martes, 7 de marzo de 2017

Miguel Det: “El trazo en la imagen femenina genera más gusto y complacencia en el artista”



La Sala Luis Miró Quesada Garland presenta la exposición Las Metamorfosis en donde el artista dedica una sección especial a la representación femenina



Las Metamorfosis, es la primera exhibición individual del destacado ilustrador e historietista Miguel Det, nombre artístico de Miguel Vidal Salas. La retrospectiva curada por Alfredo Villar reúne gráficas sobre mitos, novelas y el acercamiento del artista con la plástica, la literatura y la historia. En la exhibición se observan trabajos vinculados al arte popular, el heavy metal, el cómic, la caricatura punk y la novela gráfica.

Entre sus publicaciones figuran los textos “Nueva Crónica del Perú siglo XX”, en la que muestra el devenir de la historia de lo peruano; “Conversaciones en la ciudad de cartón”, obra en coautoría con la artista Agueda Noriega, que toma como referente “La casa de cartón” de Martín Adán y la transporta a un escenario barranquino de inicios del siglo XX. Destaca también la publicación “Dioses y hombres de Huarochirí”, inspirado en la tradición oral nativa peruana vigente durante los inicios del virreinato.

La exposición cuenta con más de 100 dibujos originales en variados formatos y una sección especial dedicada a la representación femenina. En suma, obras en las cuales se fusiona lo grotesco y lo sublime, la fealdad y la belleza. Para hablar al respecto Lima en Escena sostuvo una pequeña charla con el citado artista.


-Miguel, en la muestra retrospectiva Las Metamorfosis hay una fuerte presencia de la mujer en diversas manifestaciones…

-Efectivamente. Parte de esta retrospectiva está focalizada a la representación femenina. El quehacer de la mujer en múltiples expresiones ocupa un lugar importante en mi vida y en mis obras. La imagen femenina es una fuente constante de inspiración y motivación, razón por la cual su presencia en esta retrospectiva es obvia.

-A propósito de las mujeres valiosas que ocupan parte importante en tus obras observamos la imagen de tu mamá en dos ilustraciones. Podrías hablarnos al respecto.

-Mi madre es la primera persona que me inició en el dibujo. Es mi mayor influencia. Sin embargo a mi padre lo recuerdo como un proveedor de los papeles y las libretas sobre las cuales dibujaba. Mi madre me contaba fábulas durante la noche. Muchas de estas historias no tenían desenlace y era yo quien planteaba un final con un dibujo. Mi mamá era profesora y tenía libros ilustrados en casa. Todos estos textos avivaban mi interés por el dibujo. Estas anécdotas y está cercana relación con ella me impulsó a dibujar. Posteriormente, a la edad de los 50 años, mi madre enfermó de Alzheimer. Nuestra relación experimentó también una etapa de distanciamiento. Nos alejamos durante mi adolescencia a propósito de la rebelión cultivada en esta fase juvenil. Justamente cuando ella enfermó descubrí en ella una paz interior profunda…


 -Lo erótico trasciende en gran parte de esta producción artística dedicada a la imagen femenina.

 -Absolutamente. Muchos amigos me han hecho notar la presencia del elemento erótico en mis ilustraciones. Te cuento que parte de mi trabajo se desarrolla de manera inconsciente. Dibujo por el mero gusto de dibujar. El trazo en la imagen femenina genera más gusto y complacencia en el artista. Estos resuelven mejor el manejo del espacio. Es probable que a ello se deba esta recurrencia con el elemento erótico del cual me hablas. Quizá con esta insistencia en destacar lo erótico busco perennizar sobre el papel su compañía.


-La recreación de unas mujeres apostadas en una estrecha calle cuyo horizonte nos conduce al Cerro San Cristóbal es de una belleza especial. Cuéntanos cómo surgió este cuadro.

-Una noche saliendo del diario Peru21 decidí caminar por el Jirón Camaná, la callecita que nos conduce a la Plaza Francia. Deseaba comprar unos libros y me dirigí a buscarlos por estas tiendas ubicadas por los alrededores del Bar Queirolo. Justamente caminando por esta vía observé salir a una chica del Centro de Idiomas de la Católica. 

Al ver el contraste de su ropa, su cabello y el cemento me pareció fascinante. Regresé tres veces al mismo lugar solo para tomar apuntes del cemento pues el reflejo dorado del mismo bajo la luz de la noche me pareció maravilloso. En este cuadro quise juntar la presencia femenina de manera llamativa y el efecto cromático del cemento bajo la luz eléctrica. En esta obra también está presente Humareda a quien siempre quise rendirle un homenaje y saquearlo.

-Temas como la angustia, la soledad, se exponen fuertemente en estas ilustraciones…

-Casi todas las mujeres que he dibujado están solas. Son solitarias. La relación con las chicas a quienes he retratado ha sido cercana. Mis protagonistas me han permitido saber más sobre ellas porque soy una persona que sabe escuchar sus historias. Soy incapaz de juzgar. Para mí la mujer es lo más sagrado.



-Antes de terminar. En algún momento comentaste que tenías tres añitos cuando empiezas a realizar tus primeros garabatos o dibujos. ¿Recuerdas esos momentos?

-Me recuerdo dibujando desde los siete años. Es mi madre quien me comentó que empecé a dibujar a los tres años.

-¿Que dibujabas a esa edad?

-Dibujaba los personajes de las historias que mi madre me narraba. Durante el periodo del gobierno militar, en los papeles que mi padre me regalaba dibujaba incas y españoles. Recortaba los dibujos a los cuales los convertía en figuritas y los hacia pelear. Es así como jugaba con mis figuritas. En esa época había juguetes de apaches, soldados de plomo, soldados ingleses, sin embargo no había juegos ni de incas ni de españoles. 


Las Metamorfosis
Sala Luis Miró Quesada Garland
Esquina Diez Canseco y avenida Larco, Miraflores
Visitas: de martes a domingo, de 10 a.m. a 10 p.m.
Ingreso es libre.