“Las mujeres serán siempre mis
protagonistas. Soy fanática de las historias de mujeres”, nos dice nuestra
entrevistada de hoy
Pintora y escritora de larga data, Borka
Sattler tiene una trayectoria que no se puede resumir en unas cuantas líneas.
Sin embargo, podemos mencionar que ha realizado exposiciones individuales y
colectivas en el Perú y gran parte de Latinoamérica, así como en Estados
Unidos, Canadá, Japón y en diversos países de Europa. Fue directora de la
emblemática galería de arte Borkas, de la Escuela Superior de Bellas Artes
Hispano Latinoamericana y de la revista cultural Motivos.
Asimismo, se desempeñó durante una década
como agregada cultural en la Embajada del Perú en Canadá, en Ottawa, donde
realizó los congresos “Perú en su cultura” conjuntamente con la Universidad de
Ottawa, y que dieron como resultado los libros Perú en su cultura (2002) e
Identidad(es) del Perú en la literatura y las artes (2005), de los cuales es
coeditora, y que incluye ensayos de Roland Forgues, Raúl Bueno, Daniel Castillo
Durante, Fernando de Diego, Gastón Lillo, Lady Rojas Benavente, José Antonio
Mazzotti, Juan Zevallos Aguilar, Fernando de Toro, Juan Carlos Godenzzi,
Mariela A. Gutiérrez, Rocío Ferreira, Song No, entre otros destacados críticos
literarios del mundo entero.
Paralelamente, como narradora Borka
Sattler ha publicado las novelas La galería (1990), Doña Tránsito Abril (1997),
Mitococha (2009) y Sarah Ellen Q.E. P.D.
(2013), así como los libros de cuentos El enigma de las plumas (1994) y La cama
verde. Recuerdos, reflexiones y relatos (2003). Hace poco presentó en la Feria
Internacional del Libro de Lima su nuevo libro: El Retrato (2014, Editorial
Intermezzo Tropical). Precisamente, para conocer esta nueva novela suya, Lima
en Escena sostuvo una charla al respecto.
Tienes más de seis libros publicados
entre novelas y cuentos. ¿Qué representa para ti la escritura?
¡Es un goce! Disfruto escribir.
¿Y la pintura?
¡Un sufrimiento!
¿Por qué?
Porque busco expresar emociones y
sentimientos de una manera abstracta, lo cual me produce cierta angustia sobre
todo cuando estoy comenzando a pintar el lienzo.
¿Cómo surge esta necesidad por escribir?
Bueno, toda mi vida me ha gustado
escribir. Soy una escritora de formación
autodidacta y escribir mi primer libro fue una loca aventura. Se llamó
La Galería.
¿Por qué consideras que escribir tu
primer libro fue una “loca aventura”?
Porque fue escrito por tres personas. En
realidad lo hicimos como una manera de diversión.
¿Contaron los momentos anecdóticos que se
viven en una Galería?
Deseábamos escribir todo lo que pasábamos
en la Galería. Cada uno de los autores escribió sobre un tema y después lo
compaginamos.
¿Qué pasó después de esta experiencia
inicial?
Escribí Doña Tránsito Abril, la historia
de una leguleya arequipeña. Una mujer que se dedicó a ser abogada de la gente
pobre. En esa época difícilmente las mujeres seguían estudios superiores; sin
embargo, ella se asoció con un amigo que era abogado y ambos resolvían los
casos. Era una mujer muy odiada en Arequipa. Esta historia fue mi primera
novela…
A propósito de este personaje Tránsito
Abril, y otras mujeres de posteriores libros tuyos, hay un todo un interés por
recrear estos universos en tus historias…
Las mujeres serán siempre mis
protagonistas. Soy fanática de las historias de mujeres. En todos mis libros,
tanto en las novelas como en los cuentos, gran parte de los personajes
principales son femeninos.
¿Por qué?
Porque al escribir sobre un tema que me
compete en vista de mi papel como mujer puedo desdoblarme en diversos
personajes.
Pese
a vivir en una sociedad represiva, castradora... Tus protagonistas son mujeres libres
Son mujeres emancipadas aunque tengo
algunas historias de mujeres que han sufrido mucho o han sido muy sumisas
también…
Que a la larga rompieron esta sumisión.
¡Por supuesto!
