Se
encuentra en Lima, la escritora Claudia Salazar quien nos visita para presentar su novela: “La sangre de la aurora”, hoy domingo a las 8:15 de la noche en la Sala José
María Arguedas de la FIL, y cuyos presentadores son los escritores Rocío Silva
Santisteban, Alexis Iparraguirre y la académica y crítica Yolanda Westphalen .
Cabe destacar que Claudia Salazar estudió
Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es Doctora en
Literatura por la Universidad de Nueva York (NYU). Es profesora en Sarah
Lawrence College. De otro lado, dirigió la revista literaria Fuegos de Arena.
Ha fundado y dirige Perufest, el primer festival de cine peruano en la ciudad
de Nueva York.
En el año
2011 coeditó la antología de escritoras sudamericanas contemporáneas Voces para
Lilith. Sus relatos han aparecido en las publicaciones electrónicas El hablador
y Los noveles, así como en la antología Basta. 100 mujeres contra la violencia
de género (2012). "La sangre de la aurora" es su primera novela. Actualmente vive y trabaja en Nueva York.
Razones de sobra para charlar con Salazar.
Fotos: Ana
Ribeiro
- “La
sangre de la aurora”, es una novela sobre el periodo de guerra interna que
asoló al Perú de los ochentas. ¿Cómo decides dar vida a una historia cuya
herida la tenemos abierta, latente…?
-El germen
de “La sangre de la aurora” fue un relato breve que escribí para el taller
literario de Diamela Eltit en Nueva York, a fines del año 2007. El tema me daba
vueltas desde un tiempo anterior, pero el hecho de escribir esa historia breve
me hizo pensar más en la posibilidad de transformarla en una novela. No diría
que fue una decisión en el sentido más literal del término, como despertarme un
día y decir “hoy voy a escribir una novela sobre la guerra interna”. No, para
nada. Quizás el origen fue mi propia experiencia durante los años de la guerra
interna en los que yo aún era una niña y veía lo que pasaba a través de los
medios de comunicación. Diría que el tema me eligió, y una vez que eso pasó, no
quedó otra que ponerme manos a la obra.
“La sangre
de la aurora” nace luego como una reflexión personal para tratar de comprender
por qué sucedió todo lo que sucedió durante esos años en nuestro país, por qué
se llegó a esos niveles de violencia y crueldad, cuál fue el papel de las
mujeres durante este proceso y también como una manera de explorar las
posibilidades del lenguaje frente a la representación del horror. Se trata de
una recuperación de la memoria histórica y también de una propuesta estética.
-La
historia de la novela habla sobre los destinos de tres mujeres que se entrelazan
durante esta época. Háblanos un poco sobre tus protagonistas…
-Son tres
los personajes principales de mi novela: una fotoperiodista limeña, una
senderista y una campesina ayacuchana. Cada una de ellas vive el conflicto
armado desde su situación particular, lo que también amplía el espacio de la
novela permitiendo referirnos tanto a lo urbano como a lo rural. Esta mirada
desde lo femenino es algo que no se ha trabajado mucho (casi nada, en realidad)
en la literatura sobre el conflicto armado interno, por lo que mi novela
propone una óptica desde ese otro lado, desde esas otras voces.
-La novela escenifica el protagonismo femenino en el interior de
un espacio regido por la
anarquía donde la palabra
y la política
fracasan. ¿Por qué para muchas mujeres estos traumas sociales se
convirtieron en tragedias personales?
-El cuerpo
femenino ha sido siempre considerado un campo de batalla en toda guerra. Su
vulnerabilidad cotidiana aumenta exponencialmente en situaciones donde la
precariedad de lo social queda expuesta. En el caso peruano durante los
ochenta, tanto el Estado como los grupos subversivos dejaron muy en claro la
poca consideración por la dignidad de las mujeres a través de prácticas sistemáticas
como la tortura o el abuso sexual.
-La memoria
social, es un tema de interés
preferencial abordado por el teatro, cine, y la literatura, ¿hasta qué punto es
vital hacer un repaso descarnado de lo que nos tocó vivir?
-Es vital
en cuanto nos permite reflexionar sobre lo ocurrido y cuestionarnos sobre qué
hacer para evitar que algo así vuelva a suceder. Qué tan descarnada o no sea la
representación, depende de lo que exija la propia obra artística.
-La muerte
y la sobrevivencia, la locura y, muy especialmente, la precipitación del
caos criminal, es un tema
presente en la novela, ¿Crees que el tema de los DDHH sigue siendo vulnerable
en el Perú?
-Me parece
que sigue siendo un tema bastante vulnerable, aunque ahora quizás hay un poco
más de conciencia gracias las instituciones que están siempre vigilantes para
prevenir o denunciar los abusos. De todos modos, es necesario fortalecer este
tema para que todos los peruanos tengamos realmente los mismos derechos y plena
ciudadanía, sin discriminaciones.