Gestora del grupo de mimo “Transeúnte”, miembro de “Danza Lima”, directora de algunos clásicos unipersonales de Claudia Dammert charla con Lima en Escena
Si bien ya la habíamos observado en
algunos ensayos teatrales: La Extravagancia, Nuestro Pueblo, por algún motivo
no la buscamos para proponerle la posibilidad de una entrevista. Temíamos
invadir su tiempo, su espacio y obviamente su privacidad.
Hace unos días, durante los ensayos de la obra “De repente, el verano pasado” de Tennessee Williams que anoche estrenó el maestro Alberto Isola en el Teatro de Lucía, nos acercamos y le hicimos extensiva la propuesta de charlar a la cual no dudó en acceder.
Hace unos días, durante los ensayos de la obra “De repente, el verano pasado” de Tennessee Williams que anoche estrenó el maestro Alberto Isola en el Teatro de Lucía, nos acercamos y le hicimos extensiva la propuesta de charlar a la cual no dudó en acceder.
Me emocioné al observarla hablar mientras fumaba su cigarrillo. Me emocioné recordar durante nuestra plática toda la labor realizada por esta interesante y gran mujer de la escena local peruana en décadas pasadas.
Gestora del grupo de mimo “Transeúnte”, miembro de “Danza Lima”, directora de algunos de los clásicos unipersonales de la popular actriz Claudia Dammert y paremos de contar.
Me emocioné y agradecí indirectamente que personalidades como Carlos Tolentino, Chela de Ferrari, Carlos Mesta y Alberto Isola la inviten a trabajar en la asistencia y/o co dirección de sus obras de teatro permitiéndole como ella bien lo expresa: “ser útil”.
Queridos lectores es un honor presentarles a Norma Berrade, una sencilla mujer de teatro, cine y danza que por algunos
minutos nos permitió hacer un pequeño esbozo de toda una vida dedicada a las
artes escénicas en el Perú.
-Norma usted es una mujer dedicada a las artes escénicas locales pero estuvo ausente mucho tiempo. ¿Cómo se
da su retorno al teatro?
-Efectivamente regresé hace algunos
meses a mis labores teatrales. Estuve en Europa un tiempo y hace tres años volví
nuevamente al Perú. Carlitos Tolentino me invitó a trabajar con él en La Extravagancia
con Cécica Bernasconi. Posteriormente me llamó Chela de Ferrari con
quien trabajé en Nuestro Pueblo. Después me llamó Carlos Mesta para hacer Rosa
de dos aromas y ahora volví de nuevo al Teatro de Lucía con Alberto Isola.
-¿Cómo se siente?
-¡Útil!…Además esto es lo mío ¿no?
-La siento feliz. Lo percibo en su
rostro, en sus ojos…
-¡Sí! Agradecida sobre todo. Hay que
ser gratos con quienes nos toman en cuenta y valoran nuestro trabajo…
-¿Qué hace exactamente?
-Trabajo en la co dirección, en la asistencia
de dirección, en la dirección adjunta… ¡Trabajo en todo!
-¿Hace de todo?
-¡Siempre hice de todo!
-¿Qué tal la
experiencia de volver a la dirección teatral?
-¡Interesante! Importante para
ser más exacta. En España estuve alejada de mis labores y anduve como
espectadora de espectáculos. Volver a mis orígenes, a lo que laboralmente me
había dedicado más de treinta años es más que un halago. Regresar al teatro me
ha permitido compartir nuevamente con Carlos Tolentino, Chela de Ferrari, Carlos Mesta y ahora Alberto Isola,
ejes de la escena local.
-Existe una experiencia anterior cuando
trabajó con Danza Lima o dirigiendo algunos de los memorables unipersonales de
Claudia Dammert…
-¡Claro! Formé parte de Danza Lima y del grupo de mimo Transeúntes que fue lo primero que forme aquí. Trabajar con
Walter Zambrano fue una experiencia interesante en mi carrera. ¿Te acuerdas
cuando trabajaba en cine también…?
-Por supuesto hizo algunos cortos, ¿no?
-¡Sí! Con Silvia Kantor hicimos algunos
cortometrajes…
-¿Tiene propuestas para retomar sus
actividades en el cine?
-Algunas pero hay que pelearlas…
-Particularmente en cine, ¿qué labores exactamente desarrollaba?
-Con Silvia Kantor hicimos juntas el
guion de un corto, la dirección de arte y la producción. En Tarata con
Fabrizio Aguilar hice todo lo referido a producción de campo.
-Podría hablarnos sobre Danza Lima…
-Trabajar en Danza Lima fue una de las
etapas profesionales más interesantes de mi vida. Maureen Llewellyn-Jones me
llamó para montarle una coreografía e incorporar en ésta todo el trabajo de
mimo y quedó tan complacida con mi aporte que decidimos unir Danza Lima y
Transeúntes.
-Mimo y danza unificado. Ahora todo esto son los famosos espectáculos multidisciplinarios…
-¡Por supuesto! Fue una experiencia innovadora. Trabajamos lo
corporal incorporando técnicas de mimo. Un concepto innovador para la época. Fusionamos la danza con elementos de mimo. Fue una época muy importante para Danza Lima.
-Partiendo de todo este background, ¿cómo observa las artes escénicas locales de hoy?
-Ahora existen posibilidades de
producir mejor. Hay profesionales que única y exclusivamente se dedican a la
producción. Hace más de dos décadas atrás el tema de la producción teatral la
hacíamos a pulso y todos hacíamos de todo. Todo el elenco nos manejábamos
juntos. Ahora no es así. El ámbito ha crecido sin embargo hay grupos
alternativos que laboran como antes en donde todos se dan la mano en
producción, utilería, escenografía, música. Grupos que no están en el circuito
y que son dignos de admiración por toda la labor que realizan como lo que hace
Diego La Hoz por ejemplo.
-A propósito de los grupos
alternativos, ¿qué piensa del trabajo de todos ellos?
-Muchos hacen un trabajo de calidad. Me
da pena que no se les dé el espacio y la consideración que se merecen. De todo
lo que he visto hasta el momento Diego La Hoz me parece una de las pocas
personas más coherentes con su pensamiento y su labor en el teatro
independiente. Es una persona a la que respeto y admiro mucho.
Fotos:
Rosana López y Teatro de Lucía
*Especial
agradecimiento a Cécica Bernasconi y Lucía Irurita por siempre hacerme sentir como en casa cada vez que las visito para realizar mi trabajo. Gracias
Millones.