viernes, 26 de abril de 2013

Moyra Silva: “La fusión de lenguajes artísticos ya no es vanguardia”




Actriz y bailarina presentó en la Plazuela de las Artes el unipersonal “Reflejo animal”







Siempre está presente en el escenario. Hace teatro para niños, juvenil y para adultos. Desde hace cuatro años irrumpió en la escena local y no para. Con Alberto Isola realizó su primer montaje: “El Cine Edén”, posteriormente vendrían las piezas “Momo”, “Soñadores”, obras de teatro infantil y adolescente.  

Paralelamente trabaja con el grupo independiente Panparamayo Teatro, colectivo con el que estrenó “El deseo más canalla”, "Propiedad en litigio”, entre otros montajes. Hace unos días se presentó en la Plazuela de las Artes en el unipersonal “Reflejo animal”. Para charlar al respecto Lima en Escena entrevistó a la destacada actriz Moyra Silva.






- Moyra es frecuente verte en la escena  local…
-Este año esta hermoso. Honrada de poder trabajar en varias obras con directores que me gustan.  Ahora participo en la temporada de teatro la plaza joven con “Soñadores” dirigida por Nishme Sumar, una creación basada en los sueños de los actores bailarines. Luego viene la reposición de “El Cine Edén”, bajo la dirección de Alberto Isola. Particularmente, éste último montaje fue el primero que hice hace cuatro años.

-¿Cómo decides involucrarte con la actuación?
-Desde chica empecé haciendo talleres. Estuve un tiempo en La Tarumba que fusiona circo y música. En paralelo hacia danza moderna. En el colegio participé en los talleres de actuación y obras de teatro. Así llegué a la universidad  a estudiar la carrera de Artes Escénicas.

-Hace unos días te vimos en la Plazuela de las Artes en la puesta Reflejo Animal, tu primer unipersonal. ¿Cómo surgió este montaje?
-Este proyecto viene creciendo conmigo y está relacionado con mis últimos tres años de vida. Empezó cuando terminé las funciones de “El cine edén”, en tanto que postulé a una beca en Alemania. Recuerdo que intenté ensayar sola. Deseaba entender el amor, ser mujer, crecer. Luego decidí presentarlo. La llamé: “Alegoría a las cuatro estaciones”  y me inspiré en un cuadro de Mark Ryden. En ese momento, no encontré a nadie para que me dirigiera así que me mandé a interpretar y dirigirme sola.





-¿Dirigirte sola?
-¡Sí! ¡Una locura de la que no me arrepiento! En aquella ocasión trabajé con Ana Rosa Benavides que hizo el arte visual. Ella es muy talentosa. Luego conocí a Nidia Bermejo. Intuí que podía trabajar conmigo. Le conté del proyecto y empezamos a trabajar juntas. Fue difícil soltar el trabajo que venía haciendo sola y abrirme al mundo. Imagino que para ella entender ése mundo y conectarse conmigo también le fue difícil. En esta coyuntura nació “Reflejo Animal”. Este año nos invitaron a la Plazuela de las Artes y pudimos retomar y reponer el proyecto, afinar, afianzar y madurar. Ha sido increíble esta oportunidad, con un mes de ensayo, creció muchísimo.

-Ahora el teatro contemporáneo incorpora danza, vídeo, generando así una acción multidisciplinaria. ¿Qué opinas al respecto?
-Parte del lenguaje de “Reflejo Animal” es fusionar el vídeo y el movimiento. Es una elección de gusto, de necesidad; es decir, si parte de tu lenguaje, si lo enriquece, si te ayuda a contar la historia: está bien. Ahora, es normal usar estos recursos porque es parte de la sociedad actual. Hay que darle el valor, el cuidado necesario y también la justificación, no se trata de usarlo porque se ve bonito o con la idea de que vas a romper esquemas porque no es así. La fusión de lenguajes ya no es vanguardia. Como hablamos con Nidia, la directora, no vamos a inventar algo nuevo o algo que ya se inventó lo que importa es que cuando lo cuentes cobre vida y el espectador lo viva. Así tu propuesta se vuelve nueva.

