viernes, 21 de junio de 2013

Autores de la antología “Cupido en su laberinto. Cuentos de (des)amor” nos comentan el origen de sus relatos







Hace unas semanas llegó a nuestras manos la  antología: “Cupido en su laberinto. Cuentos de (des)amor”, texto que reúne 12 relatos alusivos al tema del amor y el desafecto de 12 escritores locales e internacionales que a mediados de febrero del presente año publicó la editorial independiente Edita El gato descalzo, del joven compilador y editor Germán Atoche. Sin duda, la aludida antología nos ofrece una serie de relatos de interés de un grupo de escritores de diversas generaciones cuyos universos temáticos destacan por la variedad de sus historias.




 “Cupido en su laberinto. Cuentos de (des)amor”, cuenta con la participación de los autores: Jennifer Thorndike (Moscas), Carmen Ollé (Perro celestial), Jorge Armando García (Resumiendo), Juan Manuel Chávez (Seis mil doscientos kilómetros sin ti), Pamela Cueto (La amenaza), Christiane Félip Vidal (Madre, no hay una sola), Claudio Ferrufiño (La única puta del Borocotó), Miguel Ildefonso (La Princessa), Julio Meza Díaz (El amor de un dinosaurio), Alba Pascual Benlloch (Milonga), Juan José Sandoval (Quieres estar conmigo) y  Ana María Intili (Mujer de acero).  Precisamente, para saber un poco más sobre cada una de estas historias, sus autores nos cuentan el origen de algunos de estos relatos. 


Jennifer Thorndike:
 “En Moscas quería combinar el asco con la sensación de fracaso o pérdida”



"Moscas" es un cuento que escribí hace un tiempo y rescaté para la antología Cupido en su laberinto. Quería combinar el asco con la sensación de fracaso o pérdida, y creo que ese insecto era el adecuado para crear dicha atmósfera. La idea principal del cuento es que quizá todo se construye a través de la muerte y la putrefacción de un estado anterior. En este caso, "Moscas" lleva al extremo esta situación y fuerza a cuestionamientos morales. ¿Hasta dónde llega el empoderamiento del cuerpo femenino cuando se destruye otra vida por la necesidad de cortar lazos y continuar con la vida imaginada? Las moscas representan el estado de corrupción de los cuerpos que intentan representar al amor.




Cuando Germán me habló de que quería hacer una antología con cuentos de amor, quise mostrar el lado más complejo de ese sentimiento. En Cromosoma Z ya había explorado el amor atormentado, imposible, pero enfocado en conflictos internos que no involucraban a terceros, sino solamente a la relación de pareja. Creo que "Moscas" se alinea con mi novela (Ella). En ambos textos el lector va a cuestionarse si está bien o está mal lo que sucede, va a poner en duda sus principios. "Moscas" encaja perfectamente en una antología donde se intenta repensar este sentimiento fuera de lo convencional. "Moscas" ataca al lector en su fibra más íntima y lo expone a una realidad paralela que quizá prefiere ignorar”

Christiane Félip Vidal:

"Escribí “Madre, no hay una sola” porque me interesó la idea de este  abandono injustificado"



La historia "Madre, no hay una sola" surgió de la realidad. Poco tiempo antes de escribirla, una señora me contó cómo su madre la había dejado en manos de su abuela paterna mientras se quedó luego con todos los demás hijos que tuvo (7 más, pero de un mismo padre a diferencia de lo que yo conté) y el distanciamiento afectivo que produjo en ella a pesar de ver a menudo a su madre que vivía en el mismo pueblo de la selva.

El distanciamiento fue tal que recién a los 40 o 50 años fue capaz de tener con la madre relaciones casi normales ahora que viven en Lima las 2 y en el mismo barrio.  Lo que más me interesó de su historia fue la forma cómo me la contó: no juzgaba a la madre pero sí había en sus palabras un dejo de rencor al insistir en la frustración de no haber tenido a una madre "de verdad".




Me interesó la idea de este  abandono aparentemente "injustificado" pero, por respecto a ella, decidí cambiar algunos datos y se me ocurrió introducir el concepto de "rescate" por la abuela de quien es su nieta frente a un hijo y padre  irresponsable y ausente (bandolero quizás) y una madre perdida que se hunde en relaciones esporádicas que siempre terminan con el embarazo de otro irresponsable.

Carmen Ollé:

“Perro celestial es un relato que surgió un poco por el ocio el que te lleva a esas pesquisas imposibles”



En el 2007, estuve buscando en google, sobre qué había pasado con algunos amores pasajeros del pasado; es un poco el ocio el que te lleva a esas pesquisas imposibles pero divertidas, me enteré de que algunos sí existían, pero de otros no había ni rastros. De ese modo, surgió ese breve relato. Creo que me divertí mucho cuando lo terminé y leí como si fuera un catalejo.




 Julio Meza Díaz:
“El amor de un dinosaurio, es un relato autobiográfico”




Este cuento es un poco autobiográfico. En una ocasión estuve a punto de trabajar como el pollo de Píos Chicken para una empresa dedicada a la organización de fiestas infantiles. Me probé el disfraz y confieso que me sentí muy libre. Lamentablemente, me salió un cachuelo como tinterillo en el que me pagaban mejor.




