sábado, 7 de marzo de 2015

Mariana de Althaus: “Sigue siendo difícil para nuevos directores o dramaturgos montar sus obras”




“La calidad de las obras de teatro crece y aparecen nuevos directores y dramaturgos jóvenes que hacen cosas muy personales e interesantes”, dice de Althaus en la presente entrevista






Además de estrenar Karamasov, un clásico de la literatura universal basado en la novela de Los hermanos Karamazov  de Fedor Dostoyevski, reponer algunas de sus obras más exitosas como Criadero y Padre Nuestro, la destacada dramaturga y directora Mariana de Althaus, estrenó la primera de ellas en Colombia y Brasil, repuso la segunda en el Festival de Artes Escénicas de Lima – FAEL 2014, y este 2015 estrena El Sistema Solar en Chile.

Así, poco a poco De Althaus da a conocer en diversos escenarios de la Región dos de sus montajes más emblemáticos: Criadero y El Sistema Solar, los cuales constituirán un testimonio de lo que últimamente se viene trabajando en materia teatral en el Perú. Sobre este y otros temas Lima en Escena charló con la directora.







-Mariana, el pasado año fue especial. El estreno de Karamasov por un lado, de Criadero en Colombia y Brasil por otro, la participación de Padre Nuestro en el Fael. También se presentará una obra tuya en Chile. ¿Cuáles son tus percepciones sobre lo que ocurrió en el teatro en el 2014?

-Parece que fue un excelente año a pesar de que ha sido el año en que ha nacido mi segundo hijo. Es como una rueda que uno no puede parar, aunque uno crea que puede hacer un paréntesis por un tiempo, no se puede. Estoy muy contenta con todo lo que ha pasado este año.

-Si bien algunas de tus obras de teatro se han estrenado en Argentina y España, el 2014 hiciste lo propio en Brasil y Colombia. ¿Por qué es importante poner al teatro peruano en la cartografía escénica de la Región?

-Es muy distinto que las obras de dramaturgos peruanos se estrenen en otros países con directores y actores extranjeros, a que llevemos nuestros montajes escritos, dirigidos y actuados por peruanos. Llevamos una propuesta teatral totalmente propia, ofrecemos una mirada de peruanos al mundo, y además, les damos trabajo a directores y actores de acá. Esto no ha sucedido hasta ahora, con excepción de Yuyachkani.

-Si bien Yuyachkani e Integro han dejado testimonio de su trabajo en escenarios internacionales, hace falta que los directores y dramaturgos repliquen esta experiencia ¿no?...

-El teatro peruano en el mundo es inexistente, o se asocia al trabajo de Yuyachkani. Es bueno que se empiece a conocer otras propuestas, nuevas miradas, nuevas estéticas. Además, que nosotros salgamos del país hace que nos codeemos con propuestas y trabajos de otros países, y eso nos exige más, nos obliga a renovarnos, a mejorar, a exigir más a nuestros actores, a nuestros diseñadores y técnicos. Quedarnos en el Perú hace que nos miremos al ombligo todo el tiempo, nos aplaudamos los unos a los otros entre colegas, y ahí nos quedamos haciendo lo mismo siempre.

 -Cuando se gestó el FAEL, el principal objetivo de Marisol Palacios fue poner ante la mirada de los productores internacionales obras peruanas con miras a salir al exterior. ¿Qué se ha ganado al respecto?

-Esos productores internacionales por fin han podido ver obras peruanas diferentes a Yuyachkani, y algunas obras han sido invitadas a participar en festivales. La obra de Sebastián Rubio 1980/2000 fue invitada a Chile, Criadero ha sido invitada a Colombia, Brasil, Santa Cruz y Cádiz, Padre Nuestro ha sido invitado a Manizales, y El Sistema Solar a Ecuador, Chile y Argentina.




-Sin duda, estas dos versiones del FAEL ha cambiado el panorama de las artes escénicas locales. ¿Crees que nuestro país tendrá en adelante posibilidades de mostrar sus trabajos en el exterior?

