miércoles, 19 de abril de 2017

Fernando Espíritu: “El legado más terrible de la dictadura fujimorista fue el envilecimiento de la sociedad”



Autor del cuentario Hasta siempre, Yoda, título celebrado por la crítica local nos ofrece una retrospectiva de su cuentística




A lo largo de una década dedicado a la escritura, el escritor Fernando Espíritu ha publicado cuatro libros de cuentos: Hasta siempre, Yoda (Intermezzotropical- 2015), Te queda un poco de café (Mesa Redonda-2011), Qué saben los ajedrecistas de mujeres (2004) y Río salvaje (2002). Si bien sus primeros textos de relatos abordan temas vinculados a la memoria amical, familiar, social y su afición por la hípica, con el paso de los años el autor escribe con frecuencia sobre encuentros y desencuentros de pareja, temas sociopolíticos, amén de sus guiños y homenajes a grupos de música, películas, personajes y directores de cine.

Justamente para charlar sobre su periplo narrativo, Lima en Escena charló con el escritor y psicólogo Fernando Espíritu.


-Fernando, si bien irrumpes en la cartografía literaria local con Hasta siempre, Yoda (2015), tu último cuentario, anteceden a este Río salvaje (2002), Qué saben los ajedrecistas de mujeres (2004), Te queda un poco de café (2011). ¿De qué manera se genera esta necesidad por la escritura, en tu caso, por la narrativa?

-Pienso que la necesidad de leer y escribir, en ese orden, surgen de la inconformidad con la realidad, de la necesidad de agregarle fantasía a nuestras vidas. ¿Qué sería de nuestra vida sin la ficción? Sin la literatura, sin el cine. Sería muy aburrido. En mi caso, escribo lo que no me atrevo o no puedo realizar, también para dejar un testimonio de sucesos que me parecen significativos, escribo lo que me sale de la entraña.

-Cada uno de tus títulos abordan diferentes historias, -ya hablaremos de cada una de ellas en su momento-, temas como  las relaciones de pareja, la amistad, las aficiones: hípica, música, cine, momentos coyunturales... Explícanos un poco más sobre toda esta cartografía en tus relatos. Esta recurrencia temática.

-Uno escribe desde lo que es. La experiencia propia es fundamental. Sobre todo, la que vivimos durante la niñez y la adolescencia. Ahora confieso que al momento de escribir, uno no percibe con claridad esta recurrencia, solo al terminar un conjunto de relatos, uno comienza a percibirlo, y decide la línea a continuar. Yo pertenezco a la época del inicio de la democracia, el terrorismo, la crisis económica, la dictadura fujimorista por un lado, pero también al período donde la amistad y el juego eran muy importantes, donde era muy común ver a los niños jugar en las calles, coleccionar chistes, que ahora llamamos cómics, que era una forma de iniciarse en la lectura, y esto sucedía porque no existían los avances tecnológicos actuales. Todos estos aspectos se aprecian en mis libros. Las generaciones de hoy son muy distintas, no están acostumbradas a la lectura. Como docente universitario soy testigo de ello, y es una lucha constante motivar a los jóvenes hacia la lectura.

-Los relatos del libro Qué saben los ajedrecistas de mujeres y otros relatos, tienen una particularidad: el tema hípico. Caballos líderes, apuestas. Háblanos sobre este gusto por la hípica. ¿Eres aficionado a los caballos de carrera?

-Es curioso. No voy al Hipódromo hace más de diez años, pero a pesar de ello, me considero un aficionado. La primera vez que fui Monterrico era un niño. Mi familia no era hípica, pero un día, a mi madre se le ocurrió conocer el hipódromo y fue toda la familia. Un pequeño fragmento de aquella tarde fue inolvidable. Sucedió en 1980, la fecha la averigüé años después. Se corrió el Clásico Enrique Meiggs, y fueron 2,400m de pura adrenalina. En la partida hubo solo dos ejemplares: Golden Form y Chiquirin que aparecen en mi libro “Qué saben los ajedrecistas de mujeres”. Es el único recuerdo que guardo de aquella tarde. Dos caballos corriendo como uno solo. Elegancia y nobleza en un solo animal. Regresé a Monterrico acompañado de mis amigos durante de adolescente. Esta experiencia coincidió con una de las mejores épocas de la hípica peruana. Fue maravilloso y quise dejar constancia de ello, a través del tema del azar en algunos cuentos. No conozco muchos autores que hayan tocado el tema del azar, a través, de la hípica. En fin, quise hacer algo diferente. Y para complementar la pregunta, todavía sigo algunas competencias clásicas aunque muy pocas. Lo que no me pierdo, es cuando compite un representante peruano en el extranjero. Por cierto, hay muchas personas que ignoran que la hípica le ha dado grandes triunfos al Perú. Los ejemplares peruanos han ganado nueve Latinoamericanos, que es el equivalente a obtener nueve títulos en la Copa América en futbol. Tenemos el segundo lugar en Sudamérica. Es increíble, pero casi nadie lo sabe. 

