sábado, 11 de junio de 2016

12 destacadas poetas y su canto lírico post-electoral





 Arrullo poético a cargo de Juliane Angeles, Virginia Benavides, Teresa Cabrera, Rocío Fuentes, Karen Luy, Leda Quintana, Laura Rosales, Solange Saldaña, July Solís, Becky Urbina, Karina Valcárcel y Odette Vélez


Fotos: Rosana López Cubas



Después de la agotadora jornada electoral, 12 destacadas poetas peruanas decidieron tomar las instalaciones de la Librería del Fondo de Cultura Económica Café-Galería para compartir sus poemas y líricamente arrullar a nuestro país luego de la resaca post-electoral.

“Nos juntamos para ofrecernos mutuamente ese bálsamo tan necesario por estos días. Después de todo, siempre nos quedará la poesía”, nos comenta Becky Urbina, del portal literario La vida es cierta, ente organizador de “Alma Mater. Arrullo febril para nuestro país”.

Según la autora de “Camping en el país de las maravillas”, todo surgió como respuesta a estos meses tan convulsionados por las elecciones presidenciales. Una campaña electoral en la que se originaron tensiones, rupturas y nuevas heridas.  Después de tanto estrés, desencuentros y heridas abiertas, es posible reconciliarnos, o intentarlo al menos, con un recital que nos traiga a viva voz y de la mano de la poesía lo que nos pasa como sociedad, lo que sentimos y vivimos frente a esta coyuntura que a veces nos ahoga y enferma.

“Sentí que era necesario propiciar un abrazo, un punto de encuentro, un arrullo para calmar la fiebre de nuestro país y mirar adelante. Y una vez más contamos con el generoso apoyo del Fondo de Cultura Económica y su directora, Gabriela Olivo de Alba, para poder llevar a cabo esta iniciativa en su acogedor espacio”, señala Urbina.

Al preguntarle a Becky ¿Por qué es urgente arrullar a nuestro país desde la poesía, desde la creatividad lírica femenina?, ella nos manifiesta:

Porque un país con tanto miedo, dolor y cicatrices mal curadas como el nuestro, lo que necesita es un arrullo amoroso, un bálsamo, un intento de sanación. Pero este no intentaba ser un arrullo “adormecedor”, sino un arrullo para calmarnos pero a la vez mantenernos despiertos y atentos a nuestro país, sus necesidades y el respeto de sus derechos.

Sin duda la poesía puede sanar, arrullar, reconfortar, a la vez que conmover, encender, despertar; y es lo que sentí en cada una de las diversas voces poéticas de mujeres valientes y combativas que fueron parte de este arrullo luego de la resaca post-electoral. Nos juntamos para ofrecernos mutuamente ese bálsamo tan necesario por estos días. 

Después de todo, frente a cualquier circunstancia o coyuntura, “siempre nos quedará la poesía”, pero no para echarnos a dormir desconectados del mundo, sino para seguir luchando. Fue una velada emotiva y reconfortante que sería excelente repetir más adelante, y ¿por qué no?, quizás con un arrullo masculino también, ya que nuestro país sufre una fiebre crónica que siempre podremos intentar calmar.

Precisamente para rememorar este canto poético, en las siguientes líneas les ofrecemos algunos fragmentos de la poesía de cada una de las participantes. 

Mesa I


Solange Saldaña

“una garganta puede ser, por ejemplo,
un conjunto de gargantas atropelladas
la cumbia que suena ahora puede ser una garganta
las varillas policiales o tus manos rojas son sin duda una garganta
apretar entre mis codos, los codos de otros cuerpos que se alzan
el latir de mis gritos en sus gritos que nos llaman
el latir de sus gritos en mis gritos que nos llaman
una garganta puede ser un número infinito gargantas
que se alzan como puntos amarillos en los cerros grises de la tarde.”

(Fragmento del poema inédito “Marcha en Plaza San Martín o Ejercicio con vapores”)

July Solís

“Pagar un precio justo es el gran dilema:
todos los animales gritando en tu monedero
y ese sol cincuenta que regresa a casa
se avergüenza en sus dos caras de tu huida
¿Alguna vez alguien pagará esta voz que sobrevive?
este nervio mordido que tragaste
esta sangre estancada en tu mal aliento
o estos huesos que entierran los perros.”

(Fragmento del poema “Mercado”, perteneciente al poemario “Leche derramada”)



Odette Vélez

“río insaciable
todo tomas de mí
bebes bien
cuerpo
colmado
te quedas niña
prendada
de tu primer gozo
tu amor florecerá de ese placer y yo
seré la madre
que habitará siempre en tu boca”

(Fragmento del poema “Amamanto /a la manera de José Watanabe”)

Karen Luy

“te pesarán todos los pasos marchitos
sangrarán de ti las palabras que callaste
ciega
por evitar dormir desnuda de voces
y cuando los oigas venir
derrotada desde tu caparazón
comprenderás el porqué de la memoria
se agolparán sus muertos en tu pecho
desempolvarás el alma
te pondrás la vida
saldrás.”