Todo este interés involucra tu forma de
ser, la de una mujer de espíritu libre
Imagino que sí…
Tus cuentos tienen otras aristas… ¿no?
Totalmente. Mis cuentos tienen que ver
más con asuntos o temas familiares. Desde pequeña he sido una mujer muy pegada
a la familia. Siempre me ha gustado charlar con mis tías, mis abuelas, todas
ellas ancianas, y también con mi padre. Fruto de estas largas conversaciones de
anécdotas han surgido muchas historias las cuales he volcado al papel.
Tomando el tema de tu última novela El
Retrato…
Este libro está inspirado precisamente en
un retrato familiar. Esta novela involucra también parte de mi formación de
artista plástica. El Retrato es un libro muy importante.
¿Por qué?
Porque todas mis novelas tienen algo
propio, algo que viví.
Muchos autores se niegan es admitir que
parte de sus historias están tomadas de sus propias experiencias…
En mi caso en particular, nunca escribo
historias sobre lo que no he vivido. Estoy involucrada de manera directa o
indirecta con todo lo que escribo.
No son historias ciento por ciento de
ficción...
No, todos mis personajes tienen rostro y
vida propia. Son personalidades que me inspiran para generar una historia.
¿El retrato, este personaje central tu nueva
novela existe?
Claro que existe. Es el retrato de mi
abuelo que siempre ha vivido conmigo. Siempre estuve enamorada de este retrato
que finalmente acabó como la historia de mi última novela. Lo vi desde que nací
y ahora lo tiene mi hijo.
Y también ha experimentado todo este
proceso de restauración tal como lo cuentas en el libro…
Todo este proceso se da cuando conocí a
la restauradora María Villavicencio y es precisamente en ella en quien me
inspiré cuando hice la novela.
La restauradora también se obsesiona con
el retrato, y a partir de esta obsesión se tejen momentos de misterio ¿no?
Sí, porque la restauradora se enamora del
retrato y no contemos más para que los lectores se interesen en el libro
(risas)…
Divertida esta parte donde describes a un
periodista cultural y a su jefe sinvergüenza…
Bueno, en cualquier diario pasa este tipo
de historia, el típico practicante calificado abusado por sus jefes. Estas
experiencias pasan día a día y ambas lo hemos experimentado en carne y hueso…
De otro lado, hay toda una recreación de
una Lima que ya no existe. ¿Cómo ha cambiado Lima?
Debo confesarte que estuve fuera de Lima
alrededor de 14 años. Regresé hace pocos años y Lima es definitivamente otra.
Se ha modernizado; sin embargo el tema referido a la cultura ha cambiado para
mal. Ahora todo es negocios y punto. Han cerrado algunas Galerías, se han
abierto otras. Ya no observo esa mística de los visitantes de antes. En décadas
pasadas existía un público que visitaba una Galería para apreciar cuadros y
charlar al respecto. Personas muy cultivadas. Antes se hacían tertulias sobre
diversos temas: pintura, libros. Eso se ha perdido. Ahora todo es un desorden.
Echo de menos los verdaderos Centro Culturales.
La lectura de esta novela fluye de manera
ágil. Las historias que giran en torno al retrato. Por un lado está la
restauradora, por otro los periodistas, la colonia alemana...
Todas las historias de las cuales me
hablas fluyeron de manera natural… La referida a los alemanes afincados en el
Perú tiene que ver con mi familia. Mi abuelo Sattler nació de casualidad en el
país. A los tres años regresó con su familia a Alemania. Su padre murió en el
barco y su madre regresó sola con sus hijos. Posteriormente, mi abuelo regresa
al Perú y se casa. Gracias a la ciudadanía peruana no lo sacaron para
devolverlo a Alemania; cosa que sí ocurrió con otros alemanes.
¿Estamos ante una historia familiar?
Si bien es cierto es una historia
ficcionalizada, es una novela que tiene parte de mí, de la familia.
Finalmente. Me comentabas que están
preparando una nueva novela…
Sí, es una novela que gira en torno a
secretos familiares relacionados con gente a su servicio, aún estoy
escribiéndola. Pero muy pronto publicaré un libro de cuentos titulado Diez
relatos de mujeres y una araña. Es una recopilación. Algunos cuentos ya fueron
publicados, pero la mayoría son inéditos.