jueves, 19 de junio de 2014

CINE: Pasión inocente






Escribe: Raúl Lizarzaburu

Drake Doremus es un director californiano, joven aún (apenas pasa la treintena), que luego de un puñado de trabajos entre cortos, largos y una miniserie ve la luz en nuestro país con el drama Pasión inocente (Breathe In, 2013) de sorpresivo estreno. Doremus es además coautor del guión con Ben York Jones.

El protagonista es Keith Reynolds (Guy Pearce), que de ser rockero en sus años mozos se convierte en un ejecutante de cello que, mientras espera cumplir su anhelo de tocar en una sinfónica, da clases en una escuela de Nueva York donde no se siente muy a gusto (como no se siente a gusto en general con su vida en la madurez). Entonces llega para alojarse en su casa, en un pueblo cercano a la ciudad, la estudiante inglesa Sophie (Felicity Jones), que ha cruzado el charco por intercambio y es todo un talento musical en ciernes. Inicialmente tímida, irá entrando en confianza y hará muy buenas migas con la esposa de Keith y con Lauren, su hija adolescente que participa en competencias de natación (Amy Ryan-Mackenzie Davis). Pero sobre todo con él. Y más allá de una simple amistad entre profesor y alumna. Entonces comienzan los encuentros furtivos dentro y fuera del hogar.




Y también comienzan los problemas, empezando por alterarse la tranquilidad y la hasta entonces, en apariencia, feliz vida de la familia con su presencia; ella tampoco hará mucha química con sus compañeros de estudios, sobre todo cuando tiene un acercamiento con un ex de Lauren. Uno de los aspectos más interesantes de este filme es cómo se va desarrollando la relación entre ambos, narrada con pocos diálogos pero con expresividad (un momento notable es cuando sus manos se encuentran en el piano), y un erotismo más bien velado (por ahí se le ha comparado con Lolita, pero creo que es un exceso). Se puede objetar, eso sí, algo de previsibilidad.

 Pearce está excelente, con un registro dramático como pocas veces se le ha visto, bien secundado por Ryan y la joven Jones, presente también en el anterior largo de Doremus, Like Crazy (igualmente coescrita con Ben York Jones). 
Kyle MacLachlan, actor dedicado a la televisión últimamente, hace un cameo (papel breve y no acreditado) como un amigo de Keith que se entusiasma al ver a Sophie en bikini. 
Se escucha, cómo no, aparte de la excelente partitura de Dustin O'Halloran, fragmentos de Chopin y Schumann entre otros compositores. Otro punto a favor: la fotografía de John Guleserian, tanto en los primeros planos de los protagonistas como en los ambientes de la casa o el paisaje del bosque. Ojo con el detalle del retrato familiar al comienzo y al final.

En suma, Pasión inocente es una película correcta, austera, sin grandes estrellas en el reparto (salvo Pearce), que sin alcanzar un gran nivel se puede ver. Lo que sí cabe discutir, más allá de sus virtudes y deméritos, es la manera en que este melodrama es promocionado, como si su contenido sexual fuera en realidad mayor. En fin.