Este
sábado La Lá se presenta en el JapiFest, un festival al aire libre en donde bandas y
solistas buscan expresar su música
Fotos: Rosana López Cubas
Baja
del taxi sola. Llega cargando su guitarra y su mini equipo de sonido. Una vez instalada
en el escenario se prepara tocando algunos acordes de sus temas para ofrecernos
un acústico. Acústico en el que vuelca todo su talento interpretativo cargado
de melancolía. Antes, una comunidad de jóvenes, grupos de
amigos, parejas, la esperan susurrando Primavera del amor-odio, Sirena, Deja,
Oeste, Mango, Jesús, Mamífera, Animales, Salchipapa, Como una lorna, Selva
negra y Narcisos, títulos que se desprenden de su primer disco "Rosa".
Ellos
saben sus canciones y las repasan. La escuchan religiosamente, la siguen, la
admiran, se han convertido en sus seguidores. Viven su música. Sufren al
escuchar sus canciones melancólicas y celebran sus temas más vibrantes, en
definitiva, saborean su feeling en todas sus crestas.
Al
término del show firma autógrafos, se toma fotos con quienes lo solicitan,
saluda, abraza, sonríe. La observamos mientras aguardamos el momento de llegar
a ella. Imposible. ¡No para! Todos esperan su turno para saludarla. Algunos se
empiezan a ir y otros la miran extasiados. Ella es La Lá, una artista sencilla,
cálida, dulce, de aquellas que casi ya no existen. Nos acercamos y le
solicitamos unos minutos de su tiempo. Igual, nos ofrece su amabilidad y
cariño. Le agradecemos.
La
Lá viene cantando desde antes del 2010. En todo este tiempo ha realizado una infatigable
labor hormiga como cantautora presentándose en múltiples escenarios
independientes lo cual no nos sorprende toda la legión de seguidores que tiene
ahora y al cabo de cuatro años de trabajo artístico. Es en gran medida la
respuesta a esa tenaz labor de artista independiente.
Después
de presentar “Rosa”, su primera producción discográfica, en febrero último, La
Lá no para. Tiene múltiples presentaciones. Algunas giras por el exterior y la
gran parte de compromisos en diferentes puntos de Lima. Este sábado 25, por
ejemplo, se presenta en el ¡JapiFest!, un festival al aire libre en donde
bandas y solistas buscan expresar su música. Un festival que las bandas, los
solistas, y el público buscan. Mientras esperamos el JapiFest, les ofrecemos
una entrevista con La Lá.
-Estuve
charlando con algunos jóvenes que escuchan tu música y me comentan que la
disfrutan y la escuchan en picos de sufrimiento y felicidad. ¿Qué opinas?
-Nos
soy consciente de ello. Ahora que me lo comentas recién reparo sobre este tema
lo cual me parece lógico porque es precisamente en estos picos de sufrimiento y
felicidad que compongo mis melodías, mis canciones…
-¿Compones
en momentos de desgarro y felicidad?
-¡Absolutamente!
Escribo mis canciones en momentos de alegría y tristeza profunda. Qué loco
enterarme que los seguidores de mi música también experimentan estos
sentimientos encontrados. ¡Qué bonito saberlo! Sinceramente. Es interesante
coincidir con el público que me sigue en estos puntos porque hay tan pocas
barreras lógicas para familiarizarse con las personas que no conoces.
-Vengo
escuchando Rosa, tu primer disco, desde hace un tiempo. Tus composiciones no caen
en lo clásico menos el cliché…
-El
proceso creativo es totalmente inconsciente, natural. No es nada planificado,
estudiado… Todo fluye de manera natural. No me impongo nada.
-Salchipapa,
Mamífera, Animales, Como una lorna… ¡Qué manera de romper con el canon hasta incluso en los títulos!
-Jajajaja…
Rosana me haces reír. Trato de bromear con los nombres de las canciones porque
las letras y las melodías de mis composiciones son trágicas. Establezco un
equilibrio entre el humor y la tragedia y los títulos de los temas me permiten
eso.
-En
otras palabras. ¿Te mofas de la melancolía, del desgarro?
