jueves, 3 de agosto de 2017

Alina Gadea: “La ficción puede explicar mejor la realidad.”



Lima en Escena charla con la autora de “Destierro”, su nuevo título que se presenta este domingo 06 de agosto en la FIL Lima 2017

 Fotos: Christian G. Sotomayor A.


En una sociedad pacata, misógina y conservadora como la nuestra, el tema del divorcio o la separación de una pareja sigue siendo un escándalo. Escándalo en el que la mayoría de veces la mujer se lleva la peor parte.


“Destierro” (Grupo Planeta, 2017), la nueva novela de la escritora Alina Gadea, es justamente una mirada al complejo proceso interno que antecede a la separación de una pareja. Esa ruptura, ese naufragio en el cual las personas afectadas por este proceso quedan a la deriva en una embarcación hecha añicos. “Es como quedar sin un lugar en el mundo. Es exiliarse de uno mismo, de su propia existencia. Es renunciar a su proyecto de vida para intentar con los pedazos rotos formar una vida nueva, con mucho temor”, nos dice la autora, quien amablemente nos ofreció la presente entrevista.


-Alina, en cuanto a exploración temática, Destierro, tu nueva novela, rompe con tus primeros libros Otra vida para Doris Kaplan, Obsesión y La casa muerta.  ¿Consideras que esta nueva historia vinculada a las relaciones de pareja despedaza la idealización de la relación amorosa?

-Qué interesante tu pregunta, tu mirada de la historia. Efectivamente el tema de esta novela no lo abordé antes. Trata del destierro personal que vive en su interior el que se separa de su pareja, rompiendo con ello el núcleo familiar. Es como quedar sin un lugar en el mundo. Es exiliarse de uno mismo, de su propia existencia. Es renunciar a su proyecto de vida para intentar con los pedazos rotos formar una vida nueva, con mucho temor. Es también una exploración sobre ese miedo a la soledad, a esa ruptura que es como un naufragio en el que uno queda a la deriva en una embarcación hecha añicos.

Por otro lado, considero que es hora de romper las idealizaciones y presiones culturales que empujaron a las mujeres a asumir un rol que puede terminar colocándola en una posición muy difícil y poco valorada. Por eso la represión es otro tema que siempre exploro. En Destierro subyace en el personaje de la madre anciana y tiene como función darnos a entender mejor a la protagonista.

En mi experiencia particular, cualquier cosa me parece fácil al lado de lo difícil que es ser madre, con todo lo que ello implica de sacrificios y renuncias personales y la responsabilidad que conlleva. Además creo que no se respeta ni reconoce lo suficiente a las mujeres que asumen solas los roles de padre y madre a la vez. Afortunadamente esta nueva generación es más independiente y menos conservadora y cede menos a condicionamientos sociales. Y así debe ser. Y así creo que deben ser mis hijas.

Asimismo, la relación de pareja puede ser una de las cosas más maravillosas y a la vez más complicadas que puede haber. Y la separación en sí, un tema tan duro, humano y universal que sacude a la gente y hace aflorar los aspectos más oscuros de nuestro ser. Las pasiones más encontradas. La ficción, creo, puede explicar mejor esta realidad y estos procesos porque es reflejo de la vida misma pero ya ordenada en una historia, porque en sí la vida no tiene la suficiente lógica como para dejarse entender rápidamente. Para eso está la literatura. Y por supuesto para volar lejos de la chatura a la que a veces nos somete la vida real.

-En este nuevo libro, al igual que en los anteriores títulos, das rienda suelta a tus exploraciones del espacio y el confinamiento que se ponen en evidencia en algunos pasajes de la relación de una pareja de esposos en notable crisis. Elementos atractivos en esta historia por la manera como son recreados. ¿Cómo procesas estas angustias, estos gritos, a través de tu escritura?

-Así es Rosana, aprecio que tu lectura abarque varias capas. El tema del espacio es fundamental para mí. Me gusta situar las historias en determinados escenarios porque ayuda a hacer más visual y vívido lo que se cuenta. Por eso trabajo las atmósferas.  Y dentro de eso me interesan los espacios cerrados porque me parece que favorecen la interiorización, pero también están presentes siempre el mar y los malecones. Con la clásica neblina limeña que impregna de nostalgia y misterio, o también como en este caso, los días azules del verano. El mar destellando como una metáfora de la esperanza de una vida más iluminada.

