miércoles, 12 de septiembre de 2012

Rossana Díaz: “Chicama ha demostrado que no solo en Lima hay cineastas”



¡Conversemos sobre cine! Siempre será un honor charlar sobre cine con la escritora y cineasta Rossana Díaz. En esta ocasión la directora de Viaje a Tombuctú, premio Conacine en el 2010, nos ofrece un paneo sobre las películas que se exhibieron en el último Festival de Cine de Lima. Allí va 



-¿Qué balance nos puede hacer del reciente Festival de Cine de Lima?
-Ha sido un festival con muy buenas películas latinoamericanas y de otros lugares del mundo. La temporada del Festival del Cine de Lima es la mejor etapa del año para alguien que ama el cine. Es el momento de ver el desarrollo de directores ya conocidos y el descubrimiento de directores nuevos con propuestas interesantes.

-De las películas que se exhibieron y de las que tuvo la ocasión de ver ¿cuáles  fueron las mejores?
-Vi muchas películas buenas. Me gustaron mucho Una separación, Le Havre, 17 chicas, Au galop, A Roma con amor. De las latinoamericanas me quedo con El estudiante, Elefante Blanco, Abrir puertas y ventanas, La sirga, Violeta se fue a los cielos, 3. De las peruanas la que más me gustó fue Chicama. No vi la que ganó el festival. Me quedé con las ganas.

-Se presentaron cintas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, entre otros países de la región, ¿cómo evalúa la actual cinematografía de América Latina?
-Tradicionalmente Argentina, Brasil, México, siguen teniendo propuestas innovadoras e interesantes. No dejan de experimentar y hacer buen cine. En el caso de Uruguay, Colombia y Chile su cine se afianza año a año. En este segundo grupo también está el Perú, que cada vez presenta más películas con propuestas muy distintas una de la otra.


-Colombia, Chile y Perú, no se quedan atrás y sus recientes producciones cinematográficas nos confirman que tienen lo suyo, ¿no?
-Chile y Colombia tienen una mejor situación que el cine que se realiza en Perú, a nivel de leyes, escuelas, fondos de cinematografía. En estos dos países se está construyendo una industria que aquí todavía no ha llegado a despegar del todo. Una película como Violeta se fue a los cielos es de una factura impecable y nos da un ejemplo del nivel de la cinematografía de Chile.

-Los universos temáticos del cine latino actual hablan de fenómenos como el ciberespacio, de la inmigración, de los desastres naturales, ¿cómo ha cambiado los temas en la cinematografía latinoamericana actual?
-Pienso que el cine latinoamericano está cada vez dejando de ser lo que tradicionalmente se conocía como “cine latinoamericano”. Creo que esto se debe al relevo de una generación. Hay muchos directores jóvenes que viven en un mundo actual globalizado y que tocan los temas de manera nueva. Por ejemplo, El estudiante, es una película política, pero el universo es completamente nuevo en el cine. Todo se desarrolla en un campus universitario.

-De otro lado, los biopic, siguen incólumes y atractivos en la cinematografía mundial y la hispana no es la excepción, ¿qué le pareció le película argumentada en la vida de Violeta Parra?
-Me pareció una película impecable, con una actuación soberbia, con una puesta en escena bien trabajada. La película funciona así uno conozca a Violeta Parra o no. Nos  identificamos con el personaje inmediatamente, somos felices con ella, estamos tristes con ella. Vivimos la película de principio a fin.


-Perú tuvo una participación importante tanto en documentales como en largometrajes, ¿qué trabajos cinematográficos nacionales le llamaron la atención?
-Vi Chicama, Cielo Oscuro, Casa dentro y el documental Cuéntame de Bía. De las ficciones la que más me gustó fue Chicama y el documental de Andrea Franco me pareció muy interesante.

-¿Podríamos afirmar que el cine peruano atraviesa por un periodo auspicioso?
-Creo que el cine peruano aún no ha conseguido cimentarse del todo porque aún no se construye una verdadera industria de cine. Hasta que en este país no haya una escuela de cine pública donde los chicos puedan especializarse, la industria de cine no existirá. En nuestro país la educación siempre ha sido el gran tema pendiente y el cine no es una excepción. Se hacen películas con muchas carencias económicas, pero también con muchos problemas a nivel de formación, algo que afecta el producto final.
 No hay verdaderas productoras de cine, las empresas están mayormente abocadas a la publicidad y de vez en cuando hacen una película. Si solo pueden hacer cine los pocos que se han especializado fuera, entonces el cine se convierte en un oficio de privilegiados. En países como Argentina, cualquier chico con talento puede estudiar cine gratis y especializarse en guión, dirección, fotografía, edición, arte, producción. Esto aquí no existe y los chicos empiezan a trabajar sin saber realmente todo lo que aún tienen que aprender, sin dedicarse exclusivamente a un oficio. La industria se genera con gente especializada.

-Observo que el cine peruano contemporáneo es heterogéneo en sus universos temáticos, ¿Qué nos puede decir al respecto?
-Es cierto, cada película es un universo muy distinto a la siguiente, a nivel de fondo y forma. Es como un gran archipíelago de películas, la verdad.



-La película Chicama, del realizador trujillano Omar Forero, marcó la originalidad por no decir la diferencia del cine capitalino y del interior del país, ¿qué le pareció la película?
-En Chicama todo es como honesto y sincero. Los personajes son jóvenes y niños verdaderos con quienes uno se identifica rápidamente. Me pareció una película necesaria, me conmovió.

-Chicama nos da la posibilidad de tomar en cuenta y reconocer con justicia al cine regional, de provincias, ¿no?
-Chicama nos da la posibilidad de conocer a un director con talento y de saber que al menos en Trujillo se están haciendo buenas películas. Esta cinta no se parece a otras que se han hecho en provincias, no se puede generalizar, creo que estamos ante un autor, no ante alguien que representa a muchos otros directores. Pero igual, este LM ha demostrado que no solo en Lima hay cineastas.