Lima en Escena ofrecerá una mirada sobre lo que aconteció este 2014 en las diversas disciplinas artísticas
locales. Hoy nos toca música y empezamos con rock nacional
Escribe: Hákim de Merv
Aunque
ya se ha tanteado afirmarlo en anteriores ocasiones, podría decirse con más
autoridad que este agonizante 2014 es, en cierto sentido, una suerte de bisagra
para el rock y la electrónica independientes de sabor nacional. Más visiblemente
que en otros años, las varias herramientas con que ahora provee la era digital
a cualquier usuario han sido aprovechadas no sólo por nuestros músicos, sino
también, por sellos online, productoras de conciertos y simples y llanos (pero
no menos importantes) difusores.
Desde
cualquier punto del país, vale la pena subrayar. En efecto, hoy podemos conocer
tanto la trayectoria de una curtida banda post punk de Ilo como Persépolis y
acceder a su discografía completa, como a las nuevas propuestas que antes
hubiese imposible siquiera vislumbrar sin el SoundCloud o el BandCamp -ahí
están Tony Danza (Mollendo) y Chintatá (Cuzco) para confirmarlo, por poner dos
ejemplos al azar.
Enumerar
las canciones más destacables que han sido publicadas durante este calendario,
sin embargo, sería una tarea más que ardua inacabable. Lejos de nosotros, por
supuesto, vituperar la principal ventaja que otorgan las nuevas plataformas de
difusión. Al contrario: acercar los nuevos nombres emergentes al público de la
movida rockera peruana eliminando a los intermediarios tradicionales es, pese a
ya haberse hecho en otros países, una hazaña digna de elogio. Pero para efectos
de un ranking anual, todavía puede considerarse válido regirse por los discos
completos que se han publicado, sea de manera física o virtual.
Bajo
este criterio, la cosa va pareja: sobre todo en la segunda mitad del año, se
han producido muchísimos lanzamientos, tanto de grupos nuevos como de aquellos
que ya tienen cierto recorrido y obra. Aquí un repaso a vuelo de pájaro que
quizá incurra en algunas lamentables omisiones, como Serto Mercurio, Sad
Animals o Crik Faluzi: esta docena de meses ha sido demasiado prolífica.
Demasiado.
El
primer semestre del 2014 definitivamente lo han copado las nuevas sangres.
Desde Ayacucho, nos llegó El Espejo De La
Iris, debut del músico Brageiki Vega en clave indietrónica con generosos
guiños vernáculos. Otro tanto, desde Arequipa, pasó con el acto unipersonal La
Vie, cuyo “desnudo” Conexión ha sido
el pistoletazo de salida para una trayectoria discográfica que ya acredita tres
capítulos desde entonces, y con Fabricio Robles, cuyo Hallo Pax embebido de un delicado pop acústico ha sorprendido a
muchos.
Neon
Dominik fue, asimismo, el primer proyecto ligado a la saga Theremyn_4 en editar
disco: Lightness tiene un buen nivel
que, empero, no llega a explotar del todo. Y los indies de Moldes terminaron de
consolidarse con un Aguas De Marte
mucho más parejo que su epónimo debut de hace 3 años. Por otro lado, los
principales veteranos que arremetieron durante estas primeras veintiséis
semanas fueron Flor De Loto (Nuevo Mesías
es el sexto disco de los prog rockers limeños), Plug-Plug (que decidieron retornar
con un EP homónimo para free download) y Wilder Gonzales Agreda (el conciso y
fantástico Lima Norte Metamúsica es,
además del mejor esfuerzo de Wilder en años; un serio llamado de atención al
onanismo gratuito en que ha caído la autoproclamada escena vanguardista de Lima).
El
lo-fi sideral de Laikamorí y su EP debut, titulado °°°°°°°, rompe los fuegos del segundo semestre del ejercicio
2014. A renglón seguido, se produce un interesante teté-a-teté entre los grupos ya familiares al consumidor y los
debutantes. Agosto ve la salida del esperado estreno de Puna, dupla shoegazing
que generó mucha expectativa incluso a nivel internacional a través de las
redes por su tema “Au Dial”, y de Vértigo
Magnético, el noveno trabajo de Liquidarlo Celuloide -formación de Juan
Diego Capurro que, con este trabajo, logra superar toda descripción formal (y
de paso todo marbete). Septiembre es el mes escogido por Catervas para volver a
la palestra con una rodaja que echa tierra sobre los últimos resabios de sus
ruidosos inicios (Lo Que Brilla En Tu
Paisaje, entregado a un brioso indie rock), y también por Blind Dancers
-acto de Lu Falen, tercer miembro de Theremyn_4- para devolvernos de un soplo
en el corazón hasta los días de esplendor new wave en los maravillosos 80s (Parallel Time EP).
