Actor,
periodista y crítico de teatro, nos habla sobre uno de
los Premios que poco a poco se consolida en el segmento teatral independiente
Además de
premiar el trabajo de actores, directores, dramaturgos y productores, reconocen
la trayectoria de un importante colectivo teatral, y por si fuera poco, rinden
también un merecido homenaje a los artistas que ya no se encuentran entre
nosotros. Así, Premios El Oficio Crítico, se abre paso ante lo oficial, el
canon y lo exclusivo, para constituirse en los Premios que reconocen al teatro
alternativo o independiente, aquel que se gesta año a año, muchas veces sin
presupuesto o ayuda económica en espacios como el Club de Teatro, el Mocha Graña, la
ENSAD, el Galpón, Casa Espacio Libre, Teatro Racional, entre otros.
Desde hace
un puñado de años, el activo comunicador, actor, crítico, blogger de teatro, y director del portal "El Oficio Crítico", Sergio Velarde realiza anualmente los Premios El Oficio Crítico, evento que premia
el talento de
todo el conglomerado que compromete al segmento teatral independiente, nicho
que crece auspiciosa y progresivamente. Al respecto Lima en Escena charló con
uno de nuestros críticos de teatro más activo de las artes escénicas.
-Sergio, en materia teatral y frente a los premios “oficiales” en este rubro gestaste Premios El Oficio Crítico.
¿Por qué?
-Creo que
resulta claro que los otros premios, los prestigiosos Premios Luces de El
Comercio reconocen el talento indiscutible de actores y directores limeños,
pero dentro de un determinado circuito por razones que saltan a la vista, pero
que no se pueden afirmar tajantemente. Sí podría afirmar en cambio, que esta
situación no siempre fue así, y que desde el 2004 todo cambió. Por ejemplo,
colectivos de calidad como Espacio Libre, que dirige tenazmente Diego La Hoz
hasta la fecha, desaparecieron desde aquel año de su exclusivo circuito.
Resulta fácil adivinar la razón. Otro caso: la AAA, escenario de varios
espectáculos de indudable calidad y fundada por la misma familia Miró Quesada,
inexplicablemente pareciera no existir para los periodistas de nuestro Decano,
cuando está a tan pocos metros del Teatro Municipal y sus grandiosos musicales.
El Oficio Crítico busca ser simplemente una alternativa, nada más.
-No es
fácil constituirse en una alternativa ante lo oficial, ante el canon y lo cliché.
¿Qué te llevó a crear Premios El Oficio Critico?
-Creo que
pesó demasiado el ser un actor de teatro independiente y alternativo, y
frecuentar salas como el Club de Teatro, el Mocha Graña, la ENSAD, el Galpón y
muchos más. Sé lo que significa ensayar por las noches y por las madrugadas con
mis compañeros, incomodar a nuestras familias para encontrar algún lugar para
ensayar, y luchar función tras función para traer gente. Pero pienso que la
verdadera razón fue la de ver, como espectador, el extraordinario trabajo que
realizan mis compañeros en esos espacios y que finalmente no tienen un mayor
reconocimiento más que el aplauso de su última función. Los Premios El Oficio
Crítico son la excusa perfecta para reunirnos a fin de año, y recordar juntos,
todo lo bueno que animó nuestras salas alternativas.
-¿Cuántos
años vienes trabajando en esta premiación?
-Desde el
2008 vengo realizando un balance personal dentro de mi portal del mismo nombre
dedicado a la crítica teatral. Pero desde el 2011 logré realizar un evento en
vivo, para generar expectativa entre mis compañeros. Esa fue, es y será siempre
mi motivación. Aprovecho para agradecer a Luis Gustavo Gonzáles por apoyarme
con el local que dirige, el Centro Cultural CAFAE de San Isidro. Tomé la
decisión también, de excluir a los excelentes espectáculos que se presentaban
en La Plaza, en el Centro Cultural La Católica y en el Británico, no por su
calidad que es extraordinaria, sino porque ya tenían un premio asegurado a fin
de año (Premios Luces), y además de tanto prestigio. Cada año vamos mejorando y
este 2014 no será la excepción: haremos algunos cambios significativos y
esperamos que sea del agrado de todos nuestros seguidores. Por ejemplo,
premiaremos al mejor montaje de gran producción estrenado en el año, pues el
buen teatro puede suceder en cualquier parte.
