Escribe: Rosa María
Vargas
Fotos: Archivo Rosa María Vargas
Fotos: Archivo Rosa María Vargas
En el 2016,
además de la gran afluencia de exposiciones que se han venido llevando a cabo,
también ha sido un año de lamentables pérdidas para las artes visuales en el
Perú: los pintores Juan Javier Salazar y Venancio Shinki, además de los
escultores Lika Mutal y Miguel Baca Rossi, han dejado un gran vacío en nuestro
medio, pero su legado artístico estará siempre presente en nuestra memoria y
continuarán siendo referentes para las nuevas generaciones de artistas y parte
de la historia del arte en el Perú.
Este presente
año han destacado artistas de diversas generaciones, cuyo trabajo artístico no
puede dejar de mencionarse en las presentes categorías que, bajo la humilde
opinión de quien escribe, merecen tal distinción y de los cuales se hará
mención a continuación:
MEJOR
EXPOSICIÓN RETROSPECTIVA
En esta terna
se deben considerar dos muestras importantes: la de Jaime Higa: El Dedo En La
Llaga, en la galería German kruger del ICPNA de Miraflores y la
exposición antológica de Cristina Gálvez en la sala Luis Miró Quesada Garland
de la municipalidad de Miraflores.
La
retrospectiva de Jaime Higa(Callao-Lima, 1960), bajo la curaduría de Miguel
López, titulada El dedo en la llaga,
recorre toda la trayectoria artística
del artista quien es considerado además,
como uno de los referentes
importantes en cuanto a la “apropiación” de imágenes icónicas y como en alguna
oportunidad quien escribe comentara en su momento, su concepción es aún más transgresora que la de Wharhol o la del propio Lichtenstein. Jaime Higa
se apodera de los personajes de comics e íconos de la cultura popular,
la literatura y política Peruana, los reinterpreta otorgándoles una atmósfera
mundana, lúdica, satírica e irónica (combinando personajes del “manga” japonés
o de los Comics americanos), sin demasiada pretensión, ni sustancia,
características que reflejan claramente aquella “vanalidad” propia de dicha
corriente estilística, dando como resultado obras predominantemente efectistas
pero muy bien logradas y recurrentemente cargadas de simbolismos.
Higa posee un
buen dominio del dibujo, pintura y de
las técnicas gráficas digitales, su empleo del color y el dibujo imitan
fielmente las tonalidades empleadas en el
“Comic”, y sus artísticos “collages” también destacan. Éstos últimos forman
parte de la etapa inicial de Higa como Artista y el cual considero, es el trabajo más personal de toda su
producción. Sus objetos intervenidos y
encajonados resultan muy interesantes, atractivos visualmente. Esa misma
actitud lúdica se ve reflejada en la fotografía intervenida donde a modo de
secuencia de imágenes pero desde una óptica gay que resulta explícita del
desnudo homosexual pero al mismo tiempo apela a una suerte de sátira a la
censura social.
Al mismo tiempo
sus instalaciones que van desde lo más tipográficamente conceptual hasta
lo más evidente-recordando aquella
pintura/intervención/instalación que realizara conjuntamente con el artista
Eduardo Tokeshi titulada: Uchuraccay, dando un giro hacia un arte más
contestatario, denunciando un hecho histórico como la matanza de ocho
periodistas asesinados en el mencionado lugar ubicado en la región de Ayacucho
allá por el año 1983, hecho fatídico que forma parte de nuestra memoria
histórica para quienes sobrepasamos los cuarentas. Además Jaime incursionó
durante varias décadas en la performance y en esta muestra nos hace evocar
aquellos días, gracias al material fotográfico existente. Igualmente se debe
reconocer el acertado trabajo curatorial de esta exposición, porque la misma, es la más completa del artista pues,
ha logrado reunir, todas las disciplinas artísticas en las que ha venido
incursionando a lo largo de su prolífica trayectoria y este gran esfuerzo
consigue reafirmar (aún más) a Jaime Higa como uno de los representantes más
importantes del arte peruano contemporáneo.
Respecto a la
exposición antológica de Cristina Gálvez (Lima-Perú, 1916-1982) bajo la
acertada dirección de Jimena Mora, denominada:
“100 años de Cristina Galvez”, quien en la década de los setentas(siendo
ya una consumada escultora) impartirá clases de dibujo en su Casa-taller en el
distrito de Miraflores(Lima) a quienes después serán destacados artistas de
nuestro medio, entre ellos: Sonia Prager, Margarita Checa, Bruno Zepilli, Gino
Ceccarelli, Charo Noriega, Armando Williams, Rhony Alhalel, entre otros.
