Autora del poemario Pecado Original
presentará en breve la segunda edición de su libro
Economista y bióloga de oficio, Chelina
Ortega decidió salir del clóset y afirmar que la poesía y la pintura también es
lo suyo. Si bien escribe y pinta desde hace un puñado de años, es desde los
últimos que se aventuró a publicar. En Argentina publicó la primera edición de
su poemario “Pecado Original”, que se agotó en tiempo récord. Hace unas semanas
se editó en Lima la segunda edición con ilustraciones del pintor Alberto
Quintanilla y en breve se presentará de manera oficial.
Precisamente sobre la autora, el escritor
Domingo de Ramos señala: “Chelina Ortega es una poeta que está engrosando la
tradición peruana. Su escritura es sugerente: lenguaje claro, no tiene la intención
de dar lo que el lector exige, ella se muestra con entrega tal como siente: con
pasión, erotismo y furia cuestionando su tiempo.
Su erotismo lo va construyendo imágenes
dulcemente intensas como debe ser la poesía sutil pero punzante. En los años ochenta
cuando la poesía hecha por mujeres irrumpía con todo, no había delicadeza sino
un afán de romper con el pacatismo limeño. Sin embargo Chelina Ortega nos
entrega una versión distinta, el reverso de lo acontecido en aquella década, es
un tul de seda sobre un cuerpo desnudo y placido por lo vivido.
En
Pecado Original de Chelina
susurra a su amante imágenes trasgresoras a través de palabras que
inundan este libro erotismo con voz propia, se muestra íntimamente, tiene
poemas intensos humanos de reflexiones filosóficas en los que nos hace sentir
reflejados”.
Al respecto Lima en Escena charló con
la autora.
-Chelina, acabas de reeditar tu libro de poesía Pecado Original. ¿Cómo se
gestó este poemario?
-El libro se publicó el año pasado en
Argentina con un tiraje de 1300 ejemplares. Fue precisamente en Buenos Aires
donde publiqué tímidamente mis primeros poemarios con el apoyo de la
Universidad Nacional de Buenos Aires (UNBA). Se presentó en esta ciudad y en
Lima. No tenía planes para publicar este año. Empezaron a pedirme el libro y no
tenía ejemplares porque se agotaron. Como escribo con frecuencia no tuve
problemas en hacer una segunda y nueva edición con la misma esencia y algunos
cambios.
-Esta segunda edición cuenta con ilustraciones del pintor Alberto
Quintanilla. ¿La idea de acompañar tus versos con estas pinturas surrealistas
partió de ti?
-No, para nada. El maestro Quintanilla
leyó mis poemas y quiso conocerme. Pensó que era una persona mayor. Después de
conocernos y entablar una linda amistad me pidió que leyera mis poemas en una
reunión familiar. Luego de unos días espontáneamente me ofreció algunas
ilustraciones para graficar esta segunda edición. Al parecer le gustó mi voz
poética.
-En este libro también has incorporado tus ilustraciones. Háblanos sobre tu
relación con la pintura.
-Pinto para expresarme. Tengo tiempo
pintando. En este momento estoy trabajando un Mariátegui. Lo hago desde un
estilo y mirada personal. No estudié pintura en ningún centro de Arte. En
Holanda tomé clases libres y en Lima también. Quien vio esta veta pictórica y
me apoyó para seguir adelante fue mi padre y mi amigo Víctor Delfín, quien me
encargaba óleos de Europa durante mi permanencia por este continente. Con
Marina Núñez del Prado me unió un vínculo familiar razón por la que la
frecuentaba desde niña. Alfredo Alcalde, amigo personal, me impulsaba a pintar
cada vez que visitaba mi casa y observaba mis cuadros. Por un sin número de
razones siempre estoy vinculada al arte pictórico.
-¿De qué manera una economista/bióloga se vincula con la poesía?
-¿Increíble no? Para mí también es una
sorpresa. Viajé a los Estados Unidos
para hacer un posgrado de Economía. Paralelamente estudié Biología. Luego me
trasladé a Ámsterdam en donde hice un Curso de QC (Control de Calidad). Durante
todo este periodo me puse a escribir poesía. Era una forma de escape a mi
condición de migrante. Escribía a mi padre, a mi tierra, lloraba algunas veces,
pero escribía para mí y los míos.
-¿Desde cuándo viene tu acercamiento con la poesía?
-Desde niña, en Chorrillos. Mientras
mis hermanos jugaban a la pelota yo escribía mis primeros versos o leía poesía.
Me tiraba en el jardín para mirar el cielo y le decía a mi padre: “mira esa hada de amarillo… está conmigo
regalando maíz al mar”… Mi padre me contestaba: “Chely lo que me acabas de decir es poesía”. Al poco tiempo me compró
un lindo cuaderno rosado para que escriba lo que se me ocurriera. Mi padre fue
un gran lector y eso también despertó mi creatividad y mi mundo poético. Pensándolo
bien es en este periodo de mi infancia que empieza mi vínculo con la poesía.
-Inicias tu poemario con una cita a
Charles Bukowski. ¿Es tu escritor fetiche?
-Admiro a Bukowski. Me encanta
Bukoswski. Es rebelde, intenso, denso… Leí “Si quieres ser escritor”, uno de
sus poemas que me dio Domingo de Ramos. Es lo que siento. Escribo con los ovarios
y las vísceras. Escribo por emoción y no para quedar bien con los demás.
Escribir es mi escape.
-Tu poética es sobre todo exótica y
transgresora. ¿Cómo emergen tus temáticas?
-De la vida misma. Hace menos de dos
meses partió una hermana a quien amaba con locura. Viaje hasta la ciudad donde
vivía y me quedé a su lado dos meses. La vida es cruda. Este poemario es para
ella. Aquí hay tanto machismo que todo lo que uno realiza lo ven mal. No me
interesa. Que mi voz y mi pintura constituyan gritos de rebeldía.
-Vas desde las fábulas andinas hasta el deseo sensual, erótico… ¿Por qué
ese romper con las formas clásicas de hacer poesía?
-Porque el ser humano es así, por lo
menos yo soy así. Soy una mujer con una fuerte carga genética. Cuando viajo al
exterior siempre me preguntan de dónde soy. ¿Eres de Indonesia o de Filipinas?
Me interrogan... Ahí me sale de las vísceras: “Yo vengo del país de los Incas y
en mi rostro puedes ver los vestigios de mi raza”, respondo. Soy el producto de mis lecturas también. El
eros me brota fácilmente. Tengo una buena relación y no me da vergüenza
absoluta de escribir y crear sobre estos temas, es mi voz particular.
-Finalmente, me comentaste que este poemario está dedicado a tu hermana…
- Si,
se lo dedico a mi hermana-mamá que partió hace poco. Sentí que me
quedaba huérfana por segunda vez. Con ella tocamos el tema de su partida
física. Me pidió que le haga un poema cuando sus cenizas lleguen al Perú. Deseaba que mientras realice la lectura del
poema dedicado a ella lo haga rodeada de pétalos rosas y blancos. Así lo hice.
Cumplí su pedido. Como bióloga no me costó deshidratarlos para luego
entregarlos al mar una mañana. “Billy
mientras la mar bese las estrellas tú vivirás en mi”… dice un fragmento del
poema que le dediqué.