Miguel Ildefonso:

 “La Princessa está inspirado en mis vivencias en la frontera entre Estados Unidos y México”




"La Princesa", es la continuación de un relato que publiqué en mi libro El Paso, hace varios años. Inspirado en mis vivencias en la frontera entre Estados Unidos y México, y como homenaje al cantante José José. Ahora que el cantante vino a Lima hice esta continuación, el reencuentro entre Camilo y El Príncipe, y la princesa por quien andaba loco de amor el escritor.



Juan José Sandoval:

“Con el cuento ¿Quieres estar conmigo? logré acercarme a mi musa”


  

El cuento surgió como la única forma de conquistar a una chica con quien estudie en el colegio y siempre le tuve temor a decirle que quería estar con ella... el cuento sirvió para que después de 25 años, muchas desazones de amor y un par de divorcios, logré acercarme a mi musa.




Claudio Ferrufiño:

 "La única puta del Borocotó”, es un relato inspirado en un refugiado judío que prostituye a su mujer”



El relato “La única puta del Borocotó", tiene su origen en la historia de un refugiado judío, allá por el 40, que llegó a Bolivia escapando de Hitler y que andaba por las calles de Cochabamba con un maletín, ofreciendo a su hermosa mujer, prostituyéndola para sobrevivir. El asunto del fútbol viene después, con la lectura de las colecciones de El Gráfico que había en casa. Algo de ficción, una pizca de realidad, un entorno concreto arreglado a pincelazos y es todo.





Alba Pascual Benlloch:

 “Milonga” habla sobre mi visita a un salón donde la gente se reunían para bailar tango”




"Milonga", es un cuento que escribí en el 2009, cuando vivía en Buenos Aires, Argentina. Era la primera vez que iba a un salón de la ciudad donde personas de diferentes puntos de Buenos Aires se reunían para bailar tango. La gente llegaba en grupos, parejas y solas, algunas mujeres, esperaban en las mesas sentadas que algún bailarín se percatara de ellas para sacarlas. Un auténtico ritual que me desbordó y del que quedé prendada esa noche. Fue entonces que escribí sobre Valeria, sobre la soledad humana, un poco, como me sentí yo el año que pasé en esa ciudad entre fernets, cigarrillos y conversaciones eternas.



Pamela Cueto:
“La amenaza, es un relato que intenta capturar la violencia que se oculta en las apariencias”



Como un intento de capturar la violencia que se oculta en las apariencias. Creo que la violencia doméstica es emblemática, en este sentido, pues detrás del apelativo de "educación familiar" se disimula una serie de pequeñas agresiones físicas o psicológicas que terminan siendo parte de la personalidad agresiva de nuestra sociedad. De este tema hablo en el relato La amenaza.



Juan Manuel Chávez:

“Seis mil doscientos kilómetros, surgió de un desconsuelo personal”



“Seis mil doscientos kilómetros sin ti” surgió, como muchas otras historias, de una experiencia emocional. Una persona querida se fue del país, y ni ella sabía muy bien si volvería. Escribir el cuento fue una manera de trastocar la incertidumbre. A su vez, el cuento es la mixtura de tantos relatos del pasado, en que los peruanos partían para buscar un futuro mejor y encontraban, en no pocas situaciones, un futuro que no era mejor ni peor que el presente nacional, sino un futuro que era sencillamente cómodo cuando no sobrevenía el nudo en la garganta por estar lejos.




Es una historia sobre la ausencia; aunque también sobre la pena tonta que existe en la placidez y en ciertos tipos de alegría; también es un texto sobre el valor de tomar una decisión cuando hace falta y sobre el paso del tiempo… el tiempo, en “Seis mil doscientos kilómetros sin ti”, tenía que tener una cualidad espacial. 

A veces, su trascurrir lo haría tan denso que evitaría que los personajes se comprendieran entre sí o, por el contrario, se haría tan volátil que a pesar de los meses o años de por medio, la confianza renaciera así como el afecto.

Si “Seis mil doscientos kilómetros sin ti” surgió, en cierto modo, de un desconsuelo personal, confío en que su alcance sea el más colectivo posible, pues el anhelo es que le hable a cada lector (o le susurre) sobre sus particulares ausencias, penas y decisiones.



Ana María Intili:

“Mujer de acero surgió a partir de un suceso de asalto y me hizo pensar en una joven como protagonista”





Hace algunos años acudí al taller de narrativa que dirigía Carmen Ollé. Nos pidió un cuento corto, de temática libre. En el Perú, habían disminuido notablemente los hechos que derivaron de la violencia política, pero iba en aumento la violencia ciudadana. 




Leí en el periódico un nuevo suceso de asalto y me hizo pensar en una joven como protagonista, que buscaba mitigar su difícil situación, con un asalto. Escribí ficcionando la acción, pero no encontraba un final satisfactorio; el título tentativo era Acero y miel. El texto fue abandonado hasta el año 2007. Lo recuperé con la ocurrencia de un final sorpresivo, pero feliz y el título sufrió un cambio por Mujer de acero.