miércoles, 17 de abril de 2013

Carlos Tolentino habla sobre "Alicia en el país de las cuerdas"



¡Reestreno teatral! Dirigido por el maestro Carlos Tolentino, -pieza esencial de la escena teatral limeña, miembro del recordado y emblemático Grupo Telba, director de la exitosa puesta en escena “Jarana”-, este martes 23 a las 8 de la noche en la Plazuela de las Artes se reestrena “Alicia en el país de las cuerdas”,  a cargo de los alumnos de séptimo ciclo de la Escuela de Teatro del Teatro de la Universidad Católica (TUC). La puesta en escena relata la historia de siete monjas de clausura en el convento de Loudun quienes fueron aisladas después de que la peste de 1629 mató a todos los hombres de esa localidad. Una noche recibieron a una misteriosa niña llamada Alicia, a la que Jeanne de Belciel, la madre superiora, decidió ver como una señal divina. Desde ese momento extrañas apariciones, convulsiones, sueños pecaminosos y posesión demoníaca empiezan a afectar a las monjas del convento.



-¿Cómo surge la idea de llevar a escena Alicia en el país de las cuerdas?
-Desde hacía ya un buen tiempo, yo venía investigando acerca de la llamada Cofradía de las cuerdas, que es como define la historia de la música a aquella raza aparte: la de aquellos que tocaron el violín, y que fueron reconocidos como virtuosos de dicho instrumento, aparte de dedicarse a escribir conciertos, cantatas y óperas. Todos estos genios musicales, parecen ser iguales; todos se antojan sobre un tema idéntico que se repite maniáticamente con los mismos giros. Y sobretodo todos ellos -se dice- hicieron un pacto con el demonio. Véase el caso de la Sonata para violin y guitarra no.12 en e minor op.3 de Niccolò Paganini, o el fabuloso IlTrillo del Diavolo de Giuseppe Tartini, o las Overturas de Francesco Maria Veracini. Esta primera idea, es la que le converso a Jorge Guerra –director del TUC- y justamente él será quien me aconseja leer el ensayo de Adolf Huxley “El caso de las endemoniadas de Loudun”. Es así que empieza este proyecto teatral, para el curso Actuación 7, que tiene como objetivo dar al alumno la posibilidad de fortalecer y enriquecer su propia técnica actoral, confrontándolo a materiales que exijan formas y procesos alejados del realismo psicológico.

-Además de la dirección es responsable de la dramaturgia, ¿estamos ante una adaptación o una versión libre?
-Este proyecto se debe insertar en lo específico del curso en mención, ya que en el TUC, al llegar al séptimo ciclo, se trabaja sobre las vanguardias en el teatro occidental europeo, con materiales dramatúrgicos que provengan de corrientes alejadas del realismo psicológico. Bajo estos objetivos, iniciamos nuestro laboratorio con un concepto nuevo para las jóvenes actrices como es el Teatro Posdramático, donde Hans-Thies Lehmamn, plantea la desjerarquización de los dispositivos teatrales contemporáneos, donde el texto deja de ser el elemento principal sobre el cual se estructura la obra, construyendo una relación no representativa entre la palabra y el resto de los materiales que construyen la escena. Digamos que yo elaboro una buena fabula que contar y con mi elenco reinvento un código para tramar la historia.


-En cuanto a la temática, la dramaturgia, ¿cuáles son los puntos fundamentales de la obra?
-Hacia 1629, a Urbain Grandier que era el cura párroco de St.Pierre du Marche, en Loudun, se le reveló en sueños, “que todos los hombres iban a morir, por no ser capaces de encontrar solos la propia felicidad”. Esa misma noche Urbain Grandier recibió una misión: acabada la peste, traería al mundo a su primogénito, para salvar a la humanidad. Solo así, él también se salvaría y sería finalmente el hombre poderoso que siempre se le habían negado ser. Grandier aceptó la misión. Pocos años después, debido a la extraña peste, los hombres comenzaron a morir misteriosamente. En noviembre de 1632, Urbain Grandier -disfrazado de mujer- ingresó convento de monjas ursulinas de Loudun, donde no tardaría mucho en convertirse en Jeanne de Belciel, la superiora. Cegado por su ambición, instaura un régimen muy severo para las hermanas de la congregación, a las cuales les hace creer que en el mundo por la peste, no queda ningún ser vivo, excepto quienes habitan en el convento de Loudun. La historia lo recuerda como “El caso de las endemoniadas de Loudun”, ya que es probablemente el más famoso caso de posesión diabólica colectiva que se conoce. Afectó a las monjas ursulinas del convento de la localidad, supuestamente hechizadas por Urbain Grandier, quien fue acusada de brujería, de acuerdo con el testimonio de las endemoniadas, y condenado a morir en la hoguera. En el otoño de 1632, las monjas comenzaron a ser testigos de extrañas apariciones sobrenaturales.

