viernes, 19 de agosto de 2011

Ely Rosa Zamora: “Aunque suene a cliché le canto a la vida”


Actriz y escritora venezolana forma parte de las escritoras participantes de la antología Voces para Lilith



En ella la actuación, la escritura y la maternidad van de la mano. Entregada por muchos años a su labor de actriz, un buen día llegó su primogénita y durante su papel de madre combinó de manera perfecta las atenciones a su recién nacida y a la escritura. De esa manera floreció su labor maternal y obviamente su pluma se consolidó. Actriz y escritora, egresada de la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo de Caracas, Ely Rosa Zamora, nuestra invitada de hoy tiene una maestría en Escritura Creativa por New York University (NYU). Desde 1994 trabaja con la legendaria compañía de teatro The Living Theatre bajo la dirección de Judith Malina. De otro lado, ha publicado Paz obscena, Semilla y Detrito olvidado, éste último en colaboración con la artista Bárbara Madsen. También ha escrito dos poemas dramáticos: Los pies helados y Diálogos. Por si fuera poco, forma parte de las escritoras participantes de la antología Voces para Lilith.



-En un pasaje de su exposición durante la presentación de Voces para Lilith en la FIL usted dice “escribo por que cuando hablo siento que no expreso, que hay un pedazo de mí que siempre queda fuera…”
-¡Sí! Totalmente cierto. Escribo porque siento que siempre queda algo por decir. Existen dos mundos paralelos entre el lenguaje hablado y el escrito, y a través de la literatura canalizo todo lo que no puedo expresar en el del discurso hablado.
-¿Qué implica para usted formar parte de una antología como Voces para Lilith?
-¡Es un honor formar parte de la antología Voces para Lilith! A través de este libro tanto las participantes como las antologadoras, proponemos representaciones alternativas a los estereotipos de los imaginarios latinoamericanos, como bien lo expresa Claudia Salazar en la introducción de la misma. La antología es una oportunidad para abrir un espacio en el que quizá políticamente podamos empezar a existir.
-¿Existe censura, prejuicio, en torno a la literatura de temática lésbica?
-A pesar de la apertura que vivimos en estos tiempos, todavía existe mucho prejuicio, no del universo editorial o literario, sino más bien de los lectores, porque ¿quiénes leen poesía o narrativa de temática lésbica?, por ejemplo…

-¿Qué urde su poética?
- Aunque suene a cliché le canto a la vida, en realidad todos le cantamos a la vida, de alguna manera.
-No sé porque a muchas personas le asusta el término cliché si cliché es el día a día o ¿no?
-¡Sí! En realidad tienes razón…lo que pasa es que a veces el sobreuso del algunos términos terminan dejando un vacio en el lenguaje.
-¿Cuál es el tema central de su poética?
-No trabajo una temática en particular. Tengo textos muy variados. Sin embargo, creo que tiendo a conectarme con el sufrimiento humano, con el enigma que lo produce desde cualquier ángulo.
-¿En Voces para Lilith nos hace entrega de Allá en la paz de los pastores…?
-En Voces para Lilith le canto a la mujer. En el poema que mencionas quise explorar sobre las églogas de Garcilaso de la Vega. ¿A qué le cantan las églogas? A la mujer, el deseo de la mujer anhelada…entonces tomé de esas estructuras para cantarle desde mí. Son como poemas pastorales lésbicos.
-Ha publicado varios libros de poesía, ¿en qué circunstancias se gestan estos poemarios?
-En poesía he publicado dos plaquetas y un libro. Mis primeras dos entregas son frutos de mi vida en los Estados Unidos y particularmente sobre mi experiencia como testigo de la guerra de Irak. Aunque físicamente no estuve en ella, a través de los medios de comunicación uno forma parte de esa cruenta realidad que te va involucrando casi directamente con este hecho real.

-¿Qué le producía esta explosión informativa malsana?
-Mucho dolor, Paz Obscena y Semilla surgen de ese dolor, de ese sentimiento de impotencia frente al absurdo de la guerra y de la obscenidad de vivirla desde el sillón confortable de tu casa, mientras lees el periódico, miras el noticiero, te tomas el café…es la mirada interna de una realidad atormentadora.
-¿Incursiona también en la narrativa?
-Tengo algunos cuentos cortos, uno de ellos sobre el género que se basa en la experiencia de un transexual. Este cuento en particular, se argumenta en un hecho en Venezuela. Surge a partir de un grafiti: “Bicha cañón corto”, ubicado en una avenida de Caracas, en donde generalmente se paran los transexuales, creo que el grafiti ya no existe. El cuento habla sobre un transexual que se mutila, una historia muy fuerte.
-Tenemos entendido que su actividad principal fue el teatro…
-¡Sí! Estudié teatro en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo de Caracas. Una escuela pequeña pero con una calidad académica admirable. Tuve la suerte de tener unos profesores increíbles de una disciplina extraordinaria. Aprendí muchísimo, fue mi primera experiencia teatral. Después de concluir mi carrera y graduarme viajé a Inglaterra, Italia y Francia. En Londres trabajé con un grupo de teatro y presenté un monólogo el cual también llevé a Italia. Poco después, regresé a Venezuela y encontré una carta de invitación de una compañía de teatro experimental estadounidense.


-¿Cómo surgió su relación con la compañía?
-Todo fue muy casual. Antes de graduarme en la Escuela de Teatro viajé a la ciudad de Nueva York para ver la cartelera y fui a ver una obra de The Living Theatre en donde al término de la función dejé mi información en el libro de visitas. Judith Malina, la directora vio mi nombre el cual coincidía con el nombre de su madre y esta experiencia la motivó a invitarme a su compañía. Fue así como me envío una carta y sin pensarlo mucho viaje a Nueva York a reunirme con ellos. Parece ficción ¡pero pasó de verdad!
-¿Sigue en la compañía?
-¡Por supuesto! Menos activa desde que nació mi hija hace ocho años pero colaboro con ellos. Precisamente el nacimiento de mi hija me motivó a dedicarle más tiempo a la literatura.
-¿Qué le permitió la maternidad?
-Escribir con más frecuencia. Como ya no podía asistir a los ensayos, empecé a drenar esa energía a través de la escritura.


-¿Durante su labor en el teatro incursionó en el tema de la dramaturgia?
- “Manos” fue mi primera obra, la cual dirigí y produje en Nueva York. Después escribí “Los pies helados”, las dos todavía están inéditas. Recientemente publiqué mi última obra, “Sin lengua”, en edición bilingüe, que en realidad es un híbrido entre poesía y teatro.
-¿Estamos hablando de un trabajo multidisciplinario?
-Sí, me gusta experimentar con el lenguaje y con las estructuras. Mis obras son muy abstractas. Casi imposibles de representar sin la concurrencia de otras disciplinas.
-¿Qué representa para usted las artes escénicas?
-El reflejo de nuestra contemplación del mundo. Es un espacio que nos da la oportunidad de transformar el status quo.