Filme gana el Premio Mejor Cortometraje Documental Nacional en el III Festival Nacional de Cine de Huánuco 2016
“Carta desde Samito”, filme de la directora Ina Mayushin, que compitió recientemente en la categoría Cortometrajes documentales del 3º Festival de Cine de Trujillo, ganó el Premio Mejor Cortometraje Documental Nacional en el III Festival Nacional de Cine de Huánuco 2016.
La búsqueda de una hija por el paraíso perdido de su madre fallecida. Un viaje por el río Nanay al encuentro del pueblo que hace 50 años se convirtió en el mejor lugar para vivir y donde fundó la primera Escuela, es en breve la historia de este interesante trabajo visual que en mayo último se emitió a nivel nacional en calidad de estreno en el programa El placer de sus ojos que dirige Ricardo Bedoya.
Al respecto charlamos con la directora Ina Mayushin.
-Ina cómo fue la presentación en el Festival de
Trujillo del corto “Carta desde Samito”, película que se estrenó a comienzo de
año.
-Sí, “Carta desde Samito”, es un
corto que se estrenó a nivel nacional a través del programa El Placer de los
ojos que dirige Ricardo Bedoya. Esto fue en mayo pasado y en el 3º Festival de
Cine de Trujillo se proyectaron juntos los cortos de ficción y documental, fue
muy agradable ver la presentación por primera vez con público a mi costado. Fue
muy emocionante sentir sus reacciones. Después de la proyección tuvimos un
diálogo muy interesante con el público, en su mayoría estudiantes de
comunicaciones. Pude compartir el proceso de creación, la experiencia vivida en
el lugar donde se filmó el corto, ha sido muy interesante la conversación.
Además de compartir con otros colegas cineastas sobre el cine en general.
-¿Cómo surgió este corto cinematográfico?
-“Carta desde Samito”, es un
cortometraje documental que tiene un origen similar al de mi largometraje. Este
trabajo nace de la necesidad de conocer las raíces en las que mi madre, en un
momento de su vida, en su juventud para ser más exacta, vivió en un pueblito perdido de la amazonia. Una
comunidad sin servicios básicos totalmente diferente a la ciudad capital. Mi
madre siempre decía que los mejores años de su vida la pasó en este poblado.
Durante mi niñez siempre la escuché contar esta anécdota. Este pasaje de su
vida se me quedó dando vueltas en la cabeza. Después de su partida empecé a
indagar más al respecto. Es así como empiezo a escribir la historia de mi largometraje
que es una ficción. Pasó el tiempo y cuando el guion estaba escrito decidí
volver a este lugar de origen. Es así como conozco Samito, este maravilloso
poblado que hizo muy feliz a mi madre. Es durante esta visita que surgió el
corto.
-¿Por qué consideras que Samito es un poblado
abandonado?
-Samito está ubicado en un brazo
del río Nanay a seis horas de Iquitos en peque peque. El viaje a esta pequeña
comunidad es una maravilla. El pueblo tiene algunas carencias y pareciera que
esta como congelado en el tiempo, y se puede considerar como un poblado
abandonado, pero la gente está feliz, viven tranquilos. Para ser romántica
diría que las imágenes de las fotos que tengo de ese poblado de cincuenta años
atrás lucen más bellas. Esta detenido en el tiempo.
-¿Cómo nace esta necesidad de hacer cine a través de la
memoria familiar?
-El cine de una u otra manera está
vinculado siempre con uno y con esa necesidad de contar sobre lo que nos mueve
y que mueva al otro también. Me interesa la memoria y los vínculos de familia.
Toda esta búsqueda nace a raíz de la partida física de mi madre. Recuerda que
uno de los vínculos más fuertes que el individuo humano tiene en vida es
precisamente con la madre. No digo que el padre no tenga un peso en nuestras
vidas pero con la madre los individuos tienen una conexión especial. A partir
de la ausencia de mi progenitora me encuentro en una indagación por saber más
sobre su historia que a la larga es mi historia también.
