viernes, 27 de junio de 2014

CINE: Una familia peligrosa






Escribe: Raúl Lizarzaburu

Luego de un comienzo prometedor, con algunos trabajos interesantes en los años ochenta y noventa (Subway, El perfecto asesino, en especial Nikita), el francés Luc Besson lamentablemente continuó una carrera irregular, paseándose por diversos géneros como la ciencia ficción (El quinto elemento), la aventura (la inflada Azul profundo), y el histórico (Juana de Arco). Una familia peligrosa (The Family, 2013), coproducción francoamericana, híbrido de humor y acción, es su último título estrenado como director (su carrera abarca infinidad de trabajos como guionista y productor).

Besson además coescribe el largo que comentamos junto a Michael Caleo, basado en la novela Malavita (nombre del perro de la casa, con el que esta película se ha estrenado en algunos países), cuyo autor, Tonino Benacquista, está muy ligado al cine. El protagonista es Giovanni Manzoni, un capo mafioso que bajo el nombre de Fred Blake (Robert de Niro), se acoge al sistema de protección de testigos por el cual debe mudarse, sin muchas comodidades, a un pequeño pueblo en Normandía junto a su esposa Maggie (Michelle Pfeiffer) y sus hijos adolescentes Bell y Warren (Dianna Agron-Jon D’Leo).

Antes de instalarse en su nuevo domicilio, una casona que no tiene ni dirección, Fred debe deshacerse de un cadáver, lo que nos da una idea de sus malas costumbres.  Los forasteros estarán siempre vigilados por dos agentes del FBI dirigidos por un viejo conocido de Fred (Tommy Lee Jones) que deberá mantenerlo a raya para que no sea descubierto y convertido con ello en un blanco móvil. Pero la conducta disfuncional del clan en pleno y sus no muy buenas relaciones con su entorno harán despertar sospechas sobre ellos en el lugar en poco tiempo.




El problema de este filme, por más que se trate de un ejercicio de humor y no se le deba tomar muy en serio, son sus excesos: un ama de casa ofendida que incendia un supermercado; una chica angelical que de pronto reduce a cinco jovenzuelos mañosos a raquetazo limpio; un estudiante sinvergüenza que le roba a los maestros, que chantajea, que trafica con exámenes a cambio de defenderse de matones; un hombre indignado que es capaz de torturar a un alcalde y volar un tanque porque el agua de su caño sale turbia (y no solo andan en cosas raras los miembros de la familia, por ejemplo tienen a una vecina cleptómana).

Mal que bien, Besson demuestra tener muñeca en las escenas de peleas y en las balaceras –total, sus mejores películas son las que tienen elementos de acción– como en la matanza del principio o en el climático enfrentamiento de la parte final. Martin Scorsese es productor aquí, por lo que no es gratuito el homenaje a Buenos muchachos, teniendo en cuenta la presencia de Robert de Niro (que de paso hace una parodia de varios de sus personajes) y la historia de un testigo protegido por federales. El toque romántico de Belle con su profesor aporta poco, más bien.


Una familia peligrosa puede pasar como un divertimento, pero no más. Al mismo tiempo es otra muestra de lo dispareja que es la obra de Luc Besson.