lunes, 21 de marzo de 2016

Emilio Rodríguez Larraín: un artista sin ataduras ni etiquetas




 El aporte más importante del citado artista al arte peruano es el haber introducido un estilo vanguardista de completa libertad tanto  en el arte escultórico como en el pictórico... dice en su presente artículo la crítica de arte y curadora Rosa María Vargas





Escribe: Rosa María Vargas

El pasado martes 16 de marzo, se realizó la exposición retrospectiva Rodríguez Larraín, del artista Emilio Rodríguez Larraín en el Museo de Arte de Lima (MALI) donde se exhibe una selección de lo más destacado de la producción artística de este recientemente fallecido artista y que estará abierta al público hasta el día 14 de agosto. La curaduría estuvo a cargo de Natalia Majluf, directora del MALI y  de Sharon Lerner, curadora de arte contemporáneo de dicho museo.

Emilio Rodríguez Larraín (Lima-Perú,1928-2015)

Artista y arquitecto, con estudios en la Escuela de Ingenieros de Lima, fue uno de los jóvenes artistas quienes formaron parte de la “ruptura” con el arte académico y el indigenista denominada renovación modernista, que apareciera en el año 1947 pero se consolidaría posteriormente en los años sesentas y en adelante. 

Conformó junto a Jorge Eduardo Eielson(Lima-Perú,1923-Milán-Italia 2006), Eduardo Moll (Leipzig – Alemania, 1929), Benjamín Moncloa (Lima-Perú,1927), Jorge Piqueras(Lima-Perú,1925), Joaquín Roca Rey(Lima-Perú,1923-2004), Fernando de Szyszlo(Lima-Perú, 2915) entre otros, aquel grupo de pioneros de la Abstracción en el arte peruano. 

Su paso por Francia, Italia, España y Estados Unidos le permitirían asimilar las nuevas tendencias de la vanguardia internacional, algo que lo motiva a romper con lo establecido dentro del arte convencional en el Perú.  En 1976 obtiene la beca Guggenheim. Con el transcurrir del tiempo su arte evoluciona y se transformará en un arte sin ataduras ni etiquetas.




Sus aportes en el arte se deben a sus técnicas poco ortodoxas de hacer arte que tienen un origen autodidacta pese a su formación, como por ejemplo: pintar y luego exponer a la intemperie sus obras por un tiempo determinado obteniendo resultados asombrosos e interesantes, consecuencia de una libertad absoluta en su concepción y ejecución técnica que consiguieron convertirlo en un referente importante en el arte peruano de su generación, además de ser un artista que vivía siempre creando para sí mismo, nunca para el gusto del galerista o del cliente.

Entre los premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera destacan: El premio de pintura Tekno química (Lima-Perú, 2007); El Premio Moncloa (Lima-Perú, 1955), el Premio de la Fundación William y Nora Copley (Chicago-USA, 1955) y el  Premio de Europa (1972).


Aunque con el transcurso del tiempo su abstracción se hizo cada vez más minimalista, de atmósfera surrealista y si su arte no es figurativo, se puede distinguir cierta distorsión figurativa, como en su serie pictórica dedicada a los ángeles, donde se advierte la presencia de los mismos aunque su trazo sea suelto y evidentemente abstracto y su color no es puro, sino más bien, su paleta es predominantemente fría, aligerando ciertos colores con blanco y en otros se aprecia el contraste de blanco y negro o fondos blancos con colores puros aplicados empleando el Dripping  y el Action painting, que impondría Jackson Pollock (USA,1912-1956) a mediados de los cuarentas hasta su muerte en 1957, además de diversas técnicas que han formado parte de la exploración creativa del propio Rodríguez Larraín, sin embargo, algo opuesto sucede con sus esculturas cuyas estructuras poseen líneas geométricas, apostando más por lo monócromo o bícromo ya sea en negro, tonos sienas o naturales en los acabados.



Si aquella libertad de estilo-especialmente en su pintura-no ha hecho de ésta lo suficientemente prolija técnicamente hablando, contrariamente a su escultura e instalaciones-ambas de una marcada precisión en sus líneas y en su composición-  lo cierto es que el aporte más importante de Emilio Rodríguez Larraín al arte peruano es el haber introducido un estilo vanguardista de completa libertad tanto  en el arte escultórico como en el pictórico dentro de una generación de artistas peruanos quienes establecieron un antes y un después en el arte peruano convirtiéndolo en uno  de los  iniciadores de la etapa contemporánea del arte en el Perú.



Acerca de Rosa María Vargas


Crítica de arte, Curadora Independiente; actualmente cursa estudios de Maestría en Historia del Arte Peruano y Latinoamericano en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos;  Licenciada en Historia en la Universidad Nacional Federico Villarreal, Diplomada en Museología en la Universidad Nacional de Trujillo y es  Docente en la Universidad Privada del Norte.