En
Arequipa, simultáneamente, Orquídea regresa del frío de la mano de un excelente
Abril, diez años después del extended
debut (Traslúcido). En un extraño
golpe de timón, Barracuda, trío de la capital cuyos primeros temas estaban concebidos
bajo la impronta de nombres como The Durutti Column y Dif Juz, ficha por
Bassline Recordings -único sello peruano especializado en drum’n’bass- y edita
el single “Promise Land”, en clave de jungle. Otro lanzamiento del mismo sello a
destacar es el de Luján -con cuatro discos a cuestas, el hombre es un capo
navegando entre el drum’n’bass y el mashup-, también en formato single (“Sci-Fi
Bossa”).
Para
octubre se reservaron el individualista harsh noise Rolando Apolo (Orza De Avante) y 3AM (proyecto paralelo
de Miguel Ángel Burga -La Ira De Dios-, que ha lanzado el split Waves con el
grupo alemán Sula Bassana -David Schmidt mezclando a nivel molecular a Black
Sabbath y Hawkwind, a partes iguales-). Noviembre y diciembre han visto la
salida de The Next Wave, el octavo
disco de Theremyn_4 (liderado por José Gallo), de Recursos Inhumanos de Varsovia (¡¡¡por fin!!!), y de Last Night I Dreamt About You, de The
Spiracles (banda del ex Resplandor Luis Rodríguez).
También se ha lanzado de
modo virtual la puesta de largo del proyecto Registros Akásicos, Mariana, cuya
edición física ya se encuentra disponible en estos momentos.
En
paralelo, es menester subrayar el trabajo de sellos y difusores. En concreto, tres
y dos nombres: Noxa Recs, Chip Musik, Dorog Records, Rock Achorao’ y El Blog
Del Bam. En cuanto a los sellos, tanto Chip como Dorog son los que más activos
han estado durante el 2014, poniendo para descarga gratuita abundante material.
A través de Chip Musik, escudería abocada al IDM (Intelligent Dance Music) y
similares, vieron la luz nuevas jornadas de Ionaxs, Alcaloide, Kollantes; amén
de una compilación maravillosa (Lego 7:
Expansion / Contraction) y el debut de El Otro Infinito (Buscando Un Abismo En Cada Objeto Y
Puertas...). En el caso de Dorog, podemos mencionar el Leyenda 2050 de Rayo Cósmico, el sencillo “Ultrapop” de Polvos
Azules y el esférico homónimo de Ucayali Maestro.
En
cuanto a Rock Achorao’ y El Blog Del Bam, sites concebidos ex profeso para la
difusión de las propuestas que pululan y pulularon en las escenas independientes
nativas, es de agradecer no sólo esa difusión y rescate de obras pertenecientes
a nuestro pasado pre-Internet, sino también la generosidad con que se orquestan
recopilaciones virtuales que ayudan aún más a aproximar a las nuevas bandas a
públicos más copiosos. Y si Rock Achorao’ lo ha hecho a través de sustanciosas
recopilaciones temáticas dedicadas al funk, al grunge y al ska que florecen en
estas comarcas (amén de difundir otras iniciativas afines como los dos
volúmenes de Rock Lima Sur, de valía
esencialmente testimonial); en lo que va del año El Blog Del Bam ha
orquestado... ¡¡¡11 de estos registros colectivos!!! Todo un record, que
redunda en el fortalecimiento de las posibilidades con que cuentan ahora el
rock y la electrónica independientes bajo estos cielos para encaminarse por fin
hacia la consecución de la tan anhelada autogestión.
Mención
aparte merece Tesoros Mundanos,
revista impresa editada por Guido Peláez desde la Ciudad Blanca que ha visto la
luz en el mes de octubre, y que acredita distribución en Lima. Uno tendería a
pensar que, no siendo el rock o la electrónica las músicas preferidas por
audiencias masivas en el país, al menos su público tendría un nivel más alto de
preparación -y por lo tanto, estaría más inclinado a la lectura. Yo, que ya he
recorrido varias veces ese camino, sé que no es así: simplemente, al peruano le
cansa leer (¿¿¿???), venga de donde venga. Por lo mismo, no se me ocurre en
estos momentos una empresa más quijotesca que la de editar una revista de rock
y electrónica independientes -es decir, no Pedro Suarez-Vértiz, no Coldplay, no
Gianmarco, no Lenny Kravitz; es decir, sí Sun Kil Moon, sí Warpaint, sí Real
State, sí Broken Bells- en una nación como la nuestra. Ni una empresa más
romántica, tampoco. A Guido, compañero de trinchera en las lejanas épocas de las
legendarias Sub y Caleta (1995-2002), le deseamos toda la
suerte del mundo en esta aventura.
Bienvenido
2015. Ojalá mantengas las grandes expectativas que se ha esforzado en cultivar
tu predecesor.