viernes, 24 de septiembre de 2010

Yoly Sista: “Me gusta que mi música sea honesta y natural”




Cantautora, arreglista y productora de alta factura




Tenía apenas 6 añitos cuando compuso su primer tema musical. A los 8 años escuchó por primera vez a la gran Aretha Franklin y es precisamente a través de ella que descubre la música afro americana. A partir de éste encuentro musical empezó a investigar y descubrir el soul, funk, blues y el jazz, géneros que más tarde incorporó en su formación como cantautora y directora musical. Hoy por hoy, Yoly Sista es una de nuestras jóvenes talentos musicales que se abre camino en España y su impecable trayectoria la lleva por numerosos escenarios de Europa y Sudamérica. Actualmente forma parte del Gospel Factory, uno de los coros profesionales de música negra y gospel del citado país ibérico, maneja su propia banda de músicos. Cuenta con algunas producciones discográficas en su haber. Respetados lectores, es para Lima en Escena un honor presentar a la gran Yoly Sista, talento y orgullo peruano. Allí va.

¿Cómo se da su vínculo con la música?

 Desde muy pequeña; ya que, sin darme cuenta, había compuesto un tema musical (muy propio de la edad) para casi todos los miembros de mi familia. Se lo cantaba a mis hermanas que me festejaban todo y luego, lo compartíamos con mi madre. Este vínculo empieza a volverse más tangible y sólido cuando, años más tarde, descubro que eso era ¡Componer¡ Y aluciné. Desde entonces no he parado de hacer música.

¿Qué edad tenia?
Apenas 6 ó 7 años.

En esa etapa de su vida, ¿qué músicos y/o música valga la redundancia escuchaba?
Honestamente, toda la que llegaba a mis oídos; lo cual no significaba que me gustase. Mi hermana mayor escuchaba salsa. La segunda, música romántica y popular; mi madre, trova cubana y mis abuelos, música criolla. Esto me ayudó a discernir y fue fundamental para iniciar la búsqueda que me llevaría a descubrir la música que quería hacer. A los 8 años llegó a mis manos un casette de Aretha Franklin y esa fue la llave que me llevó a la música afro americana y la música negra del mundo. A partir de ella, empecé a investigar y así descubrí el soul, el funk, el blues y el jazz. Me abrió a un horizonte musical hasta entonces desconocido para mí.

¿Quiénes eran los músicos que la seducían en aquel momento?
James Brown, Funkadelic, Jackson Five, Billie Holiday, Ella Fitzgerald y los artistas de Motown. Son grandes maestros que pueden sonar a “los típicos nombres de la música negra” pero, en aquella época y luego de haber descubierto lo que me gustaba; era la música de ése estilo a la que podía acceder y la que, en cierta forma, me influenció y me marcó el camino.

Mientras muchos jóvenes como usted se identifican con la música comercial o del momento sus preferencias musicales componen el universo musical popular de antaño como el jazz, funk, blues, soul, R&B, fusión y afro peruano, ¿por qué?
Porque siempre he tenido un especial interés por lo que me resulta retador. Las grandes voces del soul y del funk, el exquisito fraseo del jazz, el sentimiento del blues y la interesante rítmica de la música afro peruana; era algo que tenía interiorizado pero que, a su vez, me demandaba cierta preparación para su interpretación y eso es lo que me apasiona y me atrapa de este tipo de música; soy una persona de retos. Nunca me ha despertado interés la música que no me demanda ningún esfuerzo o que puedo ejecutar por repetición. Disfruto de la música comercial bien hecha pero la balanza siempre se inclina hacia la música popular de antaño, como dices.


¿Cuándo decide involucrarse de lleno a la música?
A los 15 años, cuando ya tenía claridad en los conceptos y había entendido y asimilado que era capaz de cantar y componer. Fue ahí cuando tomé mis primeras clases de música y canto; desde entonces, no he dejado de estudiar y trabajar en la música y la producción.

¿Fue difícil hacerse de un espacio como cantante, arreglista, productora y compositora vocal e instrumental de jazz, funk, blues, soul, fusión y afro peruano en un mercado tan limitado como Perú?
Más que fácil o difícil, considero que fue necesario. Empecé a desarrollar mis proyectos muy joven y con muy bajo presupuesto, la única salida era optar por la autogestión y auto-producción para empezar el camino. Me preparé muy bien en todas las áreas de la música que me interesaban y una vez tomada la decisión, una cosa llevó a la otra. Empecé a cantar mis propios temas; descubrí el maravilloso mundo de hacer arreglos, comencé a realizar composiciones instrumentales, empecé a dirigir mis propias bandas. Para mover los proyectos, me hice de contactos; empecé a producir mis conciertos y los de otros artistas. Posteriormente; produje discos, festivales, en fin. Sin darme cuenta, ya estaba metida en el “circuito” musical limeño y con mucha rotación. Me tomó casi tres años conseguirlo y costó mucho; pero disfrute tanto del proceso y del crecimiento que implicó el mismo que, no siento que haya sido traumático o sacrificado, no sentí el impacto, me centré en la evolución.

