"Quiero
pensar que poco a poco van a surgir más editores antes que meros tramitadores
de libros", dice en la presente entrevista la editora del sello IntermezzoTropical
Victoria Guerrero Peirano, una de nuestras voces más importantes en lo que a poesía peruana contemporánea se refiere, es editora independiente del sello Intermezzo Tropical, el mismo que ha publicado a autores como Josemári Recalde, Gavril Prinzip, Domingo de Ramos, Violeta Barrientos, Enrique Bruce, y recientemente a Carlos Villacorta y Borka Sattler.
Si bien, en un primer periodo Intermezzo Tropical fue una revista de investigación dedicada a temas de cultura y política, actualmente es una editorial independiente que progresivamente se abre paso en el mercado de los sellos independientes locales. Precisamente, para charlar al respecto, Lima en Escena fue en su busca.
-Victoria, usualmente llegamos a tu persona a través de tus libros, tu poesía. En esta ocasión nos motivó la editorial Intermezzo Tropical la cual diriges. ¿Cómo surgió la Victoria Guerrero editora independiente?
-Pues, fue algo casi natural. Primero existía la revista Intermezzo Tropical, de la cual nosotros mismos éramos los editores, elegíamos los contenidos, los textos y los colaboradores. Así que, luego de ese periodo y con el alejamiento de algunos editores, me pareció natural continuar con una editorial. Esto fue más o menos en el año 2009.
-Antes de la editorial editabas la revista de investigación del mismo nombre sobre temas de cultura y política. Nos podrías ahondar más sobre este proyecto.
-Intermezzo Tropical fue un proyecto muy bonito que hice con un grupo de amigos vinculados a la literatura y con intereses en lo político. Fue una idea que tuvimos el poeta Enrique Bernales y yo. Luego, en diferentes épocas, se unieron Luis Fernando Chueca, César Ángeles, Paolo de Lima y Martín Guerra-Muente. Era muchísimo trabajo, y yo no vivía en el Perú en esa época, así que la hacíamos una vez al año. Había que conseguir financiamiento y, además, hacer una revista como la que nosotros queríamos, con mucha imagen, implica paciencia. En el camino, hubo discusiones internas y asuntos afines, así que, en un momento, decidí que había llegado a su fin, y justamente eso coincidió con mi regresó al Perú. Sin embargo, debo decir que en ella hemos publicado a escritores e investigadores como Róger Santiváñez, Carmen Ollé, Goyo Martínez, Roberto Reyes, Roberto Echavarren, Juan Ramírez Ruiz, María Auxiliadora Álvarez, Siu Kam Wen, Susana Reisz, José Antonio Mazzotti, Ida Vitale, Diego Trelles, entre otros.
-¿Existe la posibilidad de que retomes su publicación?
-No me lo he planteado. Preferiría publicar ensayos, en todo caso.
-Sobre la editorial Intermezzo Tropical los críticos consideran o ponderan el catálogo. Podrías acercarnos a tus autores...
-Hasta el momento, hemos publicado a Josemári Recalde, Gavril Prinzip, Domingo de Ramos, Violeta Barrientos y Enrique Bruce. Todo esto en poesía y/o géneros más híbridos como en el caso de las prosas de Bruce, o el ensayo de De Lima sobre La última cena. Últimamente, hemos empezado a editar novelas, como en el caso de Alicia esto es el capitalismo, de Carlos Villacorta y El retrato, de Borka Sattler. Y, por otra parte, fue un acto de sinceramiento el hecho de que, al no encontrar un editor para mi libro Berlin que no me pidiese dinero, decidí publicarlo con mi propio sello.
-¿Cómo comercializas tus títulos?, es decir, ¿Cuáles son tus puntos de venta?
-Siempre estamos en El Virrey, Sur y Librería Inestable, que son librerías serias y que están interesadas en la literatura sobre todo.
-¿Qué novedades nos traerá Intermezzo Tropical en lo que resta del año?
-Pues, este año, si todo sale bien y la Sarita está con nosotros, quisiéramos publicar la iconografía de Vallejo, producto de una investigación obsesiva y acuciosa hecha por Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi, una cosa fascinante. También tenemos el libro de poesía de una poeta joven de la PUCP, Carina Barreda. Y tengo en mente el deseo de publicar ensayos críticos más actuales, ligados al arte y a la literatura contrapoder, y también a nuestras feministas jóvenes, ya que hay mucha carencia de esto en el Perú.
