Hace unas semanas
llegó a nuestras manos la antología: “Cupido
en su laberinto. Cuentos de (des)amor”, texto que reúne 12 relatos alusivos al
tema del amor y el desafecto de 12 escritores locales e internacionales que a
mediados de febrero del presente año publicó la editorial independiente Edita
El gato descalzo, del joven compilador y editor Germán Atoche. Sin duda, la
aludida antología nos ofrece una serie de relatos de interés de un grupo de escritores de diversas
generaciones cuyos universos temáticos destacan por la variedad de sus
historias.
“Cupido en su laberinto. Cuentos de (des)amor”, cuenta con la participación de los autores: Jennifer Thorndike (Moscas), Carmen Ollé (Perro celestial), Jorge
Armando García (Resumiendo), Juan Manuel Chávez (Seis mil
doscientos kilómetros sin ti), Pamela Cueto (La amenaza),
Christiane Félip Vidal (Madre, no hay
una sola), Claudio Ferrufiño (La única puta del Borocotó), Miguel Ildefonso (La
Princessa), Julio Meza Díaz (El amor de un dinosaurio), Alba
Pascual Benlloch (Milonga), Juan José Sandoval (Quieres estar conmigo)
y Ana María Intili (Mujer de acero). Precisamente, para saber un poco más
sobre cada una de estas historias, sus autores nos cuentan el origen de algunos
de estos relatos.
Jennifer
Thorndike:
“En Moscas quería combinar el asco con la
sensación de fracaso o pérdida”
"Moscas"
es un cuento que escribí hace un tiempo y rescaté para la antología Cupido en su laberinto. Quería combinar
el asco con la sensación de fracaso o pérdida, y creo que ese insecto era el
adecuado para crear dicha atmósfera. La idea principal del cuento es que quizá
todo se construye a través de la muerte y la putrefacción de un estado
anterior. En este caso, "Moscas" lleva al extremo esta situación y
fuerza a cuestionamientos morales. ¿Hasta dónde llega el empoderamiento del
cuerpo femenino cuando se destruye otra vida por la necesidad de cortar lazos y
continuar con la vida imaginada? Las moscas representan el estado de corrupción
de los cuerpos que intentan representar al amor.
Cuando Germán me habló de que quería hacer una antología con cuentos de amor, quise mostrar el lado más complejo de ese sentimiento. En Cromosoma Z ya había explorado el amor atormentado, imposible, pero enfocado en conflictos internos que no involucraban a terceros, sino solamente a la relación de pareja. Creo que "Moscas" se alinea con mi novela (Ella). En ambos textos el lector va a cuestionarse si está bien o está mal lo que sucede, va a poner en duda sus principios. "Moscas" encaja perfectamente en una antología donde se intenta repensar este sentimiento fuera de lo convencional. "Moscas" ataca al lector en su fibra más íntima y lo expone a una realidad paralela que quizá prefiere ignorar”
Christiane Félip
Vidal:
"Escribí “Madre,
no hay una sola” porque me interesó la idea de este abandono injustificado"
La historia
"Madre, no hay una sola" surgió de la realidad. Poco tiempo antes de
escribirla, una señora me contó cómo su madre la había dejado en manos de su
abuela paterna mientras se quedó luego con todos los demás hijos que tuvo (7
más, pero de un mismo padre a diferencia de lo que yo conté) y el
distanciamiento afectivo que produjo en ella a pesar de ver a menudo a su madre
que vivía en el mismo pueblo de la selva.
El distanciamiento
fue tal que recién a los 40 o 50 años fue capaz de tener con la madre
relaciones casi normales ahora que viven en Lima las 2 y en el mismo
barrio. Lo que más me interesó de su
historia fue la forma cómo me la contó: no juzgaba a la madre pero sí había en
sus palabras un dejo de rencor al insistir en la frustración de no haber tenido
a una madre "de verdad".
Me interesó la
idea de este abandono aparentemente
"injustificado" pero, por respecto a ella, decidí cambiar algunos
datos y se me ocurrió introducir el concepto de "rescate" por la
abuela de quien es su nieta frente a un hijo y padre irresponsable y ausente (bandolero quizás) y
una madre perdida que se hunde en relaciones esporádicas que siempre terminan
con el embarazo de otro irresponsable.
Carmen Ollé:
“Perro celestial es un relato que
surgió un poco por el ocio el que te lleva a esas pesquisas imposibles”
En el 2007, estuve buscando en
google, sobre qué había pasado con algunos amores pasajeros del pasado; es un
poco el ocio el que te lleva a esas pesquisas imposibles pero divertidas, me
enteré de que algunos sí existían, pero de otros no había ni rastros. De ese
modo, surgió ese breve relato. Creo que me divertí mucho cuando lo terminé y
leí como si fuera un catalejo.
Julio Meza Díaz:
“El amor de un dinosaurio, es un
relato autobiográfico”
Este cuento es un poco
autobiográfico. En una ocasión estuve a punto de trabajar como el pollo de Píos
Chicken para una empresa dedicada a la organización de fiestas infantiles. Me
probé el disfraz y confieso que me sentí muy libre. Lamentablemente, me salió
un cachuelo como tinterillo en el que me pagaban mejor.