-Trabajas en obras para niños también. ¿Cómo se da ese proceso de interpretar obras para adultos y para niños?
-Hay que estar a disposición del montaje, al universo de cada obra, eso es lo que me gusta de actuar, uno deja de ser para mutarse y hacer una comunión con la obra. El pase es ése: ¡dejarse transformar!





-¿Cuál es la importancia de trabajar una pieza dirigida al público infantil?
-Escuchar sus voces, sentir cómo comentan todo. Saber, percibir, qué sienten, si les gustas o no, si se aburren, si quieren ir al baño. Verlos  pararse para agarrar burbujas, o acercarse a ti. Siempre se rompe la cuarta pared, ellos la viven contigo. ¡No hay miedos, ni represiones!

-Algunos actores consideran que trabajar teatro para niños demanda mucha responsabilidad… ¿Es así?
-¡No sé! A mí me encanta. Ya vengo haciendo cuatro obras y todas han sido interesantes y diferentes. Lo complicado es el horario, te olvidas del fin de semana, de los días familiares, porque hay que entrar al teatro a las dos de la tarde y salir a las cinco. Pese a durar a lo sumo una hora, las obras para niños demandan mucho trabajo físico, es bien agotador pero tiene su lado gratificante.





-Ahora se apuesta por una dramaturgia peruana, de autor... ¿es lo ideal para que nuestro teatro local tenga personalidad propia?
-Debemos de crear. Eso es indudable… pero cerrarnos a otras propuestas dramatúrgicas: no me parece. Si necesitas un texto de un autor peruano porque tiene relación con lo que quieres contar está bien. Cada grupo, elenco, debe encontrar su visión de teatro. Creo que no debemos cerrarnos únicamente a los montajes peruanos, de autor local.  

-Alberto Isola, Jorge Villanueva, Nidia Bermejo. Complicado empezar una carrera con directores de larga data y experiencia, ¿no?
-¡No! Todo lo contrario: me siento honrada. Es una suerte maravillosa. Debo de agregar a Nishme Súmar y Mario Ballón. Significa que he sido paciente y bien chancona, -risas- porque nunca me lo imaginé.





-¿Qué nos puedes contar sobre los directores con quienes has laborado?
-Mi primer director fue Alberto y me marcó muchísimo. Es un maestro. Lo tiene todo tan claro, es tan detallista, preciso y apasionado. Jorge Villanueva, es un ser maravilloso, sensible, estudioso, tiene una manera sutil, al mismo tiempo tan precisa de llevarte de manera muy natural (ni te das cuenta) a lo que él quiere en su montaje. Es clarísimo, el siempre cuenta una historia.

Nidia me enseñó a crecer con ella. Aprendí de su tesón, su carácter y al mismo tiempo su feminidad, dulzura, y sensibilidad. Nishme es una creadora. Sensible, emotiva, que mira con ojos muy internos y profundos. Siempre llega a los corazones de muchas personas, busca el mensaje, su claridad. Mario, es un hermano: apasionado, creador, inconsciente, con el aprendo y me pierdo, me dejo llevar por su locura, su falta de vergüenza, en el mejor sentido de la palabra, para mandarse y decir lo que cree.

-¿Tienes alguna propuesta para trabajar en alguna película?
¡No!

-¿Y en la televisión?
-Tampoco. ¡No soy famosa!

-¿Cuál es tu norte?
-¡El Teatro! Seguir actuando, poder vivir y trabajar del teatro. Quiero viajar, poder llevar “Reflejo Animal” a otros lugares. Ya que lo mencionaste también me gustaría probar en la televisión y el cine, oportunidades que imagino ya vendrán.





-¿También diriges?
- Este año dirigí junto Mario Ballón y Panparamayo Teatro “Despierto, dormida”, montaje que nos llevó a Costa Rica.

-¿Qué tal la experiencia en la dirección?
-¡Enriquecedora! Como todo en la vida.

-¿Qué proyectos vienen con su grupo?
-Tenemos la posibilidad de retomar dos montajes con mi grupo Panparamayo Teatro, bajo la dirección de Mario Ballón. Estamos conversando al respecto.