jueves, 8 de septiembre de 2016

Mariella Sala: “Pilar Dughi tocó de manera profunda y sutil el tema de la guerra interna”



 Una de las primeras personas que leyeron los textos de la autora antes de ser publicados oficialmente nos ofrece algunos alcances sobre su escritura 



Fotos: Rosana López Cubas


Dicen que la mejor forma de rendirle tributo a una escritora o escritor es leyendo sus libros, hablando de sus obras, reflexionando sobre el aporte de su escritura a la literatura contemporánea. Han pasado diez años de la partida física de la escritora Pilar Dughi, talentosa autora de la generación de los ochentas y una de las mejores narradoras de finales del Siglo XX, según el crítico Ricardo González Vigil.


Autora de los libros de cuentos La premeditación y el azar (Colmillo Blanco-1989), Ave de la noche (ACPJ/Peisa-1996), y de la novela Puñales escondidos (1988), Dughi publicó también La horda primitiva (Peisa-2008), su libro póstumo. Como una manera de sumarnos a una serie de homenajes que este año se le rinde a la autora, Lima en Escena entrevistó a la escritora y activista Mariella Sala, amiga y una de las primeras personas que leyeron sus textos antes de ser publicados oficialmente.    


Pilar Dughi y Mariella Sala


-Mariella, en vida Pilar Dughi escribió dos libros de cuentos y una novela...

-En realidad fueron tres libros de cuentos, pues antes de partir había preparado un nuevo libro que esperaba publicar: La horda primitiva, que finalmente apareció en 2008 bajo el sello de Peisa. En este libro, ella había seleccionado cuentos ya publicados en sus dos libros anteriores y algunos nuevos.

-¿Es su libro póstumo?

-Sí

-Apelando a la estrecha amistad que sostuviste con ella. ¿Cómo surge la Pilar Dughi narradora?

-Pilar aparece en la narrativa local en un momento en que había un gran movimiento de poetas.

-¿Te refieres a todo este fenómeno surgido en los ochentas?

-Te hablo de fines de los años ochenta. Exactamente en 1989, año en el cual publicó su primer libro La premeditación y el azar.  En ese momento yo ya había publicado mis dos libros de cuentos en el los años 1984 y 1988, y Aída Balta se había estrenado con su novela Sodoma, Santos y Gomorra, a la que siguieron también varias novelas después. Aída era la única novelista que yo conocía personalmente. Justamente me pidió que presentara su novela.  No conocíamos a otras narradoras.  En ese contexto Cronwell Jara me presenta a Pilar. 


-En ese momento existía toda una movida que involucraba a autoras que apostaban por el tema del cuerpo, lo erótico, lo transgresor… ¿Cómo era el estilo narrativo de Pilar en sus inicios?

-Los primeros cuentos de Pilar, al menos los que me enseñó en aquel momento, no se parecían mucho a la literatura que escribían las poetas  “del cuerpo” o  las narradoras que al menos en mi caso, buscábamos expresar la condición femenina en el Perú.  Menos aún a la narrativa del famoso boom femenino que Rocío Castro llamaba irónicamente el “boomsito”, que a nivel de América Latina fue representado principalmente por Isabel Allende, Laura Esquivel o Ángeles Mastreta. 

La literatura de mujeres se ponía de moda y había una expectativa de las editoriales por publicar este tipo de literatura.  Obviamente el importante grupo de poetas se oponía a esta literatura que llamaban light y se volcaban a lo erótico y transgresor  de la poesía que expresó brillantemente Carmen Ollé con sus Noches de Adrenalina.  Estos temas se discutían mucho entre nosotras.

Es en este contexto cuando leo a Pilar y me llama la atención su lenguaje culto, lo cuidadoso de su prosa y la influencia de Borges.  En este sentido, ella se diferenció de toda esta “movida”, no solo  porque se volcó a la narrativa sino porque reivindicaba el hecho de que ella  no escribía ni como hombre ni como mujer sino como Pilar Dughi.  

La revista  La Casa de Cartón N°8, en el año 1986, publica un especial “La mujer peruana en la literatura y el arte”.  Nos entrevista prácticamente a todas las poetas y narradoras de ese momento. Pilar está incluida  por primera vez entre las escritoras, tan es así que la presentan como “Médico de profesión y escritora de vocación” y el editor  aclara: “La sacamos del anonimato”.

En la entrevista menciona entre los autores que más le han aportado técnicamente a “Cortázar, Borges y Poe”.  Además señala que entre los peruanos le interesa “particularmente la generación del cincuenta y dentro de ellos, a Eleodoro Vargas Vicuña”. En ese momento, Pilar tenía 30 años.  Muchos años después en otra entrevista que nos hizo Luis Freyre (1999) por el Centenario de El Aleph de Jorge Luis Borges, Pilar responde: “Apenas entré a la universidad, me enfrenté a Ficciones.  Había tenido hasta el momento referencias contradictorias respecto a Borges. No me entusiasmó mucho. Pero luego “El hacedor” y la “Historia Universal de la Infamia” me engancharon.  Borges se me convirtió en un autor de consulta”.


