Destacada actriz, dramaturga y directora teatral se apresta a estrenar su obra ganadora del 5to Concurso de Dramaturgia Peruana 2014 “Ponemos tu obra en escena”
Foto: Rosana López Cubas
A través de “Una historia original”, obra ganadora del 5to Concurso de
Dramaturgia Peruana 2014 “Ponemos tu obra en escena”, su autora y directora Vanessa
Vizcarra da rienda suelta a sus personajes que encarnan la necesidad de contarnos historias que completen nuestra
desolada realidad. Sus historias nos devuelven las visiones oníricas que hacen
que nosotros nos completemos con ellas y ellas revelen su magia, fantasía e irónico
humor.
Este sábado se estrena el aludido montaje en el Teatro Británico con un
elenco de lujo: César Ritter, Lita Baluarte,
Franklin Dávalos y Katerina D’Onofrio.
Para charlar brevemente al respecto Lima en Escena entrevistó a Vanessa Vizcarra, una de las personalidades clave del teatro contemporáneo local.
Para charlar brevemente al respecto Lima en Escena entrevistó a Vanessa Vizcarra, una de las personalidades clave del teatro contemporáneo local.
-Vanessa,
Una historia
original, no es una puesta en escena típica. ¿Cómo surgió?
-Originalmente esta obra era un ejercicio, una primera gran escena que
surgió justamente cuando me encontraba previo a una entrega de otro texto
durante un vacío creativo… Un momento en el cual no sabía hacia donde llevar mi
historia. Un tiempo después lo retomé y lo empecé a desarrollar como una
historia en sí misma y fue tomando vida propia…
- Para un dramaturgo este periodo de infertilidad debe ser como estar frente a una
página en blanco como suele sucederle a los escritores ¿no?
-Por supuesto, es más o menos lo mismo. Para mí estos procesos de infertilidad
no es pura coincidencia. Emocionalmente hay algo que te bloquea y las ideas no
fluyen. En el ejercicio de la creación artística uno tiene que vencer estas barreras, estos bloqueos, para que las historias se transformen y cobren
vida en el escenario.
-Las protagonistas de tus universos temáticos, tus búsquedas dramatúrgicas son
precisamente las mujeres y en este montaje no necesariamente es así…
-Sí y fíjate que no he sido muy consciente de esto. Con el compás del
tiempo y la experiencia he tomado consciencia de esta búsqueda y el intento también
de variar y buscar otros temas. En el caso de Una historia original, es la
primera vez que escribo sobre un protagonista masculino.
-¿Y cómo calificas esta experiencia…?
-Deliciosa, definitivamente enriquecedora. Volcar nuevas historias, nuevos
personajes, te permiten crecer en el ejercicio de la dramaturgia. En Una historia
original, el personaje que hemos creado con César Ritter, un actor
espectacular, es formidable… Estoy contenta.
- Una historia original posee una ironía socarrona...
-Con respeto al trabajo de la ironía, o el humor socarrón, no me doy cuenta
hasta el momento que empiezo a trabajar las lecturas con los actores quienes me hablan sobre estos elementos.
Siempre están en mis textos. Siempre. Es mi manera de comunicarme. Disfruto
mucho cuando una obra de teatro incluye el humor. Trabajar mis obras con humor implica crecer
-El protagonista de Una historia original es un individuo medio perdido…
-Justamente en las dos escenas que has tenido la ocasión de ver el
protagonista se proyecta como el tipo desvalido, sin embargo, a partir de las
siguientes escenas él es quien demuestra la fortaleza que permiten que las
cosas avancen en la historia. Este personaje no tiene las cosas claras y
posiblemente es un poco viejo para no tenerla ¿no? No hay problema alguno en
este tema…Yo me convertí en dramaturga después de los treinta años.
-El montaje también cuenta con algunas pinceladas de danza…
-Así es. La obra misma las pedía. Desde el inicio la historia tenía mucho
juego. El montaje transita por diferentes tiempos, espacios y niveles de
conciencia. Está el inconsciente, el nivel de los sueños y el de los recuerdos.
Estos niveles deberían tener sus propios códigos en el escenario para que el
público los pueda entender es así como se acopla estas pinceladas de danza de
las cuales me hablas.
-Permíteme cambiar de tema.
Tienes muchos años involucrada en la actuación, dramaturgia y ahora la
dirección teatral. ¿Las tres disciplinas fluyeron de manera
paralela?
-Si le preguntas a mi mamá ella te va decir que las tres disciplinas
surgieron paralelamente y a muy temprana edad…
-¿Qué edad tenía la pequeña actriz, dramaturga y directora?
-Ocho años. Mi madre cuenta con frecuencia que me encantaba hacer funciones
de teatro en donde era la protagonista, la dramaturga y la directora de mi
elenco familiar compuesto por primos y hermanos.
-¿Recuerdas esta etapa de tu infancia?
-Por supuesto. Era así…
-¿En qué momento retomas estas actividades?
-En mi etapa adulta. Estas actividades se fueron dando de manera
progresiva. La actuación es y será mi primer amor…
¿El primer amor?
-Si así de apasionado como se escucha. La dramaturgia y la dirección han
encontrado su propio espacio y ambas son labores que disfruto mucho. Es más, me
encantaría contar con el tiempo y el espacio para desarrollarme en estas tres
disciplinas.
Sobre Vanessa Vizcarra Soberón
Es comunicadora escénica en Lima, Perú. Se viene desempeñando en actuación,
dirección y dramaturgia desde 1998, habiendo actuado en más de veinte obras
teatrales, así como en producciones de televisión y cine. Su último trabajo en
teatro fue “Cenando entre amigos”, bajo la dirección de Roberto Ángeles, por la
que fue nominada al premio Luces 2013 como mejor actriz de reparto.
Antes, en 2012, ganó el premio Conacine a mejor actuación en un
cortometraje por “Third sex”, dirigido por Natalia Vizcarra. Ha sido asistente
de dirección en más de diez montajes, trabajando con los directores y
productores más reputados de Lima; asimismo fue asistente de dirección en el
cortometraje “De noche”, de Joanna Lombardi.
Ha dirigido “Sobre la tierra”, “El matrimonio de Uli” y “Un día en la vida
de Adriana Lima”. De su propia autoría: “Ya hemos empezado”, “Caracol y
colibrí”, “Hasta el domingo”, “Entrar y salir por el espejo”, “Tres historias
de mar” y “Normal heart” (codirección con Juan Carlos Fisher).
También dirigió: el estreno latinoamericano de “A la gente le gusta el té”;
“Frankie y Johnny”, coproducción del Centro Cultural Británico e Insomnio
producciones; “Reina de corazones” en Micro-Teatro por dinero-Lima; “Un hombre
con dos jefes”, producción de Los Productores; y “Juanito y su bicicleta
amarilla”, una adaptación propia.
En 2013, ganó uno de los premios de Sala de Parto con su texto “Aquello”.
Luego, en 2014, ganó el primer puesto del concurso “Ponemos tu Obra en Escena”
del Teatro Británico con “Una historia original”, y viajó a México para dirigir
la versión mexicana de “Locos por el té”, con la producción de Ocesa México.
Además, es docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú.