“Una visión sumaria y crítica de nuestra historia y un poderoso
alegato político”, dice el escritor Jeremías Gamboa en el presente comentario
Escribe: Jeremías Gamboa
Sospechaba que Padre Nuestro iba a ser un viaje diferente del que
propuso Criadero: La experiencia masculina ha consistido casi siempre en un
recorrido que se inicia en lo interior y termina en el mundo de afuera, en las
esferas de lo político y social, de manera que era muy probable que la obra
funcionara como un péndulo entre el mundo doméstico –de la crianza y el
crecimiento– y los sucesos traumáticos de una nación –el Perú– huérfana y en
busca de un padre. Fue así. Lo que era insospechable es que ese viaje resultara
tan preciso en su estructura formal y tan sugerente en sus líneas que llegara a
parecer el poema coral de un par de generaciones a la vez que una visión
sumaria y crítica de nuestra historia y un poderoso alegato político.
Las historias tremendamente conmovedoras de Omar García y Diego López
–los súper héroes de la noche–, las reflexiones de Giovanni Ciccia y la
versatilidad escénica de Gabriel Iglesias aportan en medidas exactas a una
fórmula que seduce y revela al mismo tiempo. Juan Carlos Méndez dijo que uno
sale de la función temblando y José Carlos Yrigoyen añadió que mudo, de tanta
emoción. Yo añadiría también que con una sensación de salud y de agradecimiento
porque Padre Nuestro es un viaje luminoso y reparador. Uno esperaba que fuese complementario
a Criadero; no que pudiera ser mejor. Pero lo es. Por increíble que parezca.
Padre Nuestro
Estreno: viernes 11 de octubre | 8:00 p.m.
Temporada: del 11 de octubre al 25 de noviembre
Funciones: de jueves a lunes a las 8:00 p.m.
Lugar: Sala Roja | Teatro CCPUCP