-Podrías acercarnos a la historia de tu madre…
-Mi madre fue una maestra que se
formó progresivamente. En tiempos lejanos con quinto de primaria podías ser
maestra. Antiguamente a la mujer solo se le permitía estudiar primaria. Pese a
esta dificultad ella siguió estudiando. Era maestra de un poblado rural en la
Amazonia y viajaban todos los veranos a Lima para estudiar en la normal y
formarse como docente. Terminó sus estudios y ejerció la docencia. Es una
historia de lucha, de empuje, de fuerza y de disfrute de cada momento que vivió
plenamente. Fue una mujer de mucho coraje y nada la detenía en las cosas que
emprendía.
-Definitivamente esta historia es un tributo a tu
madre.
-Totalmente. El corto está
dedicado a ella y la estructura del mismo es la de una carta como lo dice el
título. Una carta que le escribo desde la tierra hasta el cielo para que ella
la lea.
-Ina, determinados realizadores descartan a los actores convencionales y
apelan a personas comunes para hacer sus películas. ¿A qué le atribuyes esta
elección?
-Al tema de la espontaneidad. Lo
que los directores buscan es esa espontaneidad, esa frescura, esa primera vez.
Esa emoción de la primera vez es única. Para el largometraje de ficción que
haré sí me interesa trabajar con actores básicamente de la zona por el tema de
tipo. Este corto es un documental. Si bien es un documental uno puedo tener una
parte de recreación y poner una ficción y hacer una puesta en escena. Esta
película no tiene estos ingredientes. Carta desde Samito, es un trabajo que va
al registro inmediato y donde también participo. Me he permito ser parte de
esta exposición con todo lo que eso implica: volcar mis sentimientos, mis
emociones.
-Con Carta desde Samito acabas de participar en otro
festival, el 3er Festival Nacional de Cine de Huánuco, también lo postularás a
festivales internacionales, ¿no?
-Este 2016 ha sido gratificante
para “Carta desde Samito”. Estrenamos en El placer de los ojos, después en el
Festival de Cine de Trujillo y acabamos de ganar el premio como mejor
cortometraje documental en el Festival Nacional de Cine de Huánuco. Por tema de
agenda no pude viajar a Huánuco. Tener la posibilidad de mostrar el documental
a públicos diversos me llena de satisfacciones más allá del premio. Y sí, la
idea es seguir aplicando a otros festivales a nivel nacional e internacional
cuando se den las oportunidades. Pero principalmente generar espacios para la
difusión del corto.
-Con respecto a la producción de cortometrajes. ¿Notas
un incremento en la producción de los mismos?…
-Sí, podríamos afirmar que
actualmente la producción de cortos es alto. Cortos profesionales,
universitarios, amateur, experimentales. La producción es extensa. Este corto
no nació con la idea de ser un corto. Cuando visité Samito fue única y
exclusivamente para hacer un registro y reconectarme con la historia de mi
largometraje, era un viaje para llegar al origen. Cuando llegué a casa después
del viaje y empecé a ver todo el registro inmediatamente observé que tenía un
corto entre las manos. A partir de esta observación me puse a elaborar una
estructura y el guion que finalmente me llevo a la historia de “Carta desde
Samito”
-El corto de alguna manera también visibiliza a un
poblado lejano y olvidado, ¿no?
-Totalmente, Samito es un pueblo
que está en el rincón de la amazonia. No llega nadie. Mi madre me contaba que
cuando ella vivía en esta comunidad hace cincuenta años había cien habitantes.
Ahora son trescientos y se conocen todos. No hay delincuencia, viven con las
puertas abiertas. Es un paraíso. Pese a
sus carencias es un poblado feliz.
-Es un tributo a la educación…
-Por supuesto. Justamente la
historia del corto apela a la memoria de mi madre a través de la memoria de
otros cincuenta años después. Lo importante de esta historia es la huella que
dejo mi madre en cada uno de sus alumnos. Las personas que la recuerdan
destacan sus enseñanzas, su lado humano.