-Sobre el tema editorial independiente. ¿Cómo observas su desenvolvimiento en el mercado?
-Soy optimista, aunque me he mantenido un poco alejada como editora. Es decir, no tengo mucho tiempo ni los que trabajan conmigo tampoco, como Ker Vegas, que suele encargarse del cuidado de las ediciones, o Luis Fernando Chueca, que ha contribuido en la lectura de los textos de poesía. Somos una editorial muy esporádica en ese sentido. Sin embargo, tengo la ligera esperanza de ser más sistemática. Particularmente, observo que crecen ciertas editoriales, crean una línea, aparecen en las ferias, pero, claro, como en muchos casos en este país, no hay medios.
Las editoriales existen porque alguien pone su dinero para editar su libro. Quiero pensar que poco a poco van a surgir más editores antes que meros tramitadores de libros. No obstante, si no existen incentivos, veo bien poco viable que se construyan sujetos que realmente entren al texto, sugieran, piensen sus contenidos. Ese es un súper trabajo que requiere de apoyo y dinero. Mientras no haya recursos, se seguirá siendo un casi lleva y trae de textos a la imprenta. Hay que pensar en conceptos, que se siga reforzando la unión entre editores independientes y también que se proyecten trabajos en coedición. Aquí la Cámara Peruana del Libro, el Ministerio de Cultura deben ser los canales a través de los cuales se puedan viabilizar incentivos, pues, en el panorama latinoamericano, estamos bien rezagados, como casi todo lo que signifique producto cultural. Algo de esto está intentando cambiar la Fundación para la Literatura Peruana, pero obviamente no es suficiente. También el Centro Cultural de España, en sus épocas más felices, fue un gran auspiciador de las editoriales independientes.
-Desde tu mirada de editora de un sello independiente. ¿Existe interés por libros de autores peruanos contemporáneos?
-Claro que sí. Yo siempre he pensado que la Feria del Libro debería ser un lugar de pedagogía. El nivel educativo y cultural de este país está por los suelos, pero la gente va a la Feria, quiere comprar libros y muchas veces no sabe de qué va tal o cual libro o tal o cual stand. Quizá es verdad que muchas de esas personas van a ver a los veletas del momento, a cantantes, pero no es lo único. Antes, he tenido la experiencia de participar en algún stand y me doy cuenta. Hay que bajar la actitud pedante-literaria o la de solo ser un comerciante. Si quieres vender, hay que explicar. Una misma no sabe a veces ni qué comprar, se pierde en el mar de libros, pide recomendaciones a los amigos. Hay que verlo en ese mismo sentido.
-A propósito de todo este tema editorial. ¿Qué balance te dejó la reciente FIL 2014 que en esta versión estrenó nueva directiva?
-Según lo que tengo entendido, el grupo que ha asumido la organización de la FIL 2014 ha recibido los activos y pasivos de los directivos anteriores. Incluso muchas de las actividades fueron pactadas por el grupo anterior y se respetaron, así que creo que se trabajó con lo que había y me pareció bien en cuanto a programación. De seguro tenía miles de imperfecciones. Yo te podría hablar de la infraestructura de los auditorios. Por ejemplo, la iluminación y la ubicación eran pésimas, había una intromisión de voces de las otras presentaciones, debido a la contigüidad de las salas. ¡Eso fue desastroso…!
-Los libros más vendidos en la FIL 2014 fueron los de Gisela Valcárcel, del doctor Élmer Huertas, entre otros autores mediáticos. ¿A qué le atribuyes este fenómeno?
-A mí no me molesta que se vendan libros de Gisela Valcárcel o del doctor Huertas, son sujetos mediáticos y tienen su público. Lo que sí me pareció bueno fue que ellos no inauguraran la FIL, por ejemplo, como sí fue con este tipo de personajes en otras ediciones de la Feria, a quienes se les dio un espacio mayor al que merecían en este campo. Ahora se abrió con un homenaje a Carmen Ollé, y eso me parece que crea un buen precedente. Por otra parte, se debería traer figuras internacionales reconocidas en el campo literario. Eso falta, entre otros.