Miguel Ildefonso:
“La Princessa está inspirado en mis vivencias
en la frontera entre Estados Unidos y México”
"La Princesa", es la continuación de un
relato que publiqué en mi libro El Paso, hace varios años. Inspirado en mis
vivencias en la frontera entre Estados Unidos y México, y como homenaje al
cantante José José. Ahora que el cantante vino a Lima hice esta continuación,
el reencuentro entre Camilo y El Príncipe, y la princesa por quien andaba loco
de amor el escritor.
Juan José Sandoval:
“Con el cuento ¿Quieres estar
conmigo? logré acercarme a mi musa”
El cuento surgió como la única forma
de conquistar a una chica con quien estudie en el colegio y siempre le tuve temor
a decirle que quería estar con ella... el cuento sirvió para que después de 25
años, muchas desazones de amor y un par de divorcios, logré acercarme a mi
musa.
Claudio Ferrufiño:
"La única puta del Borocotó”, es un
relato inspirado en un refugiado judío que prostituye a su mujer”
El relato “La única puta del
Borocotó", tiene su origen en la historia de un refugiado judío, allá por
el 40, que llegó a Bolivia escapando de Hitler y que andaba por las calles de
Cochabamba con un maletín, ofreciendo a su hermosa mujer, prostituyéndola para
sobrevivir. El asunto del fútbol viene después, con la lectura de las
colecciones de El Gráfico que había en casa. Algo de ficción, una pizca de
realidad, un entorno concreto arreglado a pincelazos y es todo.
Alba Pascual Benlloch:
“Milonga” habla sobre mi visita a un salón donde
la gente se reunían para bailar tango”
"Milonga", es un cuento que escribí en
el 2009, cuando vivía en Buenos Aires, Argentina. Era la primera vez que iba a
un salón de la ciudad donde personas de diferentes puntos de Buenos Aires se
reunían para bailar tango. La gente llegaba en grupos, parejas y solas, algunas
mujeres, esperaban en las mesas sentadas que algún bailarín se percatara de
ellas para sacarlas. Un auténtico ritual que me desbordó y del que quedé
prendada esa noche. Fue entonces que escribí sobre Valeria, sobre la soledad
humana, un poco, como me sentí yo el año que pasé en esa ciudad entre fernets,
cigarrillos y conversaciones eternas.
Pamela Cueto:
“La amenaza, es un relato que
intenta capturar la violencia que se oculta en las apariencias”
Como un intento de capturar la
violencia que se oculta en las apariencias. Creo que la violencia doméstica es
emblemática, en este sentido, pues detrás del apelativo de "educación
familiar" se disimula una serie de pequeñas agresiones físicas o
psicológicas que terminan siendo parte de la personalidad agresiva de nuestra
sociedad. De este tema hablo en el relato La amenaza.
Juan Manuel Chávez:
“Seis mil doscientos kilómetros, surgió de un
desconsuelo personal”
“Seis mil doscientos kilómetros sin
ti” surgió, como muchas otras historias, de una experiencia emocional. Una
persona querida se fue del país, y ni ella sabía muy bien si volvería. Escribir
el cuento fue una manera de trastocar la incertidumbre. A su vez, el cuento es
la mixtura de tantos relatos del pasado, en que los peruanos partían para
buscar un futuro mejor y encontraban, en no pocas situaciones, un futuro que no
era mejor ni peor que el presente nacional, sino un futuro que era
sencillamente cómodo cuando no sobrevenía el nudo en la garganta por estar
lejos.
Es una historia sobre la ausencia;
aunque también sobre la pena tonta que existe en la placidez y en ciertos tipos
de alegría; también es un texto sobre el valor de tomar una decisión cuando
hace falta y sobre el paso del tiempo… el tiempo, en “Seis mil doscientos
kilómetros sin ti”, tenía que tener una cualidad espacial.
A veces, su
trascurrir lo haría tan denso que evitaría que los personajes se comprendieran
entre sí o, por el contrario, se haría tan volátil que a pesar de los meses o
años de por medio, la confianza renaciera así como el afecto.
Si “Seis mil doscientos kilómetros
sin ti” surgió, en cierto modo, de un desconsuelo personal, confío en que su
alcance sea el más colectivo posible, pues el anhelo es que le hable a cada
lector (o le susurre) sobre sus particulares ausencias, penas y decisiones.
Ana María Intili:
“Mujer de acero surgió a partir de un suceso
de asalto y me hizo pensar en una joven como protagonista”
Hace algunos años
acudí al taller de narrativa que dirigía Carmen Ollé. Nos pidió un cuento
corto, de temática libre. En el Perú, habían disminuido notablemente los hechos
que derivaron de la violencia política, pero iba en aumento la violencia
ciudadana.
Leí en el periódico un nuevo suceso de asalto y me hizo pensar en
una joven como protagonista, que buscaba mitigar su difícil situación, con un
asalto. Escribí ficcionando la acción, pero no encontraba un final
satisfactorio; el título tentativo era Acero y miel. El texto fue abandonado
hasta el año 2007. Lo recuperé con la ocurrencia de un final sorpresivo, pero
feliz y el título sufrió un cambio por Mujer de acero.