-Su escritura tiene dos etapas bien definidas. ¿Cómo observas tú estos periodos en lo referido a su proceso creativo?

-En un comienzo, su literatura era bastante borgiana y defendía mucho la naturaleza andrógina de la creación. Para empezar, el tema femenino no era el principal objetivo de su narrativa. A ella le interesaba la ficción en tanto erudición y conocimiento. Cuando conocí a Pilar me enseñó sus primeros cuentos. Desde la primera lectura que hice a sus relatos observé que sus historias tenían una gran densidad y riqueza atmósferas y personajes. Recuerdo uno que hablaba sobre los médicos legistas. En su condición de psiquiatra ella estaba cercana a estos temas. Pilar estudió medicina y toda esta experiencia también le sirvió para la creación. Todos los cuentos que tuve la oportunidad de leer destacaban por una escritura de calidad.

-¿Es en ese tiempo que publica su primer libro?

-Sí. Cuando publica su primer libro “La premeditación y el azar” sorprende justamente porque no solo estaba al margen del llamado boom femenino, sino que demostraba más interés por temas históricos, sociales, la violencia, la pobreza.  Era un libro con cuentos muy buenos, todavía con fuerte influencia de sus lecturas, pero ya se notaba su gran talento literario.  Acompañé su proceso de elaboración del libro, al que tomó con la seriedad profesional con la que tomaba todas sus actividades profesionales: ella eligió la tipografía, el papel, intervino en el diseño de carátula y todo lo demás. Lo publicó con la editorial Colmillo Blanco de Jorge Eslava, uno de los sellos más prestigiados en esa época.

-¿Exactamente en qué año publica su ópera prima?

-En el año 1989…

-Con la experiencia de ser una de sus primera lectoras. ¿Cuál fue tu percepción sobre este primer libro de relatos?

-En este primer libro hay dos tipos de cuentos. Podemos ubicar historias clásicas de estilo borgiano y otros que tocan temas más relacionados a la sociedad peruana. En ese momento la literatura de Pilar Dughi asombra por su calidad. Se trata de una narradora culta, inteligente, que cuida mucho su lenguaje y que simpatiza mucho con la idea de lo erudito… Había estudiado medicina y estaba a punto de hacer la especialización en  psiquiatría. Este primer libro tiene cuentos buenos y diversos, ella retoma dos de ellos en su último libro “Los días y las horas” sobre una muchacha senderista y “El desayuno” sobre una esposa de clase media. 

-A propósito del cuento “Los días y las horas” que narra la historia de una chica  senderista. Se asocia el tema de la literatura sobre el periodo de la guerra interna a autoras recientes. Pilar abordó este tema a finales de los ochentas y sus cuentos son una muestra…

-En La horda primitiva,  “Los días y las horas”,  es el  primero en el índice, lo que es bastante elocuente sobre la importancia que Pilar le dio al tema de Sendero.  Lo que ocurre es que su manera de tratar el tema para ella era más sobre la consecuencia de la violencia terrorista en las vidas de las personas. 

Su aproximación es desde un punto de vista más social que político, más existencial que violento.  Ahí está la joven sin nombre, la hija de la mujer que vende comida, la muchacha de 17 años y su “pálpito siniestro cuando está sola” (Los días y las horas) o el cuento “Las chicas de la yogurtería”,  un relato que me parece uno de los mejores cuentos de su libro  Ave de la noche.  Pilar tuvo una manera muy profunda y, muy sutil también, de acercarse al tema de la guerra interna.

-Mariella, me comentaste que estos cuentos se nutrieron de la actividad laboral también.

- Pilar estuvo un año en Francia haciendo la especialidad de Psiquiatría. A su regreso al Perú, en 1993, empezó a trabajar como consultora de UNICEF en temas de salud mental.  Por esta razón ella viajaba a muchos lugares donde la población había sufrido y, en algunos casos, seguía sifriendo la violencia terrorista.  Un día en mi casa, lo recuerdo muy bien, ella nos contó a Dante Castro y a mí, cómo había pasado toda una noche en la comunidad nativa de Poyeni, escuchando el enfrentamiento entre militares  y senderistas, sin tener la seguridad de salir viva de esta experiencia.  Cuando leí “El cazador”, puedo imaginarme nítidamente a Darwin, el protagonista, llegando al Campamento de Poyeni y siendo recibido por Pilar Dughi. Como se recordará el Estado peruano incrementó su presencia en territorio ashaninka, instalando entre 1991 y 1993 cinco guarniciones militares: una de ellas era Poyeni. (Espinosa)

Durante sus viajes, Pilar pasaba muchas horas sola en hoteles de pueblos y provincias.  Allí escribía, no solo nos escribía largas cartas a Carmen Ollé y a mí, sino que también escribía sus cuentos.  Ella vivió de cerca las consecuencias de la violencia en las comunidades del Perú.