-Este texto reúne trece relatos los cuales tejen y recrean el quehacer urbano y también observamos el tema andino como "Alrededor de la torre" y "Los ronderos".

-Más que lo andino, mi intención era reflejar los estragos del terrorismo, porque el terrorismo atacó en todo lugar, en el ande, en la selva, en la ciudad. Fue una época terrible que no debe olvidarse ni repetirse. Mi adolescencia la recuerdo entre apagones y explosiones. En dos ocasiones, estaba con mi familia viendo televisión en la noche, y de pronto, un estallido remeció toda casa. Sucede que a una cuadra se ubicaba una agencia del Banco de la Nación. Fueron épocas terribles. Imágenes de comunidades campesinas asesinadas, de las paredes pintadas con arengas en rojo, las torres de luz derribadas, de estas imágenes grabadas en mi memoria surgieron estos cuentos.



-El relato "1883" nos traslada a la lejana Viena. ¿Por qué Viena?

-En aquella época, cuando escribí el relato, estaba muy interesado en el psicoanálisis y fue leyendo la correspondencia de Freud que surgió la idea del cuento. Con el tiempo me fui alejando del psicoanálisis, no tanto por estar en desacuerdo con las ideas freudianas, sino porque comprendí que si pretendía entender el comportamiento humano, en mi caso específico, mi especialidad: las relaciones de pareja, tenía que recurrir a otras teorías no solo psicológicas sino filosóficas, sociológicas, biológicas y por supuesto literarias.

-¿Te Queda un Poco de Café?, uno de tus libros más recientes se focaliza en los conflictos de pareja. Sin duda un tema de interés. ¿Por qué?

-Porque la pareja puede convertir nuestra vida en un paraíso o en un infierno. Todo depende de la elección, y el problema consiste en que la mayoría elige mal. Además, es un tema que siempre me interesó desde mi época de estudiante. Primero, lo investigué desde la psicología, y de todas maneras, tenía que abordarlo desde la literatura. Luego, imagino que mi labor de terapeuta de pareja influyó bastante. En consulta se ve cada caso, y a pesar del tiempo que vengo trabajando en el área, no dejo de sorprenderme. Los cambios en el contexto, influyen de modo notable en las personas, y en la mayoría de las veces, se presentan tan rápido que no nos encontramos preparados. Por ejemplo: una discusión actual en psicología, es si las formas de la violencia como los casos de feminicidio, corresponden a nuevas presentaciones de la misma, o solo se refieren a la relajación de los mecanismos encubridores. Aquí me estoy refiriendo a casos de pareja de modo específico. En el libro, pretendí reflejar la conflictiva y en algunos casos la imposibilidad de acceder al vínculo afectivo por parte de las personas.

-Este libro de alguna manera rompe con cada uno de tus textos publicados antes y después del mismo.

-Este libro rompe sobre todo con lo contextual. Permanece en el ámbito realista, con excepción del cuento “Más allá”, pero se aleja de temas políticos y sociales. Aquí decidí tratar temas relacionados con la individualidad y cómo la misma influye en situaciones de pareja. De este modo, los cuentos reflejan situaciones donde prima la soledad, la infidelidad, el fracaso como parte de la existencia humana. No olvidemos que un requisito para convertirse en pareja, es reconocerse como individuo. El problema radica, en qué tipo de individuo somos, en qué tipo de individuos está formando nuestra sociedad.

-Los encuentros y desencuentros de pareja seduce a gran parte de los lectores. ¿Por qué quedamos afectados con estas historias sean estas de final feliz o trágico?

-Desde mi punto de vista existen varias razones. Una porque el amor si bien nos proporciona momentos de felicidad, también nos lleva a uno de los mayores sufrimientos: el rechazo. Cuando nos enamoramos, lo único que se busca es acceder al objeto de amor, sin mayores cuestionamientos, después surgen problemas como los celos, infidelidades, violencia y tantos otros. Además, son temas que nos conectan desde el afecto, el sentido común, el raciocinio quedan fuera del vínculo, y lo que las personas tienden a recordar son las experiencias donde el afecto estuvo presente. Aquellas experiencias son las más significativas. Por otro lado, Los enamorados tienen comportamientos absurdos, por ejemplo: la idea delirante de “Nos quedaremos juntos para siempre”, es precisamente eso: un delirio. Un absurdo total. Nadie sabe lo que sucederá mañana. Todo el mundo pide que lo amen para siempre, sin ser consciente, si uno mismo seguirá amando al otro con el paso del tiempo. Es muy fácil sentirse identificado, por eso, el tema resulta fascinante.

-Los jóvenes hicieron de este cuentario uno de sus favoritos.  ¿A que le atribuyes esta acogida?

-Creo que una de las razones fue porque el tema de pareja es muy significativo para la juventud. En los últimos años, la pareja como institución ha entrado en crisis y es muy preocupante. Cada vez, son mayores las separaciones y divorcios, las situaciones de violencia, que ha llevado a un gran número de personas a optar por prescindir de una pareja. Recuerdo una experiencia de una paciente. Ella era profesora de inicial y me comentó que en una de las aulas, habían suspendido el día del padre. La razón parecía increíble. No había papás. Esta situación no solo es dramática sino crítica, porque uno puede separarse de la pareja, pero no de los hijos, pero en este caso particular, la ausencia de los padres era notoria. Y el origen de todo es el mismo: una mala elección, y para los jóvenes tener o carecer de pareja los coloca en un nivel dentro de su círculo social. Otra razón, radica en mi propio aprendizaje de la técnica narrativa en el manejo de las historias. Entre mi segundo libro y “Te queda un poco de café”, pasaron casi ocho años. Te queda un poco de café tuvo éxito, sobre todo en lectores jóvenes. Los jóvenes fueron sus principales lectores. Ha transcurrido más de cuatro desde la publicación de “Te queda un poco de café”, y todavía recibo muestras de aprecio por él. Recibo comentarios y fotos con el libro por Facebook, por parte de jóvenes que se sienten identificados con las historias. Para mi es algo muy grato.



-De otro lado, Hasta siempre, Yoda marca una ascenso en tu proceso creativo. ¿Qué nos puedes decir de este título mirándolo en retrospectiva?

-Tienes mucha razón. Entre mi primer libro “Río salvaje” y “Hasta siempre, Yoda”, hay una distancia considerable. Existe mayor madurez a nivel narrativo y siempre el deseo escribir algo diferente, en el caso del libro más en su estructura que en su temática. Incorporo un punto de vista fantástico y el tema de la infancia, a los antes mencionados. El libro ha tenido acogida y estoy contento. Por otro lado, la edición de Intermezzotropical es impecable. Estoy muy agradecido a Victoria Guerrero por el trabajo de edición. Además de ser una excelente poeta, su trabajo editorial es impecable y  las sugerencias ofrecidas fueron muy valiosas para mí.


-¿Por qué te marco el personaje Vader?

-Quienes me conocen, saben que soy un seguidor de la saga de Star Wars, y el lado oscuro siempre me pareció más fascinante. No solo Vader, incluso el armamento del imperio: Los caza Tie, los caminantes AT AT, los cruceros imperiales, estéticamente son más bellos que las naves rebeldes. Y en el caso de Darth Vader, es un villano notable. No tiene piedad, ni clemencia y utiliza el sable luz con elegancia. Raph McQuarrie, el encargado de diseñar el traje, tuvo la brillante idea de añadir la respiración aterradora del Sith, a la idea original de Lucas. Además, Star Wars fue un suceso mundial que revolucionó el cine. Recién pude verla en 1980 cuando estrenaron El imperio contraataca. Antes era muy pequeño, y recordemos que en aquella época, no existían las cadenas de multicines como ahora. En las salas, solo se exhibía una película a la vez, y cuando llegó Star wars al cine, tuvieron la gran idea de repetir las películas anteriores para que los espectadores recuerden la secuencia y de paso ganar nuevos fans. Así sucedió en mi caso. No pude ver el Episodio IV, que entonces no se llamaba: “Una nueva esperanza”, como dije por el tema de la edad, y recién la vi cuando estrenaron el Episodio V. Por mi parte, los villanos del cine siempre me parecieron más interesantes: Roy Batty, Hannibal Lecter, Annie Wilkes, Amon Goeth y tantos otros, son escalofriantes, y esa sensación resulta angustiante y a la vez, seductora. Como ves, también soy un fanático del cine.

-En Hasta siempre, Yoda los protagonistas se desarrollan en un contexto político definido: una ciudad en crisis en la dictadura fujimorista. ¿De qué manera te afecto este periodo político?

-Cuando Fujimori dio el golpe de Estado, yo estaba en la universidad Federico Villarreal, en el local de la avenida Colonial, así que lo viví como testigo presencial. Y por supuesto que me afecto sobre todo como estudiante universitario. Cerraron la universidad con la intervención y cuando la reabrieron, encontramos las puertas de las aulas y las carpetas destruidas. También demolieron nuestro laboratorio de psicoterapia. Para estudiar teníamos que llegar muy temprano para coger las carpetas que se habían salvado. La misma universidad se convirtió en una dictadura con la comisión interventora. Los alumnos no teníamos voz ni voto. Además, cuando se les deba la gana, se aparecían las fuerzas armadas y atacaban el local con disparos y bombas lacrimógenas. En mi salón, teníamos el recuerdo de dos agujeros de bala que por suerte no le cayeron a nadie. Creo que estas experiencias marcan a cualquiera. A mi criterio, uno de los legados más terribles de la dictadura fujimorista, fue el envilecimiento de la sociedad, la negación y tergiversación de la información, la destrucción de la cultura. Con Fujimori las personas dejaron de leer para ver top shows, y las consecuencias las estamos pagando hasta la actualidad. A muchas personas, no les interesa en absoluto informarse, es decir, ni siquiera se toman el tiempo para leer, por este motivo, vemos marchas de protesta donde los participantes son incapaces de responder porqué están saliendo a las calles, o el colmo escuchar a un congresista decir que leer provoca Alzheimer, y lo peor fue, que no lo dijo una sola vez. Es terrible, pero no pierdo la esperanza de cambio, de lo contrario no escribiría.

-¿Cómo sobreviviste a este periodo? ¿Podríamos decir que la escritura es tu gran paliativo a tus conflictos personales?

-Imagino que tuve algo de suerte, porque era de los que salía a marchar contra la dictadura. Claro que al principio, nuestras marchas eran pequeñas y apenas avanzábamos un par de cuadras y venían los rochabús a dispersarnos. Luego, la policía nos perseguía. Siempre atrapaban a alguno. Recuerdo que en una ocasión, con varios amigos nos escondimos en una casa por los alrededores. Los dueños fueron una pareja muy amable que nos ocultaron hasta que los policías se marcharon. Y son experiencias que de todas maneras se tienen que contar. El libro “Hasta siempre, Yoda” fue una oportunidad para hacerlo.

Con respecto a la segunda pregunta, podría decir que en algunos casos así es, pero pienso que todo texto que pretenda ser literario debe ir más allá de lo personal, debe intentar traspasar la barrera del individuo y volverse universal. Solo de este modo se puede lograr la comunicación con el lector y su posterior identificación. El lector tiene que sentir la obra desde sus propias características personales.

-Finalmente. El común de tus personajes se desenvuelve en situaciones cotidianas teniendo como base el conflicto permanente. ¿Por qué?

-Porque el conflicto es la esencia de una buena historia y el ser humano es conflictivo por naturaleza. La etología ya lo ha demostrado. En grupos grandes surgen problemas de modo inevitable.

-¿Cómo se ha desarrollado tu narrativa desde Río salvaje (2002) hasta tu último libro de cuentos Hasta siempre, Yoda (2015)?

-Mi narrativa como es obvio se ha visto influenciada por diversos autores. Gracias al narrador Roberto Reyes conocí hace bastante tiempo la obra de Raymond Carver y quedé fascinado. Antes había leído los cuentos completos de Ribeyro, así que puedo afirmar que mis primeros libros tienen su influencia. En cuento 1883, no solo lo escribo como un homenaje a Freud, sino también teniendo como apoyo el cuento Tres rosas amarillas que Carver le dedica Chejov. Era un período de aprendizaje para mí. Cronwell Jara también desempeña un papel muy importante, sobre todo a nivel de motivación. Él me anima a seguir escribiendo en un mundo cultural reducido como el nuestro, y por supuesto, Rossana Díaz que me acercó a autores como Stefan Zweig y  Junot Díaz. Todo ello, influye en el desarrollo de mi narrativa. Comencé con temas juveniles, pasé al tema del azar, luego al tema de pareja y sin llegar a abandonarlos, lo he complementado con el tema sociopolítico.

-¿Cuáles han sido los cambios más drásticos que ha experimentado tu narrativa?

-Cada vez que puedo, porque no es nada fácil, trato de reinventarme, es decir, cambiar las temáticas o en todo caso, contar las historias de un modo distinto. Por ejemplo, en “Hasta siempre, Yoda” abordo por primera vez temas desde un punto de vista fantástico en dos relatos y les fue muy bien, porque fueron distinguidos con premios en la PUCP y en la Municipalidad de La Victoria, donde uno de los jurados fue Ricardo González Vigil. Aquella experiencia fue todo un orgullo para mí.

-Háblanos de tus nuevos proyectos literarios.

-Acabo de terminar un libro de ensayos, donde trato diversos temas. Está estructurado en cinco secciones que en su conjunto forman un mosaico temático. El primero, tiene que ver con literatura. El segundo, con el cine. El tercero, con aspectos psicosociales del Perú. El cuarto, con temas de psicología de pareja, como notarás es un tema que siempre me persigue. Y la última sección, está destinada a temas más personales tratados desde la experiencia y asumiendo un punto de vista literario y psicológico. También tengo un libro de cuentos que espero culminar a fines de año.

-Para cuándo tienes planeado publicar este nuevo libro.

-Espero que el libro de ensayos aparezca antes de fin de año. Es mi deseo. Todo dependerá de las conversaciones con la editorial.