viernes, 19 de julio de 2013

Claudia Salazar: “La sangre de la aurora, es una reflexión personal sobre la guerra interna”





Se encuentra en Lima, la escritora Claudia Salazar quien nos visita para presentar su novela: “La sangre de la aurora”, hoy domingo a las 8:15 de la noche en la Sala José María Arguedas de la FIL, y cuyos presentadores son los escritores Rocío Silva Santisteban, Alexis Iparraguirre y la académica y crítica Yolanda Westphalen .

Cabe destacar que Claudia Salazar estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es Doctora en Literatura por la Universidad de Nueva York (NYU). Es profesora en Sarah Lawrence College. De otro lado, dirigió la revista literaria Fuegos de Arena. Ha fundado y dirige Perufest, el primer festival de cine peruano en la ciudad de Nueva York.



En el año 2011 coeditó la antología de escritoras sudamericanas contemporáneas Voces para Lilith. Sus relatos han aparecido en las publicaciones electrónicas El hablador y Los noveles, así como en la antología Basta. 100 mujeres contra la violencia de género (2012). "La sangre de la aurora" es su primera novela.  Actualmente vive y trabaja en Nueva York. Razones de sobra para charlar con Salazar.

Fotos: Ana Ribeiro

- “La sangre de la aurora”, es una novela sobre el periodo de guerra interna que asoló al Perú de los ochentas. ¿Cómo decides dar vida a una historia cuya herida la tenemos abierta, latente…?

-El germen de “La sangre de la aurora” fue un relato breve que escribí para el taller literario de Diamela Eltit en Nueva York, a fines del año 2007. El tema me daba vueltas desde un tiempo anterior, pero el hecho de escribir esa historia breve me hizo pensar más en la posibilidad de transformarla en una novela. No diría que fue una decisión en el sentido más literal del término, como despertarme un día y decir “hoy voy a escribir una novela sobre la guerra interna”. No, para nada. Quizás el origen fue mi propia experiencia durante los años de la guerra interna en los que yo aún era una niña y veía lo que pasaba a través de los medios de comunicación. Diría que el tema me eligió, y una vez que eso pasó, no quedó otra que ponerme manos a la obra.
“La sangre de la aurora” nace luego como una reflexión personal para tratar de comprender por qué sucedió todo lo que sucedió durante esos años en nuestro país, por qué se llegó a esos niveles de violencia y crueldad, cuál fue el papel de las mujeres durante este proceso y también como una manera de explorar las posibilidades del lenguaje frente a la representación del horror. Se trata de una recuperación de la memoria histórica y también de una propuesta estética.

-La historia de la novela habla sobre  los  destinos de tres mujeres que se entrelazan durante esta época. Háblanos un poco sobre tus protagonistas…

-Son tres los personajes principales de mi novela: una fotoperiodista limeña, una senderista y una campesina ayacuchana. Cada una de ellas vive el conflicto armado desde su situación particular, lo que también amplía el espacio de la novela permitiendo referirnos tanto a lo urbano como a lo rural. Esta mirada desde lo femenino es algo que no se ha trabajado mucho (casi nada, en realidad) en la literatura sobre el conflicto armado interno, por lo que mi novela propone una óptica desde ese otro lado, desde esas otras voces.



-La  novela escenifica el  protagonismo femenino en el  interior de  un  espacio regido por  la  anarquía donde  la  palabra  y  la  política  fracasan. ¿Por qué para muchas mujeres estos traumas sociales se convirtieron en tragedias personales?

-El cuerpo femenino ha sido siempre considerado un campo de batalla en toda guerra. Su vulnerabilidad cotidiana aumenta exponencialmente en situaciones donde la precariedad de lo social queda expuesta. En el caso peruano durante los ochenta, tanto el Estado como los grupos subversivos dejaron muy en claro la poca consideración por la dignidad de las mujeres a través de prácticas sistemáticas como la tortura o el abuso sexual.

-La  memoria  social,  es un tema de interés preferencial abordado por el teatro, cine, y la literatura, ¿hasta qué punto es vital hacer un repaso descarnado de lo que nos tocó vivir?

-Es vital en cuanto nos permite reflexionar sobre lo ocurrido y cuestionarnos sobre qué hacer para evitar que algo así vuelva a suceder. Qué tan descarnada o no sea la representación, depende de lo que exija la propia obra artística.

-La muerte y la sobrevivencia, la locura y, muy especialmente, la precipitación  del  caos  criminal, es un tema presente en la novela, ¿Crees que el tema de los DDHH sigue siendo vulnerable en el Perú?

-Me parece que sigue siendo un tema bastante vulnerable, aunque ahora quizás hay un poco más de conciencia gracias las instituciones que están siempre vigilantes para prevenir o denunciar los abusos. De todos modos, es necesario fortalecer este tema para que todos los peruanos tengamos realmente los mismos derechos y plena ciudadanía, sin discriminaciones.