Director del FCE apuesta por una
estrategia de no violencia y confía en el poder de la palabra, el poder de la
lectura y también de la escritura, como vehículos de reconstitución del tejido
social.
Amante de la
lectura, periodista de larga trayectoria en su país de origen México, José
Carreño Carlón, además de desenvolverse como redactor, articulista, fue
director de medios como El Nacional y trabajó en la radio y la televisión de su
país por más de cuarenta años.
Actualmente, José Carreño Carlón, es director del Fondo de Cultura Económica, el grupo editorial mexicano con mayor presencia en el mundo, y una de las características esenciales de su gestión, es poner en marcha una serie de proyectos destinados al fomento de la lectura en niños, jóvenes y adultos a través de su filosofía "el poder de la palabra".
Actualmente, José Carreño Carlón, es director del Fondo de Cultura Económica, el grupo editorial mexicano con mayor presencia en el mundo, y una de las características esenciales de su gestión, es poner en marcha una serie de proyectos destinados al fomento de la lectura en niños, jóvenes y adultos a través de su filosofía "el poder de la palabra".
Es así como se
llevó a cabo la creación del Centro Cultural La Estación en
Apatzingán, una localidad en el Estado de Michoacán que ha padecido la
violencia del narcotráfico y el crimen organizado. En ese lugar FCE, en
coordinación con el gobierno federal, estatal y municipal y en alianza con
diversas instituciones, propició un modelo de gestión cultural con la
participación activa de la comunidad y con el asesoramiento de figuras
nacionales e internacionales con experiencia en zonas de conflicto, de personas
que han desarrollado planes de gestión cultural y acompañamiento y con
conocimientos en formación lectora. Han participado de manera
transdisciplinaria autores y creadores escénicos, audiovisuales, músicos y
artistas plásticos.
Este modelo es
una apuesta a vencer el miedo, a erradicar el terror que en algunas zonas del
país han generado la violencia y la inseguridad. Y es una apuesta ganadora
porque nace de una estrategia de no violencia y confía en el poder de la
palabra, el poder de la lectura y también de la escritura, como vehículos de
reconstitución del tejido social. Todo esto es lo que el lector puede encontrar
en Cultura de paz, palabra y memoria. Un modelo de gestión cultural
comunitario, que ofrece de manera sencilla una estrategia que puede
incorporarse a cualquier proyecto cultural, de la dimensión que sea.
Precisamente para charlar al respecto, Lima en Escena entrevistó a José Carreño Carlón durante su reciente visita a la FIL Lima 2017.
-Señor Carreño, antes de
charlar sobre su proyecto Cultura de paz, palabra y memoria, nos puede contar
sobre su experiencia como periodista.
-Claro. Antes de
asumir la gestión al frente del FCE, me desarrollé en todas las áreas de las
comunicaciones por más de cuarenta años. Ejercí el periodismo desde diversas
áreas.
-Usted laboró en medios
impresos, en la radio y en la televisión. ¿Qué le proporciono el ejercicio del
periodismo en su carrera como comunicador?
-Mucho. Sin duda
la experiencia periodística te da una visión aguda y especial sobre todas las
realidades de nuestro entorno. Hablo de hechos sociales, políticos,
económicos y culturales. El periodismo es una maravillosa herramienta de
análisis de todos los fenómenos que azotan nuestros países.
-La corrupción política, la
delincuencia, el narcotráfico y el sicariato…
-¡Por supuesto!
La mirada periodística sobre estos fenómenos sociales te permite adentrarte a
sus orígenes y ver formas de posible solución.
-Usted propone llegar a la
juventud, a las poblaciones vulnerables, a través de una cultura de paz.
Cuéntenos sobre esta experiencia.
-Así es. De
hecho son experiencias que se llevan a cabo en otros países del mundo como Colombia.
En la ciudad de Medellín, por ejemplo, se hicieron las bibliotecas ciudadanas.
Son justamente estas experiencias destinadas a construir un modelo de cultura
de paz que ahora se lleva y replica en otras regiones y países en donde las
ciudades están afectadas por la violencia criminal. Incluso nos están
solicitando este proyecto de trabajo en algunos países de América Latina,
incluyendo algunas zonas de las cuales alguna vez aprendimos: Cali y Medellín
en Colombia. En setiembre precisamente iremos a presentar este modelo que
particularmente a México le ha dado resultados positivos. Esta intensa labor se
refleja además en el libro Cultura de paz, palabra y memoria. Un modelo
de gestión cultural comunitario, título que forma parte del catálogo
del FCE y que se presentó recientemente en la FIL de Lima.
-Este modelo de desarrollo
cultural se lleva a cabo de manera exitosa en zonas afectadas por la violencia sistemática
de su país. ¿Cuál ha sido su estrategia?
-La clave ha
sido una participación comunitaria intensa en coordinación con las diferentes
instituciones del gobierno tanto a nivel municipal, estatal y federal. En este
trabajo también participaron un sin número de escritores, especialmente autores
jóvenes. Los escritores se han identificado plenamente con los chicos de estas
ciudades golpeadas por la violencia y los han puesto a leer, a escribir, a
expresar sus propias inquietudes y sentimientos con respecto a la violencia.
Estos chicos ahora pueden hablar sobre sus miedos, sus pesadillas, sus anhelos.