¿Por qué decide instalarse en España?
Porque sentía que Lima me ponía “un techo” musicalmente hablando. Llevaba 3 años tocando en los mismos lugares y sin poder estudiar música moderna profesionalmente. Por suerte esa realidad ha cambiado, se han abierto nuevos espacios para tocar y ahora hay grandes escuelas como Jazz Jaus o las de dos prestigiosas universidades peruanas que has apostado por abrir programas de música. Soy una enamorada de Lima y del Perú pero, un día, sentí la necesidad de emigrar. Me incliné por España por motivos académicos; me encantó la escuela de Madrid en la que he estudiado. Otra gran razón fue que mis hermanas viven aquí y tenerlas cerca haría mis comienzos en España, más llevaderos.


¿Qué músicos la marcaron?
Remontándome a los tiempos en los que la buena música era popular y buena; puedo destacar nombres como el de Nina Simone. Su vida ha sido intensa y su historia increíble y eso se ‘traduce’ en su música. Llevo años siguiéndola y me continúa emocionando como el primer día. Otra cantante que me ha marcado es Billie Holiday, su canto tan sincero y transparente me desarma. Por otro lado, el virtuosismo vocal de Ella Fitzgerald ha hecho que muchos de sus discos sean libros sonoros para mí. De las más modernas puedo destacar a Rachele Ferrel, Ledisi, Nikki Ros y mi querida Esperanza Spalding que es una ‘pequeña gran maestra’, muy inspiradora. Por supuesto, no puedo dejar de mencionar las grandes voces de la Motown… Mejor no sigo, la lista es interminable…

Y en cuanto al universo musical peruano, ¿qué músicos y/o interpretes considera maestros?
Sin duda alguna Chabuca Granda que nos ha dejado una herencia musical admirada más allá de las fronteras. En cuanto a interpretación, admiro muchísimo a Susana Baca, es una artista intachable y capaz de despertar emociones a propios y extraños, le tengo un cariño especial. Hablando a título personal he aprendido mucho de Pochi Marambio, compartí con él una larga temporada de funk en un proyecto de su iniciativa y dirección y, en todo ese período, fue un maestro para mí, en muchos aspectos. Lo admiro mucho como artista y como persona.

Llegado el momento de componer una pieza musical, ¿qué la nutre?
No tengo un tema específico para componer, me gusta que mi música sea honesta y natural. Podría decir que le escribo al amor, a la vida y a miles de cosas pero, creo que la respuesta más precisa que te puedo dar es; que la cotidianidad es mi gran musa. Compongo a partir de mis recuerdos, de mis imágenes, de experiencias propias y ajenas. Una selección de mí día a día tarde o temprano termina convirtiéndose en canción. Una sonrisa de mis sobrinos, una caricia de mi novio, la ruptura de alguien cercano, una ex pareja que merece mis disculpas, el paso a una nueva etapa, la esperanza, una renuncia sentimental por el bien de otra persona, una cita desagradable, un domingo por la tarde, una historia de sacrificio, un suceso desgarrador; todo, todo puede ser canción. No sé cómo ni cuándo, simplemente ocurre. Un determinado tema aborda mis pensamientos y entonces de forma automática ya tengo los dedos en el piano; el resultado final es una nueva canción.



¿Qué es lo más delicioso del afro y la música negra del mundo?
Considero que lo afro es el origen de todo. La música africana ha servido de base para ‘construir’ los géneros musicales que conocemos hoy en día. Incluso la música popular actual tuvo alguna raíz afro si miramos hacia atrás. Todo es una cadena, un género ha ido saliendo de otro.

¿De la música afro peruana?
Sin duda alguna, la rítmica; es exquisita. No conozco patrones percutivos más interesantes que el de la música afro peruana. Me emociona.
¿En el Perú, tenemos buenos representantes de la música afro ?
Los tenemos y hay quienes además de interpretarla, la difunden por el mundo entero. La lista es larga y eso me alegra.


¿Qué nos puede decir de la música peruana en general?

Hemos tenido el privilegio de tener grandes autores y compositores como Chabuca Granda, Felipe Pinglo Alva, entre otros; que nos han dejado un exquisito legado musical. Su obra es ampliamente admirada y ha dejado huella. La música peruana posee una riqueza rítmica, lírica y armónica difícil de igualar. Uno de mis grandes anhelos es que sea mucho más difundida al punto de convertirse en una música aclamada e interpretada a nivel mundial. Estamos dando nuestros primeros pasos; una prestigiosa Universidad de Nueva York ha abierto un combo de música afro peruana como asignatura y un club de jazz de la misma ciudad, alberga semanalmente a bandas y músicos peruanos, es un buen comienzo.




