martes, 6 de septiembre de 2016

Chelina Ortega: “Escribo por emoción y no para quedar bien con los demás”




Autora del poemario Pecado Original presentará en breve la segunda edición de su libro





Economista y bióloga de oficio, Chelina Ortega decidió salir del clóset y afirmar que la poesía y la pintura también es lo suyo. Si bien escribe y pinta desde hace un puñado de años, es desde los últimos que se aventuró a publicar. En Argentina publicó la primera edición de su poemario “Pecado Original”, que se agotó en tiempo récord. Hace unas semanas se editó en Lima la segunda edición con ilustraciones del pintor Alberto Quintanilla y en breve se presentará de manera oficial.

Precisamente sobre la autora, el escritor Domingo de Ramos señala: “Chelina Ortega es una poeta que está engrosando la tradición peruana. Su escritura es sugerente: lenguaje claro, no tiene la intención de dar lo que el lector exige, ella se muestra con entrega tal como siente: con pasión, erotismo y furia cuestionando su tiempo.

Su erotismo lo va construyendo imágenes dulcemente intensas como debe ser la poesía sutil pero punzante. En los años ochenta cuando la poesía hecha por mujeres irrumpía con todo, no había delicadeza sino un afán de romper con el pacatismo limeño. Sin embargo Chelina Ortega nos entrega una versión distinta, el reverso de lo acontecido en aquella década, es un tul de seda sobre un cuerpo desnudo y placido por lo  vivido.

En  Pecado Original de Chelina  susurra a su amante imágenes trasgresoras a través de palabras que inundan este libro erotismo con voz propia, se muestra íntimamente, tiene poemas intensos humanos de reflexiones filosóficas en los que nos hace sentir reflejados”.




Al respecto Lima en Escena charló con la autora.

-Chelina, acabas de reeditar tu libro de poesía Pecado Original. ¿Cómo se gestó este poemario?

-El libro se publicó el año pasado en Argentina con un tiraje de 1300 ejemplares. Fue precisamente en Buenos Aires donde publiqué tímidamente mis primeros poemarios con el apoyo de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UNBA). Se presentó en esta ciudad y en Lima. No tenía planes para publicar este año. Empezaron a pedirme el libro y no tenía ejemplares porque se agotaron. Como escribo con frecuencia no tuve problemas en hacer una segunda y nueva edición con la misma esencia y algunos cambios.

-Esta segunda edición cuenta con ilustraciones del pintor Alberto Quintanilla. ¿La idea de acompañar tus versos con estas pinturas surrealistas partió de ti?

-No, para nada. El maestro Quintanilla leyó mis poemas y quiso conocerme. Pensó que era una persona mayor. Después de conocernos y entablar una linda amistad me pidió que leyera mis poemas en una reunión familiar. Luego de unos días espontáneamente me ofreció algunas ilustraciones para graficar esta segunda edición. Al parecer le gustó mi voz poética.

-En este libro también has incorporado tus ilustraciones. Háblanos sobre tu relación con la pintura.

-Pinto para expresarme. Tengo tiempo pintando. En este momento estoy trabajando un Mariátegui. Lo hago desde un estilo y mirada personal. No estudié pintura en ningún centro de Arte. En Holanda tomé clases libres y en Lima también. Quien vio esta veta pictórica y me apoyó para seguir adelante fue mi padre y mi amigo Víctor Delfín, quien me encargaba óleos de Europa durante mi permanencia por este continente. Con Marina Núñez del Prado me unió un vínculo familiar razón por la que la frecuentaba desde niña. Alfredo Alcalde, amigo personal, me impulsaba a pintar cada vez que visitaba mi casa y observaba mis cuadros. Por un sin número de razones siempre estoy vinculada al arte pictórico.   

-¿De qué manera una economista/bióloga se vincula con la poesía?

-¿Increíble no? Para mí también es una sorpresa.  Viajé a los Estados Unidos para hacer un posgrado de Economía. Paralelamente estudié Biología. Luego me trasladé a Ámsterdam en donde hice un Curso de QC (Control de Calidad). Durante todo este periodo me puse a escribir poesía. Era una forma de escape a mi condición de migrante. Escribía a mi padre, a mi tierra, lloraba algunas veces, pero escribía para mí y los míos.

-¿Desde cuándo viene tu acercamiento con la poesía?

-Desde niña, en Chorrillos. Mientras mis hermanos jugaban a la pelota yo escribía mis primeros versos o leía poesía. Me tiraba en el jardín para mirar el cielo y le decía a mi padre: “mira esa hada de amarillo… está conmigo regalando maíz al mar”… Mi padre me contestaba: “Chely lo que me acabas de decir es poesía”. Al poco tiempo me compró un lindo cuaderno rosado para que escriba lo que se me ocurriera. Mi padre fue un gran lector y eso también despertó mi creatividad y mi mundo poético. Pensándolo bien es en este periodo de mi infancia que empieza mi vínculo con la poesía.





-Inicias tu poemario con una cita a  Charles Bukowski. ¿Es tu escritor fetiche?

-Admiro a Bukowski. Me encanta Bukoswski. Es rebelde, intenso, denso… Leí “Si quieres ser escritor”, uno de sus poemas que me dio Domingo de Ramos. Es lo que siento. Escribo con los ovarios y las vísceras. Escribo por emoción y no para quedar bien con los demás. Escribir es mi escape.

 -Tu poética es sobre todo exótica y transgresora. ¿Cómo emergen tus temáticas?

-De la vida misma. Hace menos de dos meses partió una hermana a quien amaba con locura. Viaje hasta la ciudad donde vivía y me quedé a su lado dos meses. La vida es cruda. Este poemario es para ella. Aquí hay tanto machismo que todo lo que uno realiza lo ven mal. No me interesa. Que mi voz y mi pintura constituyan gritos de rebeldía.

-Vas desde las fábulas andinas hasta el deseo sensual, erótico… ¿Por qué ese romper con las formas clásicas de hacer poesía?

-Porque el ser humano es así, por lo menos yo soy así. Soy una mujer con una fuerte carga genética. Cuando viajo al exterior siempre me preguntan de dónde soy. ¿Eres de Indonesia o de Filipinas? Me interrogan... Ahí me sale de las vísceras: “Yo vengo del país de los Incas y en mi rostro puedes ver los vestigios de mi raza”, respondo.  Soy el producto de mis lecturas también. El eros me brota fácilmente. Tengo una buena relación y no me da vergüenza absoluta de escribir y crear sobre estos temas, es mi voz particular.

-Finalmente, me comentaste que este poemario está dedicado a tu hermana…


- Si,  se lo dedico a mi hermana-mamá que partió hace poco. Sentí que me quedaba huérfana por segunda vez. Con ella tocamos el tema de su partida física. Me pidió que le haga un poema cuando sus cenizas lleguen al Perú.  Deseaba que mientras realice la lectura del poema dedicado a ella lo haga rodeada de pétalos rosas y blancos. Así lo hice. Cumplí su pedido. Como bióloga no me costó deshidratarlos para luego entregarlos al mar una mañana. “Billy mientras la mar bese las estrellas tú vivirás en mi”… dice un fragmento del poema que le dediqué.