jueves dos exhibiciones
en su ciudad natal: Cusco. La apertura de la primera de ellas “Los profetas paganos”, se realizará en el local de la USIL de la
calle Pampa del Castillo, mientras que la segunda “Materia Tiempo Espacio”, se
llevará a cabo en el museo del Qoricancha.
Esta última exhibición reúne un grupo escultórico
monumental de cuatro piezas en acero que se mostrará en el patio central como
obra pública. En esta exposición también se podrá apreciar la “Serie del Brebaje Sagrado”, un
grupo de seis piezas escultóricas de formato mediano en acero, bronce y
piedra.
Asimismo, figuran obras de formato grande de la
colección “La Dimensión del Vacío”. Finalmente
y a manera de bitácora de viaje el artista mostrará las maquetas y dibujos de
las obras que componen la muestra. Para charlar al respecto Lima en Escena
entrevistó al popular artista.
-Carlos,
después de 10 años inauguras en la ciudad del Cusco dos muestras. Antes de
entrar a charlar sobre cada una de ellas cuéntanos sobre esta necesidad de
tomar estos escenarios tras una década de trabajo.
-Mostrar mi
obra responde a un hecho inherente a la práctica del arte. Se debe cerrar el
círculo del proceso creativo compartiendo la obra con el mundo y de ese modo
ustedes pasan a tener la pertenencia de mi obra.
-En
la muestra “Los Profetas Paganos” presentas una colección de tótems y
máscaras talladas en madera policromada
con aplicaciones de metales. ¿Qué deseas revelar con estas piezas, con esta exhibición?
-Las maderas talladas y policromadas me muestran
un camino ágil en la composición y son el resultado de la expresión y la
espontaneidad. Asimismo, estas piezas muestran mi vínculo con el color y el ejercicio pictórico. Me gusta trabajar temáticas
en paralelo.
-Estas
piezas reúnen un trabajo de más de 25 años y recrean temáticas vinculadas a lo mitológico
y lo andino. Podrías explicarnos todo este proceso creativo durante este periodo.
-Uso el formato
de la máscara como un pretexto para entrar en estado de creación libre donde
puedo hacer incrustaciones, ensamblajes... Es como jugar a la diversión y al rigor
de manera paralela. Las reglas del juego son inventar y desordenar hasta
encontrar el lenguaje natural que contiene cada elemento. Siempre hay un buen
lugar para el error. Lo mitológico viene solo y no siempre está invitado al
juego, sin embargo cuando llega y abraza es bienvenido.
-De
otro lado la muestra “Materia Tiempo Espacio”, que abre en el museo Qoricancha reúne
cuatro piezas creadas en acero. Si bien tienes trabajos en madera y otros
elementos, el acero es un elemento vital en tus esculturas. ¿Por qué?
-Cada materia
contiene un espíritu y un lenguaje. Cada elemento nos ofrece sus posibilidades
y sus imposiciones. La oportunidad que
brindan la constancia y la experiencia es la de aprender a dialogar con respeto
pero con solvencia con cada materia. Es de ese modo que mi lenguaje creativo se
nutre con eclecticismo y se reinventa para mantener frescura expresiva, la
academia lo nombra como tecnología de los materiales, para mí es amor.
-En
general, ¿cuál es el vínculo que estableces con todos estos elementos con los
cuales desarrollas tus esculturas?
-Es una
relación de fuego y plasticidad. Es un vínculo que me permite viajar en espacio
y tiempo. Materializar y contener el vacío. Buena parte de la problemática de
la escultura se trata de llevar al extremo la búsqueda de la antimateria.
-La
“Serie del Brebaje Sagrado” reúne seis piezas que manifiestan cuatro estadios
de tu experimentación con las raíces sagradas de la selva…
-Esta serie no
pretende ser una reflexión antropológica o algo por el estilo. Es la
materialización del rigor ascendente de un trance personal y sus estadios. Mi
propósito fue la cura. Estas experiencias no me interesan como viajes en busca
de visiones.
-Me
contabas que la dimensión de estas dos muestras representan para ti un reencuentro,
un retorno al origen con trabajos de los últimos cinco años. ¿Qué implica para ti esta visibilización de
tus obras en la ciudad del Cusco?
- Como no presentar en el Cusco este resultado
de algunos años de fiebre y trabajo. Estaba en retiro voluntario. Estaba
cocinando con amor, así que ahí tienen hermanos.
Estas muestras son un grito, algunos lo oirán y
otros se taparan los oídos y hasta los ojos,
pero al final todos terminarán escuchando.
-¿Cómo mantener una estética artística personal, original, sin caer en los discursos cliché?
-Disculpa, sigamos hablando de profundidades
porque los clichés suenan como chicles y el plástico me molesta…