Textos y
fotos: Rosana López Cubas
¡Homenaje!
Difícil de olvidar al pianista cubano de jazz: Bebo Valdés, hasta hace unas
horas, uno de los pocos sobrevivientes, por no decir, el único de la época de
oro de la música tradicional cubana, a quien tuvimos la fortuna de conocer,
escuchar y charlar en una de sus
conciertos en el teatro Jackie Gleason de la ciudad de Miami Beach en el año 2006 a propósito
de nuestra labor como fotógrafa y reportera. Aquel concierto fue apoteósico en
todo sentido de la palabra.
Un repertorio que reunió lo mejor de su trayectoria
musical el cual incluyó la interpretación del emblemático “Lágrimas Negras”, composición
que a más de uno colmó de emoción ante un lleno total. Hoy viernes falleció Bebo
Valdés en Suecia a los 94 años de edad. Compositor, pianista y considerado una
de las grandes figuras de la música cubana del pasado siglo.
La trayectoria
musical de Valdés tiene básicamente dos momentos de auge. Entre 1948 y 1957,
fue uno de los músicos más importantes de la llamada edad de oro del jazz
afrocubano con epicentro en el Tropicana Club de La Habana. La revolución
castrista provocó su exilio hacia Europa y pasó muchos años viviendo en Suecia,
donde cayó en el anonimato.
Su segunda etapa de éxito llega en la década de los
noventa, cuando su compatriota el saxofonista Paquito D'Rivera le produjo Bebo
rides again (1994) y, especialmente tras la irrupción en el 2000 de la película
-y su consecuente disco- de Fernando Trueba Calle 54, documental en el que se
reunieron a los grandes del latin-jazz. Su otro gran éxito fue Lágrimas negras
(2004), que grabó junto al cantaor Diego el Cigala. ¡Bebo Valdés forever!