viernes, 22 de octubre de 2010

Richard Torres:“Soy esquizoide, multifacético, en ocasiones depresivo”



Actor, productor y director de teatro 



Fotos: Rosana López Cubas


Tiene una vasta producción teatral a cuestas: 22 puestas en escena. Gran parte de ellas son adaptaciones de películas (Martin Scorsese, Bernardo Bertolucci), otras en cambio se nutren de figuras emblemáticas de nuestra cultura: César Vallejo, Lucha Reyes, personalidades a las cuales considera sus iconos. Hace algunas semanas partió al hermano país de Colombia para estrenar Mujer contra mujer, su último montaje teatral y para cumplir con algunos compromisos con instituciones académicas. Precisamente para charlar sobre sus proyectos Lima en Escena fue en busca del productor y director teatral Richard Torres. Allí va 


¿Por qué apoya a los gays? 
Porque creo que todos somos seres humanos. Los gays, las lesbianas, los bisexuales, transexuales también sienten, tienen piel, se alimentan, se duchan y piensan. Con mi trabajo artístico pongo en el tapete la humanidad de estas personas. 
¿Richard Torres apuesta por esta opción? 
No me agrada categorizar el universo gay con la palabrita “opción”. No me parece, todos somos iguales: personas, humanos. En mi caso muy particular siempre me han movido estos temas y cuando me hago dramaturgo y director de teatro decido plasmar estas experiencias en las tablas. 
¿Piensa que son temas “prohibidos”? 
No, en absoluto, mi trabajo teatral es una reflexión sobre las injusticias del mundo: la homofobia, el racismo, el maltrato a la mujer, a los niños. Pienso que en el fondo siempre quise ser misionero, ayudar a la gente. 
¿Misionero o sacerdote? 
Misionero, incluso estuve en un convento jesuita alrededor de 6 años a punto de ser sacerdote jesuita pero abandone. 






¿Por qué? 
Porque me di cuenta que no era lo mío, no era mi vocación. 

¿No salió del Convento por maltrato de parte de algunos curas? 
¡No! 
¿Seis años en un seminario es un tiempo prolongado? 
¡Por supuesto! Todos esos años en un templo jesuita me permitió aprender mucho sobre la vida incluso intelectualmente. 
¿Estudió teología, filosofía…? 
Filosofía, Historia de la liberación, Sexualidad, Psicología; los jesuitas fueron mis grandes maestros y vivir dentro en un convento me permitió observar formas distintas de vida. 
El Richard de hoy, el artista, ¿mantiene su devoción cristiana? 
¡Sí, claro! Soy una persona creyente, creo en la fuerza de Dios, en la fuerza del Espíritu Santo, soy una persona que todo el tiempo bendice al Señor, incluso los días se Semana Santa hago la obra La ultima tentación de Cristo, la cual golpea un poco ese convencionalismo religioso que nos presenta la Iglesia Católica. 




¿Me habla de una adaptación al teatro de la película de Martin Scorsese? 

¡Efectivamente! Hice la adaptación por segundo año consecutivo y fue un boom. 
¿Por qué cree que fue un boom? 
Porque pongo en escena a un Cristo cholo que come papa, que sube a una combi y dice: “vendan todo el oro de la iglesia y el dinero será para los pobres”. 
¿Hubo censura? 
¡Si claro! Amenazas, censuras pero Dios está de mi lado. 
¿Cómo capea estos inconvenientes? 
¡No les hago caso! 
¿Cómo surge su vocación por las artes? 
Desde pequeño me gusto el arte. Nací en el Amazonas (Kuelap) en medio de una maravillosa familia. Mi padre fue un notario muy sabio, muy culto, un hombre con mucho carácter y mi madre, una mujer de la casa, criaba animales. Yo canto y toco la guitarra desde “chiquito”, incluso recibí clases de canto y guitarra. Mi pueblo era muy pequeño y muy artístico, todo el mundo bailaba, todo el mundo danzaba, no teníamos televisor, pero teníamos guitarra para cantar y recuerdo que iban los circos, esos circos de pueblo maravillosos. 




¿Los circos populares? 
¡Por supuesto! Los que llevaban a la enana, al mono, al payaso. Recuerdo que tenía una conexión increíble con los circos y juntaba a todos los amiguitos de mi cuadra para visitar el circo. 
¿Amaba el circo? 
¡Totalmente! Cuando el circo se iba sufría mucho, en una de sus partidas casi me muero de la pena y estuve dos meses en cama, incluso mis padres me llevaron a la ciudad de Chiclayo para curarme y nada. 
¿Qué era lo que más extrañaba del circo? 
A un payasito de 7 años que amé intensamente. 
¿Qué edad tenía? 
Seis añitos. 
¿Usted es muy intenso? 
¡Desde que vine al mundo! 
¿Cuénteme sobre su último montaje? 
Mujer contra mujer, es una saga, es el tercer montaje que hago. Es un proyecto que me vuelve loco y me emociona en el buen sentido de la palabra. 
¿Por qué? 
Porque de alguna manera proyecta una historia de amor entre dos monjas. 
¿Sí? 
¡Por supuesto! A la edad de 8 años fui testigo de un amor lésbico entre dos monjas de mi pueblo, un romance del cual me hicieron cómplice. 
¿Un amor real? 
¡Totalmente! 
¿Quiénes eran las monjas? 
La madre Martha, mi madrina de comunión y una compañera del convento 
¿Peruanas? 
Mexicanas. Un día fui a mi clase de guitarra y las encontré besándose apasionadamente. 