-La pieza juega con temas como la libertad, la espiritualidad, la religión, el misterio, ¿por qué la belleza del teatro radica en retratar indirectamente y/o directamente nuestros problemas cotidianos?
-Posiblemente, una respuesta adecuada a esta pregunta viene acompañada de una reflexión de Antonin Artaud, cuando él afirmaba que debemos condenar al teatro actual, “a este estado de cosas en que vivimos, y que es necesario destruir, destruir con aplicación y maldad, en todos los puntos en que se opone al libre ejercicio del pensamiento”. Obviamente hablamos de un tipo de teatro y de una forma de hacer teatro. No pretendo, que todos los públicos perciban la experiencia teatral como una visión estética e ideológica de su propia sociedad. Pero lo lamentable, es que gran parte del teatro vendido como teatro, es apenas un producto masivo e irrelevante, que sólo ha contribuido a crear espectadores con poca voluntad de análisis.

-La obra juega con disciplinas como las artes visuales y la música, elementos constantes en sus obras de teatro...
-Mi formación la inicio como cineasta, y es a partir del cine, con su ilusión de imágenes en movimiento, de la música indefinible y de las innumerables posibilidades de representación y de lectura, que yo me acerco al teatro. Como un niño que juega a tener la misión de encontrarse en otras realidades, pero sabe que primero debe inventarse una forma de lenguaje personal. Recuerdo que los años transcurridos en Europa me acercan a los grandes artistas que buscaron la re-significación de los objetos. Entre ellos, Tadeus Kantor, quien influye en mí, bajo el concepto del artista como traidor de sí mismo, su trabajo –afirmaba- consiste en violar y destruir toda línea e idea artística de su pasado para adoptar posturas individuales y personales.“…Una materia no gobernada por las leyes de la construcción constantemente cambiante y fluida, no concebible por medio racional alguno, que convierte todo esfuerzo que quiera darle una forma sólida en ridículo, inútil y sin resultado…” Yo sigo jugando a hacer teatro, como lo hacía de niño. Yo sigo jugando a inventarme en otras realidades. Y pese a los años transcurridos, la realidad, continua a no bastarme.



-¿Qué le seduce de Alicia en el país de las cuerdas?
-Me seduce el limbo entre la realidad física y la psíquica, la incertidumbre irresoluble de determinar qué es real y qué proviene de la mente y no ser posible escapar a esa ambigüedad dado que Alicia es la demiurgo de su siniestro delirio. Mientras que en el film de Tim Burton, Alicia se dice a sí misma: “Quiero despertar, esto es sólo producto de mi pesadilla, sólo tengo que pellizcarme”. En mi versión, Alicia –que ya no es más una niña- no busca despertar, sino busca desesperada a su conejo, como quien busca algo qué amar que nunca tuvo ni probablemente tendrá. Mi personaje se interna en el convento de la monjas ursulinas en el siglo XVII, donde lo fantástico mantiene ese halo de amenaza que equilibra las pulsiones que provocan simultáneamente fascinación y temor, a la vez que se produce la ambivalencia entre su extrañeza y familiaridad. La metáfora platónica de la caverna –según Hal Foster- simboliza la experiencia siniestra que se produce en los espacios fantásticos que sugieren un “más allá”, dado que se caracterizan por la inquietud de lo que se oculta, sumado a la falta de certeza en la propia visión del Yo. Alicia representa la vida que hay detrás de los muros, y al mismo tiempo Alicia no es real, porque viene de la fantasía.

-Tenemos entendido que todas las protagonistas son mujeres, ¿qué tan importante es para un director lidiar con el universo femenino?
-En mi caso ha sido y es una elección personal de hace muchos años, el trabajar temáticas sobre los universos femeninos. Esto claramente no significa que excluya trabajar con hombres. Trabajé en Italia por dos años con un grupo feminista La Goccia, y formé años más tarde, Andanzas Centro delle Arte Visive, en la ciudad de Perugia. Con ellas puse en escena: “La sposa rubata” inspirado a un cuento del uruguayo Juan Carlos Onetti. Siempre he pensado que acercarme al mundo femenino, me ofrece la posibilidad de conocer mejor a las verdaderas agentes del cambio en la humanidad. Me siento afortunado de compartir toda una vida de matrimonio con la actríz Attilia Boschetti, con la cual he realizado seguramente los montajes más representativos de mi carrera. Me refiero a obras sobre temática femenina como: Segundo Tiempo de Ricardo Halac, Mujer modelo para armar de Marcela Robles, Los ojos abiertos de ella de Diana, o recientemente Oscar et la Dame rose, de Èric-Emmanuel Schmitt, entre otras obras. Mis staff de trabajo teatrales, de los últimos años están también conformados en su mayoría por mujeres, que o han sido alumnas mías, o que vienen trabajando de manera continuada en mi producción artística. También he tenido la colaboración artística de artístas plásticas como la italiana Nicoleta Tarli, en la escenografía de “Figli di un dio minore”; o en la composición musical para la obra “Azul resplandor” a Francesca Robbiano. En este montaje tengo el privilegio de compartir por primera vez una experiencia teatral con la artista plástica Johanna Hamann.