viernes, 5 de febrero de 2016

Becky Urbina: “Ahora mi escritura se relaciona con la maternidad”




Autora de Camping en el país de las maravillas nos habla sobre los cambios que ha experimentado su escritura a propósito de su experiencia como madre



Fotos: Rosana López Cubas



Han pasado dos años desde que la joven poeta Rebeca Urbina Balbuena publicara su primer libro Camping en el país de las maravillas (Carpe Diem Editora), poemario que destaca por su frescura y originalidad. Además de ganar el IV Concurso de Poesía de Mujeres SCRIPTURA, la citada ópera prima se alzó con el Premio Luces de Poesía 2014.

Actualmente Becky, como cariñosamente se la conoce en el contexto literario, está abocada a la crianza de su pequeño Vicente y a sus labores literarias. Justamente para conmemorar estos dos años de la publicación de Camping en el país de las maravillas, Lima en Escena sostuvo una refrescante entrevista con la autora.  





-Después de la publicación de tu primer poemario Camping en el país de las maravillas, llegó Vicente, tu pequeño hijo. Recogiendo esta nueva experiencia como mujer, madre y poeta. ¿Cómo ha cambiado tu escritura?

-Mi vida y poética dieron un vuelco a propósito de la llegada de Vicente, mi hijo. Ser madre es una experiencia fuerte. Todo se transformó. Cambió mi forma de concebir y entregarme a la poesía… Cuando me doy un tiempo para leer poesía, inconscientemente mi lectura se orienta muchas veces desde la perspectiva de la maternidad, la infancia. Ahora, mi escritura se relaciona también con esos temas y cuando escribo de otros temas, por ahí aparece alguna palabra ligada a la maternidad como un guiño involuntario.

-¿Existe un hilo conductor entre el nacimiento de un libro y el de un hijo?

-En mi caso llegaron casi juntos, el libro en marzo y mi hijo en julio del 2014, por lo que fueron meses de muchas emociones, ansias, expectativas. Suelo decir que mi hijo es mi mejor poema, es la forma en la que siento que la vida también es poesía y viceversa. Un libro surge a propósito de una lírica concebida desde la imaginación. En el caso de mi primer libro, éste reúne algunos poemas de larga data y otros que surgieron a partir de mi experiencia con algunos talleres de Miguel Ildefonso o Victoria Guerrero Peirano. La llegada de un hijo es la suma de otras experiencias, igual de mágicas y placenteras como la poesía.      

-Descubrimos tu poética a partir de la publicación de Camping en el país de las maravillas, sin embargo, ignoramos desde cuándo escribes…

-Empecé a escribir desde la época del colegio, tenía 9 años aproximadamente. Esta experiencia partió de la iniciativa de mi padre quien me brindaba una variedad de libros de literatura para leer. Precisamente como consecuencia de esta experiencia me gusta la narrativa también. De niña leí los clásicos de la literatura para niños, cuentos, relatos, entre otras historias. Con respecto a poesía, uno de los primeros libros que llegó a mis manos fue Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. Tenía 13 años y altas dosis de romanticismo adolescente.

-Observo que eres una seguidora de la poesía peruana, especialmente de los noventas. ¿Cómo se da este vínculo?

-Al terminar la secundaria y empezar la Universidad empecé a leer más poesía, sobre todo peruana. Emilio Adolfo Westphalen, Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, José Watanabe, Carmen Ollé. Luego vinieron los poetas de los noventas, como Victoria Guerrero, Miguel Ildefonso y años después pude leer también a Roxana Crisólogo, Xavier Echarri, Lorenzo Helguero, Lizardo Cruzado, Martín Rodríguez Gaona, sintiendo mucha afinidad con todos estos poetas surgidos en los noventas, a pesar de la diversidad entre sus estilos. Simultáneamente descubrí algunos títulos más de autores como Charles Simic, Tomás Transtromer, Mary Jo Bang, Ruth Fainlight.

-Justamente en tu primer libro parafraseas a autores como Victoria Guerrero, Blanca Varela, José Watanabe, Charles Simic, Tomás Transtromer. ¿Es el reflejo de las influencias?