¿Le sorprendió la escena? 
¡No! Desde pequeño tengo sensibilidad para estos temas. 

¿Desde ese momento se involucra con el tema gay? 
¡Pienso que si! Las monjas me dijeron: “Richard esto es amor, no digas nada”, a los días la bomba estalló y se inicio una persecución, casi las matan, imagínate mi pueblo era muy retrasado. 

En otras palabras dos monjas condenadas por su homosexualidad… 
¡Sí! 

¿Esta experiencia le motivó a escribir Mujer contra mujer? 
¡Efectivamente! Es un homenaje a ellas. 

¿Un amor entre dos mujeres? 
De un amor real. El amor es el amor, tú no puedes juzgarlo, no es pornografía, el amor es el amor y punto; puedes amar a una mujer, a un hombre si es tu naturaleza. 

¿Su arte humaniza al mundo gay? 
Mi arte, venera esa forma distinta de amor, la homosexualidad no es una opción, por favor. Una persona que nace homosexual, bisexual o lesbiana nace así y punto, ahora si ser “gay” es por traumas hay que ir al psiquiatra o si algunos lo asumen por “moda”, estamos cagados de la cabeza. 

¿Usted es un artista disciplinado? 
Creo fervientemente en que si vas a hacer algo tienes que tener disciplina. 
Arte es sinónimo de disciplina. Si una persona desea ser actor, no es posible que llegue tarde a clases, que no haga sus ejercicios de lectura, de investigación. 

Richard, ¿cómo se da su pase a la dirección? 
Estudié en el TUC pero me salí por algunos problemas y me fui a la Escuela Arte Dramático en donde llevé actuación y cuando cursaba el segundo ciclo mi maestro me dijo que lo mío era la dirección 

¿Lo cual ahora se lo agradece? 
¡Por supuesto! En menos de dos semanas ya estaba en pedagogía y me especialicé en dirección y dramaturgia. 




¿Cuántos montajes ha hecho hasta el momento? 
22 más o menos. 

¿Todos dirigidos por usted? 
¡Todos! 

En cuanto a su labor de dramaturgo ¿Qué obras ha escrito? 
Mas que escribir suelo hacer adaptaciones de algunas historia de cine a teatro. 

¿Le fascina el cine? 
¡Rotundamente! Te cuento que mi primera adaptación fue El último Tango en París de Bernardo Bertolucci y Reynaldo Arenas me apoyó mucho. Fue un éxito. 

¿Es un dramaturgo ecléctico? 
Soy un dramaturgo experimental, escribo lo que me interesa y me gusta. En una oportunidad teatralicé poemas de César Vallejo con mucha imagen. 

¿Usted es un artista del siglo XXII? 
Soy un artista actual que se pone tirantes, que se pinta las uñas y usa sombreros. 

¿Cómo se define? 
Soy esquizoide, multifacético, en ocasiones depresivo 

¿Cómo supera la depresión? 
Escribiendo, diseñando mi ropa y dirigiendo. Tengo un albergue de muñecas también y las muñecas me sostienen cuando ando triste. 

¿El cine? 
Claro, me encanta, me nutre, me fascina el cine mudo en especial. 

¿Charles Chaplin? 
Es increíble también, lo veo y digo: “maldita sea porque no viví en esa época”. 

¿Qué proyectos vienen ahora? 
Con el dolor de mi corazón, dejo mi país para ir a trabajar a Colombia, 

¿Para siempre? 
No, nada es para siempre. Me voy para cumplir con un proyecto muy grande. Voy para trabajar como profesor y también para dirigir mi obra Mujer contra Mujer que ya la estrene con éxito. 



¿Cuáles son tus grandes pasiones? 

La música, el canto, canto desde chiquitito y mi mayor sueño fue ser cantante. 
¿Canta desde niño? 
¡Por supuesto! A los 10 años ganaba festivales interpretando la música de Lucha Reyes. 
Nada más y nada menos que Lucha Reyes 
¡Amo a Lucha Reyes! Es otro de mis iconos, le hice un homenaje en el 2005 con Ernesto Pimentel en la obra “Mi último vals para Lucha Reyes”. 
¿Cómo le fue? 
¡Maravilloso! Ernesto Pimentel interpretando a Lucha Reyes es brutal. 
¿Es su mejor montaje? 
Es una de mis mejores obras, lastimosamente en el país no apoyan el arte que hago, no tengo auspiciadores y los pocos que tengo me apoyan con agua, maquillaje, pero no existen aquellos auspiciadores que financien mis proyectos, les da miedo 
¿Se considera un artista marginal? 
Si claro, soy un artista marginal porque trabajo temas del desagüé 
¿Todo tema artístico tiene una estética? 
El mismo desagüé tiene una estética, cuando hablo del desagüé es porque me burlo de lo que la gente piensa de mi. Mis elencos incluyen travestis, enanos, trabajo con todo tipo de gente. 
¿Se siente realizado? 
Estoy en un proceso, no quiero decir que ya toque el cielo, soy una persona que esta en constante evolución y degradación también. 
¿Cuáles son los pendientes de su agenda? 
Imagínate, lo ambicioso que soy, mi gran proyecto de vida es hacer cine. 
¿Su biografía? 
No, deseo hacer Mujer contra mujer en el cine o tal vez Historias de muñecas, comenzaré con un cortometraje 
¿Ya tiene la historia del corto? 
Tengo el texto, los actores, incluso mi amiga Susana Villarán me ha dicho: “hagámoslo Richard, te apoyo”…