El escritor
mexicano Julián Herbert, poeta, novelista, cuentista y ensayista, además de músico,
profesor y promotor cultural mexicano, hizo una labor interesante con los
jóvenes. Julián puso a los muchachos a escribir. Los ayudó a
escribir sobre sus peores pesadillas y fue una catarsis increíble.
-¿De qué manera se puso en
evidencia esta catarsis en estos chicos?
-Además de
escribir, terminaron llorando. Finalmente dejaron un testimonio, una huella
importante que se viene trasmitiendo en la comunidad. Esta participación de los
jóvenes es vital no solo para el cambio en sus comunidades sino para la
transformación del país.
-Perú no es un país lector.
Las grandes mayorías de la población no pueden acceder a los libros. Apelando a
su filosofía de trabajo con las comunidades vulnerables. ¿Qué consejo nos propondría
frente a esta problemática?
-Más que consejos propongo aplicar, y esto lo digo modestamente, el modelo del cual venimos
hablando. Se debe poner en marcha el proyecto de Cultura de paz, palabra y
memoria. Es un modelo de gestión cultural comunitario. Sin embargo, debo destacar
que ayudaría mucho la puesta en marcha de un sistema educativo innovador. Se debe contar con políticas o planes lectores eficientes, promociones de la lectura
temprana. Los niños deben leer desde pequeños y de manera complementaria con el
sistema educativo. Actualmente en México se viene implementando una reforma
educativa con un modelo que incorpora programas de promoción de la lectura
temprana. FCE está trabajando de la mano con esta renovación del sistema
educativo de manera que tenemos nuestra editorial y nuestra librería en
programas directos con el sector educación. Realizamos actividades de fomento a
la lectura con los maestros. Debemos instruir a los profesores para que enseñen
a los niños a disfrutar de la lectura. En México, el FCE maneja una serie de
programas para estimular el amor a los libros y a la lectura. Tenemos una buena
respuesta de parte de los maestros. Ellos han entendido estás dinámicas de
fomento a la lectura en edad temprana.
-Señor Carreño permítame
cambiar de tema y centrándonos en el sello editorial que dirige. FCE lleva más
de ochenta años en el rubro editorial. ¿A que le atribuye que su sello sigue
vigente superando incluso periodos de crisis álgidos?
-Efectivamente,
FCE es una institución editorial que forma parte del estado mexicano que se ha
sostenido más de ochenta años en el mercado editorial tanto en mi país como en
los diversos países en donde opera. Contamos con uno de los catálogos más
importantes del sistema editorial a nivel global y continuamos compitiendo con
grandes editoriales internacionales con muy buenos rendimientos. Nuestro catálogo
cuenta con la presencia de escritores mexicanos e internacionales de
vanguardia. El Capital en el Siglo XXI,
de Thomas Piketty, es un los libros más vendidos. Actualmente contamos con
100,000 ejemplares impresos y sigue liderando las descargas digitales. Estar a la vanguardia en el sector editorial, trabajar de manera responsable en el fomento de la lectura y contar con un amplio y diverso catálogo, nos ha permitido estar donde estamos.
-La literatura infantil y
juvenil, es uno sus géneros de suma relevancia. ¿Qué nos puede decir al
respecto?
-En el año 1990
el FCE se convierte en una potencia de la literatura infantil y juvenil y hace
poco cumplió 25 años la Colección A la orilla del viento. Justamente esta
colección nos sirve de soporte y apoyo para los programas de promoción de lectura
temprana.
-En nuestro país los libros
que forman parte del catálogo de la Colección A la orilla del viento son
populares. ¿Cómo se grafica esta popularidad en ventas?
-La Colección a
la orilla del viento es una potencia a nivel mundial en cuanto a preferencia
del público y ventas.
-Otra de las colecciones de
interés es la referida a las ciencias…
-Se trata de la Colección
- La Ciencia para Todo. Es una colección exitosa que cuenta con 250 títulos con
científicos/autores de diversas partes del mundo. Esta colección al igual que
las otras nos pone a la vanguardia en diversos campos de las ciencias y cubre
una diversidad de campos que otras grandes editoriales no toman en cuenta. Está
enfocada a todos los públicos no necesariamente especializados. Es una
colección democrática, pluralista.
-Para finalizar señor
Carreño. La filial del FCE en Perú, está estrechamente ligada a gestiones de
figuras del campo político y literario de nuestro país. Me refiero a Magda
Portal, la primera directora, y a la poeta Blanca Varela.
-Magda Portal,
fue una gran personalidad de la cultura política peruana y latinoamericana. Una
activista del feminismo, movimientos que impulsan los derechos de las mujeres
en todos los campos. La gran Magda Portal fue nuestra primera directora,
nuestra primera gerente, vinculada al embajador e intelectual mexicano José
Luis Martínez. Esta unión amical permitió consolidar grandes lazos entre la cultura
mexicana y peruana. Relación similar se tejió entre la poeta Blanca Varela y
Octavio Paz. Ambas estuvieron en México. Magda estuvo exiliada en mi país. Nuestros
vínculos son fuertes. Creemos que la gestión que empezó con Magda Portal,
continuó de manera positiva con Blanca Varela y ahora con Gabriela Olivo de
Alba. El FCE nació con la filosofía de tender vasos comunicantes entre la
cultura de nuestros países, relación que cada año se fortalece más y más.