-Háblanos sobre los objetivos fundamentales de estos premios...
-Reconocer
el destacado y persistente trabajo de actores, directores, dramaturgos y
productores en general, a través de un simbólico reconocimiento por medio de la
encuesta publicada en el portal y del criterio de nuestro equipo. También
reconocemos la trayectoria de un importante colectivo teatral, premiamos a la
mejor obra peruana estrenada en el año y les rendimos un merecido homenaje a
los artistas que ya no se encuentran entre nosotros. Buscamos también una
reunión de confraternidad, una última comunión de los que hacemos teatro
alternativo e independiente antes de finalizar el año.
-¿Cuáles
son los criterios de selección en cada una de las Categorías?
-Antes de
contestarte esa pregunta, quisiera dejar en claro que pienso que no existe una
premiación totalmente “justa”. Si alguien sabe de alguna, por favor, avíseme.
Separamos las obras de teatro que consideramos independientes y alternativas, -desde
ahí comienzan nuestras tribulaciones- en dos grandes grupos: Drama y Comedia o
Musical. El Teatro Infantil o Familiar, que tanto me gusta y al que le tengo
una deuda enorme, entra dentro de esta última categoría. Vivo en la total
ignorancia acerca de cómo reseñar los shows de impro, de claun, los
espectáculos de danza, performance, instalaciones, mimo, títeres y otros. Así
que: zapatero a tus zapatos. Con los dos grandes grupos de obras, pasamos a
seleccionar las categorías para los actores y actrices de reparto, actores y
actrices protagónicos, directores y montajes. Y además hacemos dos
premiaciones, para los ganadores de la encuesta y los de nuestro balance
particular.
-¿Recurres a
un grupo de expertos para formar el jurado?
-Al inicio
era el único que dictaminaba qué era lo sobresaliente dentro de todo lo bueno
que alcanzaba a duras penas ver en el año. Las cosas tenían que cambiar. Así
que ahora somos una suerte de comité que selecciona a todos los artistas y
montajes que nos parece adecuado tomar en cuenta para elaborar la encuesta. Son
gente joven que administran portales de crítica y reflexión teatral como
Gabriela Javier Caballero de El Teatro sabe, Alonso Chiri de El Teatro de mi Vida,
Eder Guarda de El Escenario Imaginado, y de todo el colectivo que forma Crítica
Teatral Sanmarquina, discípulos de Sara Joffré. A todos ellos, mi
agradecimiento total.
-¿Cómo los
eliges?
-Nos
reunimos en mi casa a fines de noviembre, ya que la encuesta debe publicarse en
mi blog, sí o sí, el 1° de diciembre de cada año. Cada uno, por turno, va
mencionado qué montajes merecen ser tomados en cuenta en el balance final,
mientras yo voy tomando nota. Créeme que esa es la labor más difícil. Demasiadas
obras, tantos buenos actores y directores, para tan pocos cupos en la encuesta.
Son 10 espacios para los actores de reparto, ahora solo ocho para los
protagónicos, los directores y los montajes. Es un hecho que nuestra
subjetividad prima en ese momento, como lo es todo el ejercicio crítico en
realidad.
-Estos
Premios se gestan como una forma de estimular al actor, a los colectivos, y/o
grupos independiente, ¿no?
-Esa es
nuestra mayor esperanza: estimular a la calidad de ese otro teatro que poco a
poco está generando un público fiel. Y además, cada año reconocemos la
trayectoria de colectivos que han sabido mantenerse en pie a lo largo de los
años. Hemos premiado a Espacio Libre, a Ópalo, a Cuer2, y este año le
rendiremos homenaje a Teatro de la Resistencia, que dirige Beto Romero.
-¿Cómo ha
cambiado el panorama teatral independiente desde la primera versión de estos
premios hasta el momento?
-Indudablemente
veo que cada montaje independiente se presenta de una manera cada vez más
profesional. Esa suerte de profesionalismo que le saca brillo a cada una de
estas propuestas. No puedo recordar en este año, alguna obra que haya visto y
que me haya defraudado en ese sentido. Los montajes pueden no ser del todo
redondos, pero sus valores de producción son impecables.
-Actualmente. ¿Cómo
observas el trabajo de los actores?