La exposición
está conformada por algunas piezas escultóricas, dibujos y litografías de una de sus series más
destacadas: “tablero de ajedrez” y en dichas técnicas se puede apreciar la
influencia del dibujo tradicional europeo que nos remite a artistas como “El
Bosco”, por ejemplo; además de advertir una recurrente estética de lo grotesco
de sus estilizados, e híbridos personajes
enmarcados dentro de una atmósfera violenta y surrealista de sus
litografías, mientras que en sus dibujos y escultura los dota de una fuerte
carga emotiva y características andróginas; y el común denominador de toda su
obra radica en la precisión de la línea, aun cuando ésta es suelta, la misma
denota el resultado de su habilidad y por supuesto: de su formación académica;
en suma, rasgos que han venido
caracterizando la producción de la artista a través del tiempo. Y si agregamos
a lo antes mencionado, su legado en la metodología en la enseñanza artística,
estamos ante la obra de un referente importante de la escultura moderna y del
dibujo en el Perú del siglo XX y esta muestra antológica es un justo
reconocimiento a su memoria.
MEJOR
EXPOSICIÓN INDIVIDUAL
Buscando a
Pizarro, de Marcel Velaochaga (Lima-Perú, 1969), realizada en la galería del
ICPNA de Miraflores. En esta muestra pictórica, el artista apela a la
apropiación de imágenes y a la memoria histórica del Perú, teniendo como imagen
icónica protagonista a la figura del Conquistador Francisco Pizarro –imagen
extraída de la obra del pintor Daniel Hernández( Huancavelica-Perú, 1856 –
Lima-Perú, 1932), lienzo que pintara en 1928. Partiendo de dicha imagen el artista conjuga diversos contextos de nuestra historia,
apelando a la ironía y a la sátira para
construir una atmósfera bizarra en la cual se entremezclan no solo la tradición
y la cultura sinó también otros males endémicos de nuestra sociedad: la
corrupción, la violencia y la opresión de la clase dominante, elementos de una
realidad peruana atemporal heredada de Pizarro y los españoles desde su llegada
al Perú en el siglo XVI; y que, gracias a la habilidad de Velaochaga, se
convierte en suerte de analogía, donde a pesar de las numerosas coyunturas
políticas y sociales por las que atravesó el Perú, nos demuestra que la
historia es cíclica: los procesos políticos, sociales, económicos, son los
mismos pero lo único que cambia son los actores, y la evolución positiva o
negativa han sido y serán una constante de la realidad peruana de ayer, hoy y
siempre.
En esta serie,
la aplicación del color por parte del artista es básicamente en planos y en
capas, el tratamiento del mismo es producto los efectos obtenidos con las
técnicas de la gráfica. Su paleta posee una diversidad cromática que por
instantes se puede asociar al naturalismo académico y en otros se observan
colores más cercanos a los tonos de las escalas de Pantone, esto último es una
característica indiscutible del color en el
diseño gráfico. Asimismo, se pueden apreciar otros íconos visuales del
arte peruano, tal es el caso de Atahualpa, extraído de la obra de Luis Montero
“Los funerales de Atahualpa” y cuya versión “pop art” realizaría el propio
Velaochaga en el año 2005; las mujeres
del ande del Pintor Quispejo o una
inscripción de la obra dedicada al libertador Simón Bolívar realizada por José
Gil de Castro en el siglo XIX forman parte de la iconografía de esta muestra.
Con esta suma de apropiación de
imágenes, el artista nos invita a realizar una reflexión crítica de la historia
contemporánea del Perú en todos sus aspectos a través de la pintura: técnica y
propuesta que Marcel Velaochaga maneja
con suma destreza y que lo ha convertido en estos últimos años en uno de los
artistas más destacados de su generación.
