Uno de los
jóvenes directores más sobresalientes de la actual escena teatral limeña es sin
duda Franklin Dávalos -nacido en Quito- radica en el Perú desde el 2001. Hace
algunos meses dirigió El último árbol y ahora hace lo propio con Tango solo,
una formidable pieza en donde destaca la actuación de la actriz Irene
Eyzaguirre.
Como se sabe Franklin ha desarrollado su carrera de actor en
nuestro país con más de 20 montajes teatrales y numerosos trabajos en
televisión. Socio fundador del Teatro Racional junto a Claudia Sacha y Eduardo
Adrianzén, también es profesor de entrenamiento actoral y bailarín.
Precisamente para que nos hable brevemente sobre Tango solo su nuevo trabajo
como director Lima en Escena fue en su busca. Allí va
¿Cuál es
la esencia de Tango Solo?
La soledad
y el papel que juega la fantasía en una mujer que ha vivido cosas muy duras y
que ha decidido vivir una especie de autoexilio en su casa para escapar de sus
demonios personales.
¿Un mundo
de fantasías en una casa?
¡Sí! En
una casa arruinada, abandonada, llena de moho pero cuyas fantasías de Nicole,
el personaje, la convierten en una gran vía parisina.
¿Tango
Solo, tiene el deleite de combinar elementos como la actuación y el canto?
En este
monólogo Irene combina de manera magistral la actuación y el canto lo cual crea
una magia divina pues canta a capela.
Pero esta
historia tan “penosa”, por no decir cruel ¿tiene su encanto también?
¡Totalmente!
Precisamente el encanto radica en que cada uno de los escapes de
Nicole
está asociada a prototipos de mujeres de nuestro universo cotidiano como “la
vecina malhumorada”, “la mujer renegada”; o la típica “solterona”.
Nicole es
una mujer cuyo universo personal es complicado…
Más que
complicado en realidad es la complejidad del universo del género femenino.
¿Por qué?
Porque los
hombres y las mujeres estamos hecho de materiales tan diferentes partiendo de
lo físico que precisamente en el universo de Nicole se observa el género
femenino en su máximo esplendor.
En su rol
de director, ¿qué busca Franklin Dávalos?
¡Momentos
mágicos! Esta especie de “juego de niños”, esos momentos asombrosos durante su
proceso de escape de Nicole que en la interpretación de Irene me parecen
formidables.