-La
calidad actoral siempre ha estado presente, y conforme mejoran los espectáculos
pues los intérpretes se lucen cada vez más. Por ejemplo, este año los actores
afroperuanos de Al otro lado de la cerca y En la calle del Espíritu Santo
estuvieron extraordinarios. En nuestra humilde premiación encontraron de hecho,
un merecido espacio.
-¿El de
los directores?
-Se
consolida el trabajo de experimentados directores, pero también los jóvenes no
se han quedado atrás este año y darán la sorpresa.
- No es
novedad que en los últimos años la dramaturgia local ha tenido un despegue lo
cual no necesariamente es sinónimo de calidad. ¿Qué opinas sobre todo este
proceso?
-Debo ser
sincero, no es un secreto que muchos califiquen a ciertos concursos de
“argolleros”. Muy aparte que las “argollas” se presentan en todos los
ambientes. Por ejemplo, los resultados obtenidos en Sala de Parto 2013 (por sus
autores, no sus obras) saltan a la vista, dándoles la razón a todos aquellos
que decían que los premios de ese año quedaron literalmente “en familia”.
Pero en una conversación posterior con la directora Chela De Ferrari (que está
publicada en mi portal) me sirvió para aclarar algunos puntos. Y los resultados
de Sala De Parto 2014 confirman una tendencia que podría desbaratar la
hipótesis antes mencionada.
Si excluimos a algunos de los ganadores, como Tirso
Causillas, que es actor de Las crías tienen hambre, obra escrita y dirigida por
Jano Clavier, parte activa de la organización de la misma Sala de Parto; el
artista plástico egresado de la PUCP Luis Alberto León, que repite el plato
luego de escribir la notable La cautiva; Giuseppe Albatrino, que es ingeniero
informático de la PUCP, autor de novelas de ficción y además, alumno de Alonso
Alegría; Juan Osorio que es estudiante de Letras y Artes en la PUCP, también
alumno de Alonso Alegría y además ganador, junto a León, de un premio de
Dramaturgia por parte del Británico.
Asimismo, Rosabel Rojas, que es estudiante en la
especialidad de Artes Escénicas de la Facultad de Ciencias y Artes de la
Comunicación de la PUCP y su maestro es Alonso Alegría; y Cinthia Delgado, que
estudió Dramaturgia con Mariana De Althaus, César de María y Alonso Alegría,
nos quedan la tacneña Anahís Beltrán, que estudió Biología en la Universidad
Nacional de San Agustín en Arequipa, y está en Lima realizando su maestría; el
chalaco Carlos Gonzales, que es “periodista de profesión, pero teatrista de
vocación”; el huanuqueño Christian Saldívar, que estuvo en los Talleres del
Teatro La Plaza con Gonzalo Rodríguez Risco en Comas, y que ahora forma parte
de Crítica Teatral Sanmarquina; y Carlos Zarpán, que es egresado de la primera
Promoción del Taller de Dramaturgia Sala de Parto en Lima Norte. Saquemos nuestras
propias conclusiones.
-De otro
lado. ¿Cuáles son las temáticas de interés de los jóvenes dramaturgos?
-Da gusto
ver cómo la diversidad de temas que abordan nuestros jóvenes dramaturgos,
enriquece nuestra cartelera independiente: desde el tan trillado tema de la
infidelidad, como en Bésame mucho de Ernesto Barraza; pasando por la paternidad
irresponsable, como en José, hazte cargo de Diana Gómez; hasta las atípicas
relaciones amorosas, como en Las crías tienen hambre de Jano Clavier, entre
otras.
-¿Qué nos puedes decir sobre el trabajo dramatúrgico local posterior
a Mariana de Althaus y Eduardo Adrianzén?
-No solo que De Althaus y Adrianzén se mantienen en actividad, sino que ahora ellos mismos
son los maestros de toda una nueva generación de dramaturgos. Y éstos últimos no
solo escriben, sino que también sus obras son publicadas y estrenadas. ¿Qué más
se puede pedir? Ojalá que todos los dramaturgos, vengan de donde vengan,
estudien en donde estudien, sean alumnos de tal o cual profesor, tengan la
misma chance. Y que la triste defunción de la revista Muestra no haya ocurrido
en vano. Pero definitivamente, sí podemos afirmar hoy por hoy, que existe la
Dramaturgia Peruana.