-Siempre
me ha gustado reírme de la tragedia. Es uno de mis recursos.
-Ironizas
sobre tu sufrimiento, te pones guasona…
-Me
agrada que las personas se puedan reír de las cosas dolientes, pesadas,
difíciles…
-¿Por
qué?
-Porque
es un buen recurso para sobrevivir y llevar la vida en alegría y armonía. Es un
poco relativizar el sufrimiento. El humor es una buena herramienta para palear
el sufrimiento.
-¿Empiezas
en el 2010?
-Un
poco antes. Mi canción Oeste formó parte de un compilatorio un año antes. Fue a
partir del 2010 que empecé a tocar sola en una serie de lugares. Dos años
tocaba sola. Posteriormente, conocí a José y empecé a tocar con él. Ahora
nuevamente estoy tocando sola por un tema de los viajes y también de recursos
porque no puedo contratar mucho menos pagar a los músicos.
-¿Cómo
observas este despunte de tu carrera, particularmente en este año?
-El
desarrollo de mi carrera ha ido de a pocos, suavemente. No ha sido un proyecto
acelerado, planificado. Me dedico a componer, a tocar, a disfrutar. Hice mi primer disco con todo el amor del mundo. Nunca me he planteado a dónde deseo llegar.
-¿Cómo
has nutrido tu formación artística?
-Cantando
constantemente. El cuerpo aprende a generar recursos para sostener el aire, la
voz, y como en todo índole de cosas, la experiencia te da formación, perfección.
Me falta pulir mi toque de guitarra. Hasta ahora me pongo muy nerviosa tocando
en público. Debo mejorar mi toque de guitarra.
-¿Cómo
superas ese nerviosismo ante el público?
-Trabajando
se me pasa y sigo adelante…
-Cuéntanos
sobre tu registro vocal. Esa manera tan especial de interpretar tus canciones…
-No
he tenido formación vocal. Recibí algunas clases muy puntuales y la suma de
recursos de todo lo aprendido. Sigo explorando. No paro.
-Siento
un tono de lamento en algunos de tus temas…
-Gran
parte de mis canciones contienen mucho dolor, rascan el fondo, el concolón…
-Sin
embargo encontramos otros con mucho feeling con elementos criollos y de
rock
-Sí,
tenemos algunos temas más movidos…
-En
tus temas percibimos influencias del blues, lo andino, el bolero, lo criollo,
hasta algunas pinceladas del rock
-Me
encantan casi todos los géneros musicales. Imagino que en gran medida se deba a
ello. Toda mi vida he sido melómana. La música es mi medicina.
-¿Desde
siempre deseabas ser cantante?
-Desde
pequeña tenía la idea de ser cantante. Cantaba desde niña. Empecé a componer
sobre los veinte años pero debo de admitir que desde pequeñita me sentí atraída
por el canto.
-“De
la música no se vive”, dice una popular expresión. ¿Vives de la música?
-Personalmente,
no vivo de la música. Me encantaría hacerlo, justamente ando en ello. Trato de
ver cómo hacer para vivir de la música. Desearía vivir de la música. Ahora
trabajo en otra cosa para poder seguir adelante. Hay veces uno va a un lugar y
preguntas si hay bolo para el artista y te dicen “hay 100 soles para el
artista”. Con 100 soles no puedes pagar a tus músicos. En el Perú no hay
ninguna regulación para el músico. Es terrible la situación de los
músicos.
-Hay
un interés del público por acercarse a nuestra música contemporánea en sus
diferentes géneros. ¿También lo observas así?
-¡Claro!
En gran medida se debe a los servicios que nos proporciona el Internet que nos
permite darnos a conocer y crear nuestra propia comunidad de seguidores.
-Hace
unos días posteaste en tu muro un tema de Chabuca Granda. ¿La interpretas, lo
tocas?
-En
algún momento lo hice en determinadas presentaciones. Chabuca Granda es una de
las cantautoras más grandes que tenemos. La pongo y se me pone la piel de gallina. Sus
composiciones, su voz, me parecen extraordinarias…