martes, 4 de septiembre de 2012

Vanesa Guerra: “esta Antología tiene que agotarse muchas veces porque este libro es salto y es puente”




Hace unos días se presentó en la ciudad de Buenos Aires-Argentina la antología Voces para Lilith. En dicha ceremonia,  la escritora Vanesa Guerra ofreció una introducción que a continuación ofrecemos.

“Recibí la invitación para participar en Voces para Lilith en un tiempo que no voy olvidar, porque fue tiempo y antesala de la ley de Igualdad –me refiero a la ley de matrimonio igualitario; sancionada en julio 15 de 2010 y promulgada en julio 21 del 2010- que a los poco días estallaba alegre en múltiples voces y restituía un orden que en algún momento de la vida de cada quien se evidenció como un derecho que no se tenía, o aún como una mutilación impensada; entonces esa ley y ese tiempo venían a restituir un orden natural, o dicho de otro modo venían a restituir la ley del deseo y el deseo por la ley.


Pienso que el verbo restituir cobra toda su fuerza cuando no refiere a lo perdido, sino al gesto de darle existencia legítima a lo que ya existía y nos orbitaba como engendrando un falso al tiempo que verdadero fuera de nosotras y de nosotros. Ese buen encuentro, como aquella puerta que se abre cuando alguien sencillamente pasa, es una forma de la felicidad.

Pero esa clase de encuentro no se planea; si bien es cierto que el deseo es su motor, el encuentro siempre es un salto que se da justo antes de que el puente se construya.  El salto se da sobre el abismo y será la magia que existe y atesora el gesto lo que permitirá arribar a la otra orilla.

Pero el encuentro no es llegar al otro lado, el encuentro no es con el otro lado, el encuentro no es arribar a la otra orilla, el encuentro es la felicidad instantánea que ocurre entre el salto y el puente. Porque el salto crea el puente.


Y así pasa con los libros, pues donde hay abismo habrá libro. Voces para Lilith, salta en el corazón de la frase de Judith Butler, en ese epígrafe que Claudia Salazar elige y toma para abrir esta antología; dice así:

El lesbianismo no está prohibido explícitamente, en parte,  porque aún no ha entrado en lo pensable, lo imaginable, ese marco de inteligibilidad cultural que regula lo real y lo nombrable.  ¿Cómo, (Se pregunta Butler) cómo,  entonces, ‘ser’ lesbiana en un contexto político en el cual la lesbiana no existe?”


Parafraseando el ombligo de la idea que es umbral a cruzar con este libro y en este libro, se admite esta pregunta: ¿cómo ser donde no se existe? Allí, entonces, responden estas Voces para Lilith,  y también  para Z o para Equis, o para @rrobas, o para Trans o para Adanes. Tantísimas voces, diversas, que estallan imaginarios donde la diferencia es reina y desborda y excede y rebasa el nombre impuesto y no siempre amado por el que aun se trabaja.

En esa zona sin tiempo ni espacio donde no se existe y sin embargo se es, se produce una presencia intensa, algo que no queda ni afuera ni adentro de la escena, y que de manera repetida e insistente como todo aquello que no se inscribe o no se representa,  busca una y otra vez dar con la voz, y aun con la palabra.

Algún día la palabra volverá al polvo, y eso será bueno; pero primero debe terminar de nacer. Por eso creo que esta Antología tiene que agotarse muchas veces, y tiene que re-editarse muchas otras; ese será su venturoso y amable destino; porque este libro es salto y es puente;



Habrá quienes lo reciban como un compañero de ruta, y habrá quienes lo reciban como la posibilidad de abrir una puerta que está cerrada, y que está cerrada porque aún no es puerta, pues nadie ha llamado a ella, todavía. Porque el secreto de las puertas es que comienzan a existir cuando alguien llama. Y cuando la puerta llama, llama: después cada quién, verá qué hace. Bueno. Hasta aquí. Gracias a Claudia y a Melissa por esta linda y linda invitación”.


Sobre Vanesa Guerra
Escritora argentina nacida en 1965. Psicoanalista de profesión. Codirige la revista transdisciplinaria Con-versiones. Su libro Metáforas del lunar conyugal fue publicado en 2000 por la Editorial Nueva Generación. Fue finalista en 2001 del Concurso de Novela La Resistencia, de Editorial Alfaguara y Elfoco.com, en México.