La
Sala Luis Miró Quesada Garland presenta la exposición Las Metamorfosis en donde
el artista dedica una sección especial a la representación femenina
Las
Metamorfosis, es la primera exhibición individual del destacado ilustrador e
historietista Miguel Det, nombre artístico de Miguel Vidal Salas. La retrospectiva
curada por Alfredo Villar reúne gráficas sobre mitos, novelas y el acercamiento
del artista con la plástica, la literatura y la historia. En la exhibición se
observan trabajos vinculados al arte popular, el heavy metal, el cómic, la caricatura
punk y la novela gráfica.
Entre sus
publicaciones figuran los textos “Nueva
Crónica del Perú siglo XX”, en la que muestra el devenir de la historia de
lo peruano; “Conversaciones en la ciudad
de cartón”, obra en coautoría con la artista Agueda Noriega, que toma como referente “La casa de cartón” de Martín Adán
y la transporta a un escenario barranquino de inicios del siglo XX. Destaca también
la publicación “Dioses y hombres de
Huarochirí”, inspirado en la tradición oral nativa peruana vigente durante
los inicios del virreinato.
La exposición
cuenta con más de 100 dibujos originales en variados formatos y una sección
especial dedicada a la representación femenina. En suma, obras en las cuales se
fusiona lo grotesco y lo sublime, la fealdad y la belleza. Para hablar al
respecto Lima en Escena sostuvo una pequeña charla con el citado artista.
-Miguel,
en la muestra retrospectiva Las Metamorfosis hay una fuerte presencia de la mujer
en diversas manifestaciones…
-Efectivamente.
Parte de esta retrospectiva está focalizada a la representación femenina. El
quehacer de la mujer en múltiples expresiones ocupa un lugar importante en mi
vida y en mis obras. La imagen femenina es una fuente constante de
inspiración y motivación, razón por la cual su presencia en esta retrospectiva es
obvia.
-A
propósito de las mujeres valiosas que ocupan parte importante en tus obras
observamos la imagen de tu mamá en dos ilustraciones. Podrías hablarnos al
respecto.
-Mi madre es la
primera persona que me inició en el dibujo. Es mi mayor influencia. Sin embargo
a mi padre lo recuerdo como un proveedor de los papeles y las libretas sobre las
cuales dibujaba. Mi madre me contaba fábulas durante la noche. Muchas de estas
historias no tenían desenlace y era yo quien planteaba un final con un dibujo. Mi
mamá era profesora y tenía libros ilustrados en casa. Todos estos textos avivaban
mi interés por el dibujo. Estas anécdotas y está cercana relación con ella me impulsó
a dibujar. Posteriormente, a la edad de los 50 años, mi madre enfermó de
Alzheimer. Nuestra relación experimentó también una etapa de distanciamiento. Nos
alejamos durante mi adolescencia a propósito de la rebelión cultivada en esta fase
juvenil. Justamente cuando ella enfermó descubrí en ella una paz interior
profunda…
-Lo
erótico trasciende en gran parte de esta producción artística dedicada a la
imagen femenina.
-Absolutamente. Muchos amigos me han
hecho notar la presencia del elemento erótico en mis ilustraciones. Te cuento
que parte de mi trabajo se desarrolla de manera inconsciente. Dibujo por el
mero gusto de dibujar. El trazo en la imagen femenina genera más gusto y
complacencia en el artista. Estos resuelven mejor el manejo del espacio. Es
probable que a ello se deba esta recurrencia con el elemento erótico del cual
me hablas. Quizá con esta insistencia en destacar lo erótico busco perennizar
sobre el papel su compañía.
-La
recreación de unas mujeres apostadas en una estrecha calle cuyo horizonte nos
conduce al Cerro San Cristóbal es de una belleza especial. Cuéntanos cómo surgió
este cuadro.
-Una noche
saliendo del diario Peru21 decidí caminar por el Jirón Camaná, la callecita que
nos conduce a la Plaza Francia. Deseaba comprar unos libros y me dirigí a
buscarlos por estas tiendas ubicadas por los alrededores del Bar Queirolo. Justamente
caminando por esta vía observé salir a una chica del Centro de Idiomas de la
Católica.
Al ver el contraste de su ropa, su cabello y el cemento me pareció
fascinante. Regresé tres veces al mismo lugar solo para tomar apuntes del
cemento pues el reflejo dorado del mismo bajo la luz de la noche me pareció
maravilloso. En este cuadro quise juntar la presencia femenina de manera llamativa
y el efecto cromático del cemento bajo la luz eléctrica. En esta obra también está
presente Humareda a quien siempre quise rendirle un homenaje y saquearlo.
-Temas
como la angustia, la soledad, se exponen fuertemente en estas ilustraciones…
-Casi todas las
mujeres que he dibujado están solas. Son solitarias. La relación con las chicas
a quienes he retratado ha sido cercana. Mis protagonistas me han permitido
saber más sobre ellas porque soy una persona que sabe escuchar sus historias. Soy
incapaz de juzgar. Para mí la mujer es lo más sagrado.
-Antes
de terminar. En algún momento comentaste que tenías tres añitos cuando empiezas
a realizar tus primeros garabatos o dibujos. ¿Recuerdas esos momentos?
-Me recuerdo
dibujando desde los siete años. Es mi madre quien me comentó que empecé a
dibujar a los tres años.
-¿Que
dibujabas a esa edad?
-Dibujaba los
personajes de las historias que mi madre me narraba. Durante el periodo del
gobierno militar, en los papeles que mi padre me regalaba dibujaba incas y españoles.
Recortaba los dibujos a los cuales los convertía en figuritas y los hacia
pelear. Es así como jugaba con mis figuritas. En esa época había juguetes de
apaches, soldados de plomo, soldados ingleses, sin embargo no había juegos ni
de incas ni de españoles.
Las Metamorfosis
Sala Luis Miró Quesada Garland
Esquina Diez Canseco y avenida Larco, Miraflores
Visitas: de martes a domingo, de 10 a.m. a 10 p.m.
Ingreso es libre.