lunes, 29 de octubre de 2012

Alina Gadea: "Escribir literatura para niños, es una experiencia única para mí"





Con esta nueva entrega literaria, la autora incursiona en la literatura infantil




Fotos: Rosana López Cubas



Días auspiciosos para la escritora Alina Gadea (“Otra vida para Doris Kaplan” y “Obsesión”), quien mañana martes 30 estará desde las 4 de la tarde en el Stand Altazor de la Feria del Libro Ricardo Palma de Miraflores, firmando sus libros. De otro lado, este jueves 1º de noviembre a las 4 pm presentará “La Ratita Feroz” (Ediciones Altazor), simpático cuento para niños que marca su primera incursión en la literatura infantil. El texto cuenta con la musicalización de Omar Basallo, Chaqueta Piaggio y los arreglos musicales son del músico César Peredo.






-En unos días presenta el libro La ratita feroz, cuento dirigido al público infantil, ¿es su primera incursión en literatura infantil?
-Sí, lo es. Es la primera vez que escribo un cuento infantil. Me ha resultado muy refrescante y gratificante, porque  siempre me han gustado los niños; su inocencia y su manera de ver la vida. Son seres encantadores, puros y alegres. Y creo que ningún adulto debería dejar del todo de ser niño. Que la infancia es algo que hay que conservar dentro de uno. Así somos personas más creativas. Creo que los niños suelen ser mejores personas que los grandes. Por eso para mí es un honor compartir con ellos un texto mío. Y espero que les guste porque lo he hecho con mucho cariño.

¿Qué nos puede decir sobre esta experiencia?
-Es una experiencia única para mí. Me permite acercarme a mi niña interior. Me vuelve más humana y saca de mí lo mejor. Creo que nunca hay que dejar de ser lúdico, en muchas cosas que hacemos, en nuestra cotidianidad. Lamentablemente la vida adulta nos obliga a veces, con sus responsabilidades rutinas, y con hechos no siempre felices, a volvernos más serios y racionales. Pero siempre hay que rescatar la risa, la ternura y el juego que nos proyectan a una vida más feliz.

-En cuanto a temática, ¿Qué urde La ratita feroz?
-La ratita feroz es un personaje bastante villano, al menos al comienzo de la historia. Conforme avanza la acción dramática, si así se puede llamar en este pequeño y sencillo cuento, ocurre lo que debe suceder en toda historia: la transformación del personaje. Ella, el personaje central comenzará a ser una mejor persona, en este caso, un mejor animalito. Es un roedor muy humanizado. Esto dado algunos quiebres que la llevan a percibir la vida en forma más positiva, levantando su autoestima. En función del cariño, la amistad junto con la lectura y la música como bienes supremos. Sin llegar a la moraleja, encierra un mensaje positivo. Creo que el hecho de ser un pequeño roedor que cambia su conducta puede acercar más a los niños a identificarse con el personaje.




-¿Cómo surgió la historia?
-La historia surgió como consecuencia de una serie de aventuras que les contaba a mis hijos, desde que eran pequeñitos. Ya habíamos creado entre nosotros a este personaje, la Ratita, ser bastante controversial por su mal comportamiento, falta de modales y forma despectiva de tratar a los demás, con costumbres no adecuadas. Viene a ser como una hermana de mis hijos y también como una hija menor mía. Villana, como he dicho, pero no exenta de ternura y de gracia. Quizás refleje algo de lo que realmente somos las personas.

Prácticamente llegó a vivir con nosotros durante estos años y nos ha acompañado, siendo como un miembro de la familia. No es un personaje complaciente, por el contrario, tiene personalidad. Ni cae en el melodrama. Es hermoso que un ser de ficción llegue a ser parte de la cotidianidad de una familia, más cuando ha sido creado por nosotros mismos. Y aun más hermoso que trascienda a otras familias. Ella representa la anti heroína, llena de defectos, como puede ser cualquiera de nosotros, y más aun, la villana que puede cambiar por amistad y a través de la cultura. Sumado a esto, un día, cuando estaba terminando de escribir la historia, nuestro compositor y cantante querido Chaqueta Piaggio, me sugirió una melodía que acompañara la historia, y le salió espontáneamente, de manera muy natural. Creo que esta musicalización le aporta un enorme valor al texto. Así mismo, contamos con el apoyo del maestro César Peredo quien gentilmente nos cedió su estudio y armó con mucho talento los efectos que acompañan el cuento y la música que plasmó en un disco. Es un privilegio contar con estos geniales músicos para esta simpática historia.  Quiero mencionar también al pianista Omar Basallo quien nos acompañará en la presentación de esta producción.

-¿Cuáles son los contrastes entre escribir una historia para niños y una historia convencional?
-Una historia para niños tiene o debe tener un fuerte conflicto al igual que las historias para adultos. Ya Perrault contó todas las historias que ahora conocemos como clásicos. La inmortal Cenicienta tenía antes de ser algo edulcorada por Disney, terribles desenlaces como que las hermanastras perdieran los ojos, arrancados por tétricas aves negras. Así que el conflicto es connatural a toda historia. Sin ello no habría ninguna tensión  y el personaje no recorrería un camino para llegar a una solución. La diferencia es la temática, el tono, los personajes que intervienen, la atmósfera, la fantasía. Sin embargo, tal como lo he hecho en mis novelas, le he dado un final abierto y bastante ambiguo que nos lleve a dudar de lo que finalmente ha ocurrido.






-Esta experiencia la dejó motivada como para eventualmente escribir una historia más ambiciosa…
-Claro, justamente, dado el final ambiguo, esta historia está dada a continuar. Confío en que así será… y porqué no, si las condiciones se dan, podríamos seguir musicalizándola. Lo cual sería lo más ambicioso.

-¿Fue una niña amante de la lectura?
-Lo fui. Mi padre fue un hombre muy especial, muy lector y dado a las artes, quien me condujo a leer como parte de mi forma de vivir y ver el mundo. Él me llevaba al teatro para niños todos los fines de semana, así como al cine, en aquella época en que no existían el cable ni los avances tecnológicos que tenemos ahora. Oíamos música siempre. En esa época eran los discos de vinil. Un recuerdo muy romántico y nostálgico.




-¿Qué libros marcaron su infancia?
-Fueron muchos. Uno de los que más recuerdo fue la Hormiguita Viajera. Tuvo la paciencia de leérmelo un centenar de veces. Lo mismo con la caperucita roja. Recuerdo con especial cariño que fuimos más de una vez a verla al Teatro Cabaña y que terminé subiendo al escenario para avisarle a la Caperucita que no fuera por aquel camino. Creo que desde ahí comenzó mi pasión por las historias. Ya más adelante, leímos el Caballero Carmelo de Abraham Valdelomar. Me daba mucha pena, hasta las lágrimas. Lo mismo con Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. Y después una versión infantil de la Odisea de Homero. Así fui gradualmente aprendiendo el amor por leer.

-¿Qué personajes de sus lecturas de esta etapa recuerda con cariño?
-El gallo Carmelo, el burro Platero. Había una tremenda ternura en ellos y ambos morían al final de la historia, dejando en la más profunda tristeza a sus dueños y amigos.




-¿Cuáles son los encantos de un cuento para niños?
El mayor encanto es avivar su imaginación y enseñarles a ser personas más sensibles y creativas. A ver el mundo con mayor intensidad desde pequeños. Los niños sueñan con las historias y todo eso queda como un bagaje para la adultez. Como un sello indeleble que los protege de la realidad de la vida.