En Destierro, más que en las otras novelas incluso, está presente el elemento del malecón y el abismo que late durante toda la narración como símbolo del vértigo y del miedo, y el vuelo que supone el atreverse a romper con las reglas de lo establecido en busca de la libertad. El texto nos habla de confinamiento y miedo que se vencen al precio que sea. El encierro interior que puede llegar a ser esa jaula en la que se torna a veces un matrimonio. La crisis de la pareja que mencionas es puro conflicto y por eso te parece atractivo. Aporta una tensión en las pocas páginas en que se desarrolla la historia, compuesta más por sensaciones límites que por cantidad de acción. La acción transcurre más dentro de la mente y el corazón del personaje.

Las sensaciones son la sangre del texto. Las emociones se procesan a veces durante años porque son intensas y complejas, hasta que se asientan dentro de uno y recién ahí pueden ser expulsadas, elaboradas, reinventadas, acomodadas, en suma podemos intentar poner orden en el caos y explicar un poco la vida y sus largos procesos internos.  Me gusta decir mucho con pocas palabras, así el texto vuela y a la vez tiene densidad. Y para eso está el lenguaje.

-Un punto importante en tus novelas es situar la historia dentro de un contexto histórico político. ¿Por qué?

-Porque el Perú es un país muy convulso y eso es algo que a uno como escritor lo inquieta. Es un aspecto que da pie a muchos cuestionamientos. En Destierro lo hago porque ayuda a construir mejor la psicología del personaje, del hombre, más allá de ser un villano, y a entenderlo como un ser de carne y hueso, que responde a su propia formación y posición en el mundo.

-El desamor y el hastío en la acomodada vida familiar son los principales disparadores para que la protagonista de la historia opte por el difícil camino de la liberación. La protagonista de Destierro, no está lejos de las vivencias de miles de mujeres sean éstas de estratos económicos altos o bajos. Hay una recurrencia en el tema del abuso tanto psicológico como físico en los núcleos familiares en donde la mujer se lleva la peor parte. ¿Cómo decides embarcarte en esta historia, dolorosa, por decir lo menos?

-Sí, más allá de lo lírico del lenguaje, sigue siendo una historia muy dura porque el tema lo es. Y sí, nos toca a todos y pienso en las mujeres en general y en particular en las que son madres. Por eso abordo el tema desde el punto de vista de la mujer personaje narrador, considerando también la visión del hombre y de los hijos. Siempre tuve este demonio pero demoró un buen tiempo en madurar. En encontrar el camino para poder tomar las decisiones necesarias para narrar. Hay muchas maneras de contar una historia y hay que optar por una. Me agrada pensar en aquella que permita al  lector conectarse emocionalmente.



-En la historia el tema de los miedos son narrados con suma maestría. Háblanos de estos episodios. 

-Como te decía es también una exploración del miedo, en particular a ese abismo al que se avienta una mujer con hijos al dejar el matrimonio. Y por qué no también, a ese destierro que afronta un hombre al quedar lejos de lo que fue su hogar. El precio a pagar para unos y otros, por la libertad, puede ser muy alto. Pero de cualquier manera, considero que las cosas suelen ser más difíciles para las mujeres, en especial cuando tienen hijos. En todo caso, el miedo en general es una emoción primaria y que puede determinar el curso de la vida. La superación del miedo que paraliza nos permite reinventar la vida y darnos otra oportunidad, a todos.

-Esta novela surge en plena campaña del movimiento internacional Ni una menos. Y es un relato que no es ajeno a sus luchas. ¿Existe un compromiso a toda esta violencia domestica de género?

-¿Cómo una escritora podría no estarlo? Una persona que escribe es un ser crítico que observa la realidad y que se revela contra lo que no es justo. Escribir es en cierto modo reinventar la vida. Por eso creo que es válido que la escritura, desde su propia poética, sirva no solo para liberar, para sensibilizar, para reflexionar sino también para cambiar nuestras percepciones y prejuicios. Más en un país como el nuestro.

-¿Estamos ante una tema de auto ficción?

-Alguien dijo alguna vez que el escritor es un ave que va recogiendo a su paso toda clase de ramas para hacer su nido. Y eso es lo que uno hace.

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Presentación
Día: domingo 6 de agosto
Hora: a las 5:00pm
Comentarios a cargo de: Gabriel Ruiz Ortega
Lugar: Auditorio José María Arguedas

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