MEJOR
EXPOSICIÓN COLECTIVA
Manos
Creadoras: Manos de Mujer (bajo la curaduría de César Ramos). Esta es una
propuesta que aborda además del arte, el tema de género, integrando la técnica
académica de destacadas artistas visuales del medio, tales como: Luz Letts y
Lici Ramirez ( solo por mencionar algunas), con el trabajo de las artistas
tradicionales procedentes de diversas regiones del Perú; desde la perspectiva
antropológica de su curador. El trabajo de los artistas regionales ha sido
erróneamente denominado desde hace mucho tiempo (de forma peyorativa e
inconsciente) como “artesanía” y, por
otro lado, en un intento de revalorar este arte en la década de los setentas,
se le adjudicó la etiqueta de “arte popular”; términos que no le hacen
justicia, y por mucho que se piense que
el trabajo de los artistas regionales posee una naturaleza empírica, es sin
embargo, el resultado de un proceso de aprendizaje-a través de la enseñanza- el
cual se ha venido transmitiendo de generación en generación y concebidos
además, bajo sus propios cánones y ello se denota en la forma, el empleo del
color(intenso y vibrante en la mayoría de piezas), las texturas de sus
materiales...
De ahí su
particular sentido de la estética: rasgos que a través del tiempo han ido
identificando el arte de los diversos grupos étnicos quienes han recibido el
legado de ancestrales civilizaciones
durante el transcurso de su historia, y además, han venido empleando materiales
e insumos producidos en su propia región y, que de algún modo, han sido
considerados como poco convencionales para el arte occidental, sin
embargo, desde hace algunos años atrás,
están siendo explorados por artistas visuales de formación académica como
materia prima para materializar sus propuestas: los tejidos, la indumentaria,
el arte utilitario de raíces andinas o amazónicas, los patrones del dibujo
amazónico, los tintes empleados para dar
color a la tela, todos ellos son recurrentes actualmente como parte de la
investigación para las diversas propuestas de artistas académicos en la
actualidad, y por ende esta exposición consigue
valorar y unificar el trabajo de mujeres peruanas desde la perspectiva
artística sin que ello altere su identidad como artistas. Una buena exhibición
que dignifica y revalora las artes
tradicionales a través de una transición inclusiva del arte tradicional desde
su lugar de origen hacia la galería de arte a través de la fusión entre lo
moderno y lo tradicional de artistas mujeres peruanas unidas por sus
habilidades y talento sin importar su procedencia, la formación que posean, ni
su propia esencia artística.
MEJOR
EXPOSICIÓN HISTÓRICA Y FOTOGRÁFICA
Vigilar y
Castigar, Fotografias Penitenciarias Del Siglo XIX, en A,A & A
Gallery, ubicado en el Callao monumental. La muestra ha sido dirigida por Sophía Durand
en co-curaduría con Sonia Cunliffe, quienes han investigado acerca de la
fotografía como parte importante de la organización documental de la otrora
Penitenciaria de Lima (Panoptico), construida tras abolirse la pena de muerte,
entre 1856 y 1860, por disposición del Presidente del Perú, Don Ramón Castilla, dando inicio a un sistema carcelario del cual
el Perú carecía por aquel entonces. Establece, entre otros aspectos, que la
fotografía ha sido permanentemente un instrumento de control y orden por parte
del estado y actualmente tiene el mismo propósito (y lo seguirá teniendo, ya
sea apelando a la fotografía u otros medios tecnológicos).
Así mismo, nos
demuestra que el Perú del siglo XIX no fue ajeno a ese medio de control a
través de la fotografía o Daguerrotipo, nombre con el que se le denominaba por
aquel entonces en honor a su creador: el Francés Louis Jacques Mandé Daguerre;
y desde la llegada del invento de Daguerre al Perú en 1842 (traído por el
fotógrafo Maximiliano Danti) se consideró una herramienta tecnológica que tuvo
un propósito comercial, dando lugar así a los primeros estudios fotográficos
itinerantes y estables que realizaban fotografía artística para una clientela
con un mero afán por perennizar un acontecimiento familiar o por la necesidad
de identificarse o ser reconocido mediante el económico formato fotográfico de
la “tarjeta de visita”, aunque las dimensiones del formato fotográfico
empleadas por el sistema penitenciario de aquel entonces era reducida en
comparación con el formato de la tarjeta de visita.
Partiendo de la
investigación documental, las curadoras recurren a los registros gráficos como
fuentes de información y en especial a la fotografía vista, incluso, más allá
de la perspectiva del arte: como un soporte documental o documento de registro,
recreando a través de ella (la fotografía) el contexto, permitiendo además, que
el observador desde su propia percepción identifique y analice los rasgos
psicológicos y /o los sentimientos encontrados a través de cada expresión
facial o lenguaje corporal de los protagonistas, que han sido reproducidos a
fidelidad por la cámara.