Háblenos un poquito de Gospel Factory
Considero que es un referente de la música negra y la música gospel en España. Un coro profesional de 25 cantantes de primer nivel, 6 músicos y un director increíble que lleva la vida entera haciendo este tipo de música. Nuestra base es en Madrid pero nunca estamos quietos; giramos constantemente por toda España y algunas ciudades de Europa que han empezado a abrir sus puertas. La diversidad de influencias, background musicales, idiomas y culturas que tiene el coro, hace que tengamos un sonido original y exquisito. Gente de Brasil, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Portugal, Angola, Nigeria, Suiza, Turquía, España, Noruega, Japón y Perú; están o han formado parte de este coro y es en esa mezcla en la que encontramos el equilibrio perfecto para conseguir un sonido único. Este proyecto me está dando grandes satisfacciones, muchas tablas, mucha carretera y un crecimiento musical, profesional y personal incalculable.




¿Cuál es su objetivo como cantautora?

Tener la vida artística que llevo (giras, discos, festivales, redes de teatro, entrevistas); pero a mayor escala y con mayor repercusión mediática. Hacer todo lo que implique la carrera pero, sin perder la esencia, pudiendo mantener el ‘privilegio’ de tener vida privada y sin sacrificar mi equilibrio y mi paz. Mi intención es desarrollar una carrera sólida y reconocida pero sin que ese reconocimiento se me escape de las manos. No pretendo venderle mi tranquilidad a la industria musical ni vender mi vida a las revistas. Creo que llegar al punto de ser admirada, pero alcanzable, es el equilibrio perfecto de la carrera que empiezo y quiero tener.

¿Cuántas composiciones tiene en su haber?
La última vez que las conté, tenía 128; hace meses he dejado de contarlas. Para el disco que estoy produciendo hice una pre-selección de 35 temas de los cuales quedaron 10. Es difícil elegir, sientes amor por todas tus canciones. Con las “no elegidas”, juego. Las versiono, les hago arreglos…

En términos profesionales ,¿cómo le va en Europa?
Bastante bien, afortunadamente. Pero nada ha sido gratis he luchado y continuo luchando y trabajando muy duro. Tengo mi proyecto como solista; he vuelto a formar mi banda de jazz, misma que hace un tiempo dejé para descansar del género. Canto en Gospel Factory y formo parte del equipo de producción y gestión del coro y paralelamente estoy formando una productora y agencia de booking y management. Considero que me va muy bien pero hay que seguir esforzándose y sobretodo organizar y gestionar muy bien el tiempo.


¿Se siente realizada o hay mucho pan de rebanar?

Me siento feliz y realizada como persona y profesional porque tengo la bendición de hacer lo que me gusta. Disfruto mucho de lo que hago. Uno que otro cuadro de estrés me enseñó a compaginar mejor las cosas y a ser capaz de desarrollar proyectos paralelos, estudiar, producir y hacer giras, sin descuidar mis afectos personales. El secreto para sentirse verdaderamente realizada está en el equilibrio. En ser artista y productora, sin dejar de ser hija, hermana, novia, amiga, tía. Sin ese complemento afectivo sería imposible disfrutar de mi carrera. He conseguido muchas cosas pero considero que aún hay pan por rebanar, esta profesión es una lucha constante, no tiene fin.


¿Cuál es su gran proyecto musical?
Actualmente estoy concentrada en la producción de mi disco y creando espectáculos para la productora y agencia de management que estoy haciendo; tengo 2 socios maravillosos que son el complemento de este emprendimiento que, espero, tenga mucho futuro. No nos limitamos a producir por encargo sino también creamos espectáculos propios que lanzamos mensualmente en diferentes salas y teatros de Madrid. Nuestro primer proyecto juntos es un Festival Multicultural con artistas increíbles.



¿Qué la llena de felicidad?

Los procesos, los detalles, las pequeñas cosas, las simplezas que te llevan a cosas más grandes. Soy amiga de lo sencillo y lo cotidiano y soy muy agradecida con la vida por eso me llena de felicidad todo lo que llega a mi o todo lo que experimento y vivo. Me hace feliz muchas cosas: Tener la bendición de hacer lo que más me gusta, componer una canción, escribir al lado del Río Manzanares, producir un espectáculo, las palabras de la gente después de los conciertos, una tarde con mi novio, un domingo con mis sobrinos, una charla con mi madre y mis hermanas, que la gente se congregue en un lugar para oír mi canto o disfrutar mis producciones; en fin, la lista es muy larga. Siempre agradezco lo bueno, porque me alegra y lo malo, porque me fortalece y eso me permite ser una persona feliz.