-Uno es siempre deudora de sus lecturas. De hecho todos los poetas que he leído y me interesan han influenciado consciente o inconscientemente en mi escritura. En este libro algunos poemas deben recoger algo de esta influencia de mis autores preferidos.




-Centrémonos en tu libro. Las relaciones familiares y el tema de la memoria son los ingredientes principales de tu poética…

-La memoria en mi poética es un tema importante. El libro es una extensión de diversas etapas de mi vida. Infancia, adolescencia, juventud, adultez.  La infancia influyó en lo que soy ahora y creo que en mi poética hay algo de su candor, su ternura y lo lúdico. La imagen materna también es intensa. Mis padres se separaron siendo chica y la imagen de mi madre sin duda es influyente. Observarla salir adelante con la crianza de su hija y su hogar me marcó.

-Becky tu libro nos ofrece cuatro secciones con temas diferentes en cada capítulo, en donde tu escritura sobre temas diversos nos hace gala de la ironía, la metáfora…

 -Sí, siento que mi poesía se basa mucho en lo cotidiano para intentar abarcar los grandes temas, es irónica y lúdica, no soy ni pretendo ser una poeta maldita.

-En todo caso tiene una particular mirada de las cosas simples que te rodean... desde los individuos hasta los animales como el poema Parque Kennedy

-Este poema es una metáfora sobre el amor, los apegos… Solía leer y escribir sentada en una banca en el Parque Kennedy. Durante todo este tiempo se me acercaban gatos que me acompañaban y luego se iban cuando alguien le ofrecía algo de comer. El gato que te seduce y luego se va.

-Boceto de teología es abiertamente un canto a la libertad

-Más allá de hablar sobre Dios, la biblia, de lo prohibido, intento mostrar a un ser supremo que nos motiva a amar, a conocer y a ser libres.

-Producto de tu experiencia de laborar en un Banco surgieron poemas referidos a esta rutina laboral…

-Sí, las farsas cotidianas. La experiencia de oficinista, el trabajo burocrático. He trabajado once años en un banco y llegó un momento en que no pude más con toda esta rutina y deseaba por sobre todas las cosas apagar las luces de la rutina.

-Hasta que así fue ¿no?

-Sí. Ya no trabajo ahí y realmente me siento más tranquila…

-Archipiélago es una entrega cuestionadora, abiertamente rebelde, irónica como el poema De repente, se desbordó la paz como una coca cola…

-Es una crítica al papel de la televisión y sus programas basura, los cuales pretenden distraerte para no mirar todo lo que verdaderamente pasa en el país. Vivimos en un Archipiélago y no nos preocupa nada, solo lo que tenemos frente más no en nuestro alrededor. De otro lado, De repente, se desbordó la paz como una coca cola, nos trasmite lo efímero de la paz. La idea de la Coca cola en un mundo plástico… “Toma lo bueno, destapa la felicidad”, como si la felicidad viniera embotellada…





-Para ir terminando. ¿Los 4 haikus, es un tributo al poeta José Watanabe?

-Más que un tributo es mi particular ejercicio sobre los haikus. Tuve el grato honor de conocer a José Watanabe. Un hombre entrañable. Fue de invitado a un taller de poesía en la PUCP, en el que yo participaba, y luego lo visité en algunas oportunidades. En esa época me sugirió la lectura de los haikus. Lo admiro y recuerdo mucho, su poética me hace pensar en los haikus porque desde la naturaleza y la sencillez deja vislumbrar lo grande, lo extraordinario.

-Becky nos comentaste que tienes algunos poemas inéditos. ¿Nos podrías hablar sobre ellos?

-Sigo con lo cotidiano, lo lúdico, la ironía. Mis temáticas han cambiado un poco. Estoy escribiendo sobre la maternidad. Me gustaría escribir un poemario dedicado a mi hijo Vicente, que gire en torno a él como ahora gira mi vida. Desde que fui madre toda mi visión de las cosas cambió. Hace poco leí “Guía para padres”, de Lorenzo Helguero, y me sentí totalmente identificada con la mayoría de los cuentos, ya que tocan la experiencia de la maternidad / paternidad y nos invitan a reflexionar sobre el rol de ser padres. Es un libro que disfruté mucho.