Cualquiera
puede dedicarse al periodismo cultural: ¡Googleas y listo!
Escribe:
Gabriel Ruiz Ortega
Un par de
notas llaman mi atención. La primera, (http://goo.gl/uHDn2v) publicada
en el semanario Siete hace ya buen tiempo, y la segunda, hace muy poco en la
web de RPP (http://goo.gl/ZMxmEM) Cuando las
(re)leo me es imposible no pensar en lo que más de uno piensa y calla por
estrategia: cualquiera puede dedicarse al periodismo cultural. Googleas y
listo.
Si a esta
facilidad para trabajar, le sumamos un ánimo condescendiente, pues más de un
interesado podría resultar engañado de la verdadera realidad, de esa verdadera
realidad que absolutamente nadie está dispuesto a poner en el tapete. ¿Se
imaginan si empezáramos hablar de ella? Yo sé lo que pasaría: tendríamos un
suicidio colectivo de narradores y poetas que se han creído durante toda una
vida lo que no fueron, no son, ni serán.
Karina Pacheco
Pero
vayamos primero a las notas de Carlos Amorós y Joel Maldonado, que no son más
que un producto natural de ese mundo de mentiras que es nuestro circuito
literario. En sus entregas no hay mala entraña, no hay argolla, ni preferencia
solapada, pero a través de ellas sí es posible detectar sus pocas lecturas, su
escaso criterio y un excesivo entusiasmo para con tan poco. No es necesario que
sean críticos literarios de oficio, ni hablar, pero al menos se hubieran dado
el trabajo de buscar (leer) y comparar, un poquito más, cosa que nos evitábamos
sus zafarranchos.
Veamos:
¿Acaso los
premios son un indicativo de que estamos yendo por un buen camino, cuando lo
cierto es que los premios en Perú no son garantía, en lo literario, de nada (a
ver, a lo Ferrando: regalo A la busca
del tiempo perdido, en 3 tomos en Valdemar (500 maracas es el precio), a quien
me cite una novela, cuentario y poemario galardonado en los últimos 25 años;
novela, cuentario y poemario que haya marcado un antes y un después en nuestro
devenir literario)? ¿Hablar de nuevas voces del siglo XXI nombrando a Rodolfo
Ybarra, Victoria Guerrero y José Carlos Yrigoyen, cuando más de uno sabe que
provienen de las canteras noventeras del ¡siglo pasado!? ¿Sugerir que estamos
ante un Boom -o preguntarnos al respecto- de nuevos narradores y no mencionar,
ni a pie de página, Los caminantes de Sonora, publicación que reúne a los
ganadores y finalistas de la última bienal de cuento de Petroperú, en la que
tenemos un estimable número de jóvenes narradores a los que habría que seguir
la ruta, detalle que hay que consignar pese a la irregularidad del libro?
Martín Roldán
Si el
criterio del premio es el factor que guía mi reportaje, ¿por qué no investigar
más en lugar de quedarme con esos paquetes de aire que son los premios de
Víctor Ruiz, Diego Trelles, Alejandro Neyra y Olney Goin? Y lo digo con todo
respeto a estos autores (incluyendo al salado): no pasa nada con ninguno de
esos libros premiados. ¿Por qué no investigar más y así llegar a la narradora
peruana más coherente que tenemos (con varios premios, por cierto)? No sabes de
quién hablo, acá te paso el yara: Karina Pacheco. Uno más, el tapadito:
Giancarlo Poma.
¿Qué paso?
¿Telefónica te cortó la señal de internet y por eso googleaste a medias?
¿Cómo es
posible que hables de las nuevas voces del siglo XXI, te preguntes por un Boom,
y no consignes al “Granta Boy” y Luis Hernán Castañeda? Yushimito, quizá una de
nuestras prosas más dotadas, y Castañeda, el más prolífico de su generación.
¿Eres suicida, no? Ambos nombres tienen que figurar de todas maneras en cuanto
reportaje/nota/artículo se haga sobre narrativa peruana última, no importa si
acaba publicándose en El Trome o en El Men. Y claro, poco puedo esperar a que
sepas de Martín Roldán, Orlando Mazeyra y Jennifer Thorndike.
Tomen
nota: Roldán solito tiene más convocatoria que todos los premiados y
consignados por Amorós y Maldonado. La segunda edición de Generación Cochebomba
es un suceso. Este pata, al igual que Bellatin, no tiene lectores, tiene
hinchas. Mazeyra la viene rompiendo con Mi familia y otras miserias, su último
libro de relatos. Estamos pues ante el Jugador de la fecha de la narrativa
peruana actual. Y Thorndike, nuestra narradora de mayor proyección, cuya novela
(Ella), que aparte de conseguir buenas reseñas, estuvo nominada a Mejor Libro
2012 (ajá, el año pasado nomás) en El Tromercio (a mí me resbala lo que haga El
Comercio, pero pongo el dato para reforzar la idea de que no hablo de una pluma
desapercibida). Ojo, no te nombro autores ocultos, aislados del sistema, en
absoluto. Te menciono plumas ubicables, cuyos libros están a la mano y que por
flojera no los has leído.
¿Si existe
o no un Boom literario? ¿Las nuevas voces del siglo XXI? Muchacho, para la
próxima, si intentas hacer algo parecido, hazlo, pero antes lleva a cabo lo
fundamental: cambia de bar, lee más y no tengas miedo a decir lo que piensas.
(Continuará…)
Sobre Gabriel
Ruiz Ortega
Lima,
1977. Lector, escritor, crítico involuntario, ex editor, blogger y librero.
Autor de la novela "La cacería" y de la serie de antologías de
narrativa peruana contemporánea "Disidentes". Mail: gabrielruizortega@gmail.com