(Fragmento del poema inédito “los indignados”)


Mesa II



Leda Quintana

“En el fondo de las aguas del pozo de Huasta
viven mis hijos muertos.
Durante años corté la cuerda,
escondí las cubetas,
huí a la capital,
caminé partida y sin ojos
para no ver los ecos
de sus voces púrpuras
en la niebla limeña.
El ruido de la guerra me silenciaba
y me tapaba los oídos
para no escucharlos
ni escucharme.”

(Fragmento del poema inédito “El pozo de Huasta”)


Rocío Fuentes

“roídas están mis uñas
G R I E T A S gritan
espinas llanto
van 12, 43, 65, 61.007, 77.552…
los tendidos en una cena
se los comieron
los devoraron en nombre de
roídas mis uñas
de tanta tierra y sin poder cubrirlos
[nuestros muertos]”

(Fragmento del poema “un solo mapa”, perteneciente al poemario homónimo)




Juliane Angeles

“Toso tan fuerte que podría expectorar mi corazón
mostrárselo a mis padres y convertir mi enfermedad
en un canto bermellón
en ganzúa
en poesía
Toso, se me infla la garganta
como los sapos
como los poetas
pero los cazadores ya no buscan poetas para sus extractos.”

(Fragmento del poema inédito: “Mi enfermedad / Ars Poética”)

Laura Rosales

“Tal vez ese rostro fue el mío. Recorro las turbias aguas donde le temo a mi
ángel. Allí va Hokusai en su tabla de surf. Allí voy yo con las
alas robadas a Ícaro. Traigo lo perdido y lo blanco: la gran astilla
del cielo, el lagrimeo del agua. Allí donde se cierra un círculo
otro se abre y hallo la grieta hambrienta al final de la raya. En el
hielo maduran nuestros signos hasta incendiarse. Pez carnívoro
que devora mi historia, flor que depreda al rudo animal.
En el acantilado del alma, un pulso callado nos protege y nos nombra...”

(Fragmento del poema “Pulso de hielo”, perteneciente al poemario “Cantata natural”)


Mesa III



Becky Urbina

“Las billeteras abrían sus guaridas a las hojas y a los caracoles.
El doctor curaba con un respiro hondo. Se oían murmullos risueños,
suspiros en las esquinas. Los ojos se hablaban unos a otros. Los pasos no tenían sed.
Pero un dolor de mandíbula se extendió como epidemia, el aire puro
dificultaba la respiración y la calma resultaba incómoda.
A los pocos días, la paz se volvió insoportable. Toda la ciudad
juntó esfuerzos, la desviaron a un hoyo profundo y tapiaron
la salida con extremo cuidado.
De esto ya hace mucho, antes que se vendiera la Coca Cola en plástico.

(Fragmento del poema “De repente, se desbordó la paz como una coca cola”, perteneciente al poemario “Camping en el país de las maravillas”)

Karina Valcárcel

“Guíame Señor de Ayabaca
que la vereda sea una almohada confortable
si es que tengo que caer,
que el mendrugo sea banquete,
que los cigarrillos alcancen hasta la hora de la cena
porque una vez tuve una casa
y un recado caliente,
porque una vez fui bello
y los espejos me amaban
pero ahora camino si quiero llegar
clamo si quiero lograr
aspiro con fuerza para saber que vivo”

(Fragmento del poema “Guíame Señor de Ayabaca”)




Teresa Cabrera

“la sangre se agolpa. no tendrá descanso. el oxígeno, los azúcares.
la imaginación exige inclemente su alimento.
la comunicación es subterránea. la información
se traslada por túneles secretos.
los topos reinan en los túneles, sospechan el complot.
su ceguera es su máquina.
alinean las sustancias, dominan la química y los principios
del impulso eléctrico. mueven los códigos con rencor.
lanzan imágenes sin cesar, sin fortuna,
sin arreglo a nada. cuando uno de los topos tropieza
el mecanismo se traba. una de las imágenes queda fija.”

(Fragmento del poema inédito “Los topos”)

Virginia Benavides

“Un río subterráneo recorre todos los desiertos. Son las venas de un cuerpo abandonado a todos los abrazos radioactivos o solo la constatación de una sequía que asola como una nada en nuestro intrábico transcurrir. La ciudad es un descierto más hondo y solitario que el mío. Nadie comprende los pasos del que huye dibujando razones para quedarse o las cercanas calles donde en las esquinas acechan las culpas y faltas incurables. La desesperación me ha arrojado a mi suerte. Ya no espero consuelo ni compañía. Soy un monstruo y como tal he de vivir mi propia vida por dentro. Nadie mira adentro. Un río subterráneo que canta y donde navega un corazón de arena que se decanta en las manos del sol, mi titiritero.”

(Fragmento de poema sin título, en “Sueños de un Bonzo”)