lunes, 6 de septiembre de 2010

Mariana de Althaus: “Ahora me intriga ése misterio que es la maternidad”




Ganadora del III Concurso de Dramaturgia Peruana 






 Mariana de Althaus, es una artista integral cuyos dominios son la actuación, dirección y dramaturgia. Si bien se inicia en el universo teatral peruano como actriz, poco a poco y a paso firme, se involucra en la dramaturgia y la dirección teatral destacándose como una de las voces contemporáneas más prometedoras. 

Escritora fecunda, entre sus obras destacan: 
"En el borde" "Los charcos sucios de la ciudad" "El Viaje" "Tres historias del mar" "Princesa Cero", "La puerta invisible" "Vino, bate y chocolate" "Ruido", "Efímero" y paramos de contar. 

Con más de quince años entregada al arte de Shakespeare, Mariana acaba de ganar el III Concurso de Dramaturgia Peruana “Ponemos tu obra en escena”, organizado por el Centro Cultural Británico, con la obra Entonces Alicia cayó. 
Razones de sobra para entrevistarla.




¿Qué aborda la obra Entonces Alicia cayó? 
La obra presenta a tres mujeres de diferentes generaciones que se enfrentan a una crisis que tiene que ver con su relación con la maternidad. Son tres Alicias que pasan una noche en una habitación del Hotel Wonderland y “caen a un hueco muy profundo”, después de lo cual ya nada será igual que antes. 

¿Considera que es la obra de teatro más sólida de toda su producción? 
Eso creo que tendría que decirlo un crítico, pero probablemente sea una de las mejores construidas. 

¿Qué destaca de Entonces Alicia cayó?
Tres enfoques diferentes de la maternidad, enfrentados; un tema que casi no se ha desarrollado en la dramaturgia. 

¿Qué la motivó a escribir la historia?
Hay grandes “madres” en la dramaturgia universal, pero casi siempre se las escribe desde el punto de vista del hijo. No hay muchas dramaturgas que hayan escrito sobre sus rollos con la maternidad de una manera abierta, impúdica y asombrada. 

Llegado el momento de estrenar la obra sugerirá a Denisse Arregui...
Puede ser, aunque necesito actrices un poco mayores que Denise. 

¿Es su actriz fetiche, su alter ego?
Tengo una relación de trabajo muy buena con ella, me gusta su forma nada “teatral” de actuar, su naturalidad. Además somos muy buenas amigas, y a mí me gusta mucho trabajar rodeada de gente que me da buena onda y que me quiere. 

¿Desearía dirigir esta pieza suya?
Claro. 

Desde En el borde, pasando por Ruido, Efímero hasta finalmente Entonces Alicia cayó ¿Cuáles han sido lo grandes cambios que ha experimentado su dramaturgia?
No me detengo a analizar esas cosas, creo que ése es un papel que les toca a los críticos, no a mí. Ser demasiado consciente y analítica de mi propio trabajo me resulta peligroso, me resta espontaneidad y verdad.



Si bien su universo temático de sus primeras entregas aborda etapas sociopolíticas muy fuertes del periodo (80-90) ¿Cuáles son los temas que la motivan en la actualidad?
Hace tres años di a luz a una niña que me cambió la vida y mi forma de estar parada en este mundo. Ahora me intriga ese misterio que es la maternidad y el amor entre padres e hijos. Pero sigo preocupándome por el mundo y por mi país, y eso genera también impulsos para escribir obras con temas más relacionados a la actualidad o a los conflictos sociales. Pero bueno, el tiempo no da para escribir más que una o dos obras al año, así que no se puede escribir todas las obras que me rondan la cabeza. 

¿Cuáles son los cambios más significativos de la dramaturgia local de los 70 y/o 80 por y la contemporánea por ejemplo?
En los 70 y 80 se hizo mucha dramaturgia de grupo, lo cual generaba textos muy interesantes, más políticos, llenos de vida. Creo que ahora hay más dramaturgos de escritorio, aunque tampoco podemos decir que hay muchos. De todas maneras la dramaturgia sigue siendo el pariente pobre de la Literatura Peruana, desgraciadamente. Pero igual hay algunos nombres realmente valiosos. 

Actualmente ¿Cuál es su gran inquietud en su rol como dramaturga?
Tratar de entender el mundo a través de mis obras e intentar que el público lo entienda un poco mejor después de verlas. 
Ahora no vivimos momentos de guerra, sino de corrupción, violencia, criminalidad ...

¿Le interesa la actual coyuntura como para incorporarla en el universo temático de sus futuras obras?
Es inevitable que aparezca la coyuntura social, no puedo escribir abstrayéndome de ella, aparece necesariamente, como un fantasma que se cuela silenciosamente entre las palabras. 




A nivel de escritora ¿Qué le ha permitido su papel de dramaturga? 
Dirigir las cosas que yo quisiera ver en escena. Expulsar demonios. Entender mejor las cosas. 

¿Satisfecha con lo logrado a nivel profesional?
Nunca estoy satisfecha, es un defecto de nacimiento. 

Drama, comedia, thriller psicológico ¿Cuál de estos géneros la seduce mas a nivel de escritora?
Drama, claro. 





¿Cuál es el encanto de la actuación? 
Ser lo que nunca te atreverías a ser en la vida. 

¿De la dirección?
Crear un mundo. 

¿De la escritura en su caso: dramaturgia?
Dejar que los duendes o los angelitos o Dios o el Demonio escriban a través de mí, y luego leerlo y decir: “¿Quién escribió eso?” 

¿Del teatro?
Que te lleva por mundos no racionales, no conscientes. Que es la vida, pero más ordenada y mejor iluminada. 

¿Del cine?
Que seduce fácilmente. 

¿De la televisión?
Que permite que la cabeza descanse un rato. 

¿De la radio? 
Que tiene un programa maravilloso que se llama Mi novela Favorita. 

¿Su gran maestro?
Alonso Alegría, Alberto Isola, Roberto Ángeles… Tengo muchos. 

¿Su gran maestra?
Mi hija. 

¿Un director de cine?
Wes Anderson. 

¿Una película?
The Royal Tenenbaums. 

¿Un tema musical?
Imposible quedarse con uno. 

¿Un libro?
Los hermanos Karamazov. 

¿A qué personajes admira?
A todas esas personas que sacan adelante a sus hijos sin ayuda de nadie, en medio de la pobreza extrema y la injusticia, y que aún en esas circunstancias consiguen criar a hombres y mujeres honestos que aportan algo bueno al mundo.