Mariella Sala, Aída Balta y Pilar Dughi

-La escritura de Pilar empieza a tomarse en cuenta y sucede un hecho curioso: empiezan a premiar sus textos…

-Antes de sacar a luz su primer libro, Pilar había recibido reconocimiento de algunos concursos. Sus cuentos  empezaron a ser publicados en una serie de revistas locales e internacionales. Justamente Jorge Eslava nos invita a algunas escritoras, Pilar entre ellas, a publicar nuestros cuentos en la revista Lienzo. De ahí surgió el ofrecimiento de Eslava de publicar su primer libro en Colmillo Blanco, su sello editorial.  Sus dos siguientes libros fueron premiados, Ave de la Noche con el  primer premio en el Concurso del Peruano Japonés y  su novela Puñales Escondidos, el premio de Novela Corta del BCE.  Además ganó dos menciones en el concurso de Caretas y en el Juan Rulfo.  Pilar, sin temor a equivocarme, gozó mientras escribía la novela Puñales Escondidos

-¿Por qué?

-Porque es tan ella en esa novela. El personaje Fina Artadi es indirectamente Pilar…

-¿Podríamos afirmar que Fina Artadi es su alter ego?

-Según respondió en una entrevista, puso ese nombre a su protagonista, entre otras cosas, porque Artadi era la unión de dos palabras: harta y cansada, que definían a la protagonista. Siempre me río cuando leo esa respuesta. Es tan Pilar esa respuesta.  

-¿Es en esta novela que Pilar consolida un estilo propio como narradora?

-Ella alcanza una voz propia a partir de algunos de sus cuentos y en esta novela se consolida. En su último libro de cuentos, notamos claramente que ya no estamos ante la escritura  erudita, borgiana, sino frente a una escritora que alcanza su madurez. 


"A mí no me importa", por ejemplo, es un cuento extraordinario, con ecos de Carver.  Es una joya, donde se refleja la madurez literaria a la que había llegado. Pilar empieza su producción literaria con los cuentos elegantes, eruditos, con innumerables reseñas históricas y citas pero es en los cuentos posteriores donde destaca como una gran escritora. Yo no puedo dejar de preguntarme, qué habría escrito Pilar si aún estuviera entre nosotros.

-¿Porque destaca la narrativa de Pilar?

-Por ser una narrativa auténtica, profundamente comprometida con la condición humana. Ella no hacía concesiones en su literatura, ni tocaba temas de moda... Pilar creaba personajes realistas, marginales, tristes, dejados de lado por la sociedad actual donde el éxito solo lo puede definir el dinero.  Emprendió un reto tras otro y nunca sabremos hasta dónde podría haber llegado. 

-¿Pilar hizo de los oficios de la psiquiatría y la literatura la fórmula perfecta?

-Si ya tenía el talento de crear personajes consistentes, luego de recibirse de psiquiatra estuvo en muchas mejores condiciones de crearlos.  La Srta. Fina Artadi (harta y cansada) es un ejemplo de ello.  Una condición para escribir buena literatura es poder entrar en la mente de tus personajes, en sus motivaciones y sus comportamientos. Elementos que también son condiciones para ser una buena médica y psiquiatra.  Aunque ahora lo sabemos, entre ambas profesiones ella se decidió por la literatura. 

-¿Consideras que Pilar abordó y argumentó el tema de la guerra interna con un soporte vivencial de por medio y no con meras lecturas informativas al respecto?

-Como te mencioné antes, Pilar no solo tenía el talento para ello, sino que sus viajes como psiquiatra a los lugares mismos donde esta guerra interna se produjo la ubicaron en un lugar privilegiado.  Así no hubiera sido en un primer momento un tema vital para su literatura las circunstancias de la vida se lo pusieron frente a sus ojos.  No me imagino que ella hubiera volteado la cara a esa realidad, como no lo hizo con los ancianos del hospital de Lima, ni con la mujer que es relegada a ser la otra en una relación de pareja, ni con la desdicha de niños que viven en la pobreza y sin amor.  Esos eran sus temas, eso era ella, mucho más que la elegancia de un estilo que sorprendió a muchos cuando empezó a publicar.   Una mujer muy inteligente, con mucho talento y con un gran compromiso por los desfavorecidos de esta tierra, aún a pesar que ella hablaba del glamour, su corazón estaba en otro lado, más valioso y auténtico.

-Con respecto al tema amical. ¿Qué recuerdos tienes de ella?

-Un viaje bello que hicimos a Punta Sal. Además de charlar de los temas habituales, nos pasamos una semana leyendo,  escribiendo, conversando y tomando vino sin parar. ¡La pasamos excelente!

Sobre Pilar Dughi Martínez

Lima, 1956-2006. Estudió psiquiatría en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la misma universidad. Hizo estudios de posgrado en La Sorbona de París. Obtuvo el primer premio en el II Concurso Nacional de Cuento de la Asociación Peruano Japonesa del Perú en 1995. Fue galardonada en el Cuento de las Mil Palabras de la revista Caretas en 1987 y 1988, así como en el concurso Juan Rulfo, convocado anualmente por Radio Francia Internacional.


Publicó dos libros de cuentos: La premeditación y el azar (1989) y Ave de la noche (1996). Ganó el Premio de Novela Corta del Banco Central de Reserva con Puñales escondidos (1988). Fue directora de la Asociación Civil Manuela Ramos y consultora de la Unicef. Póstumamente se publicó el libro de cuentos La horda primitiva (2008).