-Sí. Pero tenemos que tener propuestas más sólidas, que sean producto de un trabajo continuo de directores dramaturgos. Por lo general, participan en un festival, lo que llamaríamos teatro de autor, es decir, directores que escriben sus obras y empiezan a generar una propuesta diferente, una poética propia, singular. A diferencia de Argentina, por ejemplo, lo que tenemos acá, sobre todo, es buenos directores que dirigen obras de otras personas, otros dramaturgos, en su mayoría extranjeros. Trabajos como los de Sebastián Rubio o Integro tienen más posibilidades, creo.

-Centrémonos en el teatro local en general. ¿Qué nos puedes decir sobre lo trabajado este año a punto de culminar?

-Las salas cada vez están más llenas, la calidad de las obras crece, y aparecen nuevos directores y dramaturgos jóvenes que hacen cosas muy personales e interesantes. Es difícil ver todo lo bueno que hay en cartelera. Pero aún sigue siendo difícil para nuevos directores o dramaturgos montar sus obras, pues no hay fondos concursables del Estado para hacer proyectos, a diferencia de Chile o Colombia.

-La dramaturgia local se encuentra en franco dearrollo, y creo, sin temor a equivocarme, que esto en gran medida se deba a tu aporte también. ¿Qué te parece la reciente producción dramatúrgica?

-Empiezan a aparecer nuevos dramaturgos peruanos de alta calidad, como Mariana Silva, Pepo León, Daniel Silva o Patricia Romero. Los tres concursos de dramaturgia que tenemos ahora y el Vivero de dramaturgia de Alonso Alegría le han dado a la dramaturgia local un gran estímulo.

-Ahora contamos con una dramaturgia de temáticas diversas. Se escribe sobre episodios de la Guerra Interna, sobre la crisis de pareja, el amor, las redes sociales. ¿Qué nos puedes decir al respecto?

-Tenemos un teatro mucho menos político que el de Chile, por ejemplo. Aunque hay muchas obras que revisan la historia política y el conflicto interno peruano, no es lo que prima. Ocurre lo mismo con la dramaturgia y la literatura en general en el mundo, vivimos épocas individualistas y los problemas que nos acosan no suelen ser sociales sino más personales que antes.




-De otro lado. ¿Cómo ha cambiado el teatro local en estos últimos cuatro años?

-Ha crecido el público, y lo hemos hecho interesarse en la dramaturgia peruana. Hace cuatro años era difícil imaginar que se pusiera una obra peruana dramática, no comedia, en un teatro como La Plaza, por ejemplo. Eso promueve el desarrollo de un teatro peruano, específico, que no sólo ponga en escena los éxitos de Broadway.

-Finalmente. ¿Hay posibilidades de reestrenar Karamasov?

-No creo, es una obra con muchos actores, con una escenografía grande, complicadísima de reestrenar. Sólo se puede reestrenar obras de muy pocos actores, que tengan cierta disponibilidad de tiempo, lo cual es cada vez más difícil de conseguir. Ahora, por ejemplo, nos han invitado a Manizales para poner Criadero y Padre Nuestro, pero sólo vamos a poder llevar Criadero, porque algunos actores de Padre Nuestro no pueden viajar por otros compromisos. Los actores tienen mucho trabajo ahora, lo cual es maravilloso, pero un dolor de cabeza para los directores.

-¿Qué experiencia te deja el haber adaptado un clásico de la literatura universal de esta envergadura?

-Me dejó agotada, porque era un grupo muy grande y yo estaba embarazada. Pero también fue una experiencia fascinante, aprendí mucho de ella, y me ha dejado las ganas de seguir adaptando clásicos, aunque con elencos más reducidos. Prefiero las experiencias teatrales más íntimas.

-¿Qué obras estrenarás en el exterior y en el país este 2015?

-El 2015 me he propuesto no estrenar nada, porque quiero dedicar más tiempo a mis hijos. Voy a viajar a Santiago, Buenos Aires, Manizales y Cádiz con mis obras y voy a escribir, pues en el 2016 tengo el compromiso de estrenar dos obras en dos teatros.