Así mismo,
establece que nuestro incipiente sistema carcelario del siglo XIX adolecía
desde sus inicios de una deficiente organización y en especial, en lo
relacionado a los documentos de gestión administrativa durante las últimas
cuatro décadas del decimonónico, y de cómo gracias a la investigación basada en
este pequeño fondo documental recopilado (el cual consta de 52 documentos
originales), bien sería el punto de partida para reconstruir un período de la
historia penitenciaria en el Perú y al mismo tiempo (bajo la perspectiva del
arte) nos permitiría abordar la parte técnica (como el empleo de insumos
empleados en fotografía durante el siglo XIX en el Perú , por ejemplo) y
aspectos del lenguaje gráfico-formal (composición, luz, color, entre otros)
incluyendo así a la “fotografía penitenciaria” como un género fotográfico como
un referente más para las investigaciones realizadas en torno a la historia y
evolución de la fotografía en el Perú.
Un excelente trabajo Curatorial y de investigación, poseedor de una bien
fundamentada justificación de sus registros gráficos presentados.
Tránsito
Anónimo, de Rosa María Valle (Lima-Perú,
1991), Artista visual egresada de la Escuela Nacional Superior Autónoma de
Bellas Artes del Perú. Obtuvo la Medalla de Oro otorgada por Ensabap como
alumna destacada de su promoción, en la especialidad de Pintura (2015) y en el
presente año 2016 obtiene el Premio ICPNA Audiovisuales, con el Proyecto Tránsito
Anónimo. En dicha exposición, la artista construye su propio lenguaje visual
empleando como medio la instalación audiovisual, alternando secuencias de
escenas con imágenes icónicas yuxtapuestas (recurriendo a la edición de
imágenes a través de la extensión digital conocida como gif).
Por otro lado,
otras imágenes se aprecian en contraposición pero bajo el principio de reflexión (como si fuesen reflejadas en un
espejo), superposición de imágenes compuestos por signos indéxicos (que nos
indican acciones que van a suceder o que han sucedido) y, algunos simbolismos que complementan al
discurso de la artista y es, a través de la imagen en movimiento, con la cual
denota y acentúa la importancia del espacio temporal ante el frecuente desorden
cotidiano del tránsito peatonal y vehicular dentro del contexto-por demás
caótico- del Centro de Lima.
Sumando todos
los elementos antes mencionados, la artista construye a partir de ellos una
nueva dimensión desde la cual, analiza la importancia del espacio urbano proponiendo
la necesidad de una identificación del individuo con el área por el cual
transita constantemente, algo que no se logra por completo en el día a día, y
es esa misma falta de identidad (consecuencia de la diversidad cultural, social
y étnica predominante en los habitantes de nuestra capital) lo que convierte a
la Lima urbana en un espacio invadido por individuos heterogéneos entre sí,
quienes ignoran el real valor del contexto compartido cotidianamente durante su
efímero recorrido y alejan toda intención socializadora.
Un interesante
discurso de cariz antropológico, que guarda coherencia con su propuesta técnica
audiovisual. Antes de finalizar esta publicación, les hago llegar las más
sinceras felicitaciones a los artistas y curadores antes mencionados y los
mejores deseos de un artísticamente productivo año venidero a todos los
artistas peruanos y para los seguidores de este magazine virtual, un felíz y
exitoso 2017.
Sobre
Rosa María Vargas R.
Crítica e
Historiadora de Arte, Curadora independiente, Docente Universitaria y Gestora
Cultural. Con estudios de Maestría en Historia del Arte Peruano y
Latinoamericano (postgrado de Letras y Ciencias Humanas) en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos de Lima, Perú; Licenciada en Historia (Facultad de
Humanidades) en la Universidad Nacional Federico Villarreal de Lima, Perú;
Posee un Diplomado en Museología y Gestión de Museos en la Universidad Nacional
de Trujillo(Perú); Diploma de Gestión Cultural otorgado por el Museo
Metropolitano de Lima / Municipio de
Lima, con estudios de Pintura en los talleres de la Escuela Nacional Autónoma
de Bellas Artes del Perú, y Dedicada a la investigación de historia del Arte
Peruano siglos XIX , XX y Contemporáneo. Actualmente ejerce la docencia en la
Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú y la crítica de
arte en su blog.