Escritora venezolana forma parte de la antología “Voces para Lilith”, con los cuentos “Viejas costumbres” y “Narcoputas”


-¿Narcoputas, es una historia doliente? -¡No! Es más bien triste. El tema de la violencia está implícito pero más allá del mismo, es la historia de una plaga impregnada en el mundo entero en donde se filtra además la posibilidad del amor erótico de dos almas solitarias.
-¿Cómo surge su vinculo con la literatura? - Desde muy pequeña me agradaba la lectura y en casa siempre pude acceder a títulos interesantes los cuales me atrapaban así como siempre me atrapó el cine también.
-¿Sus inquietudes artísticas siempre apuntaron por la literatura y el cine? -¡Sí! Incluso estuve involucrada en publicaciones de cine en donde escribía artículos sobre cine.

-¿Por qué? -Por la forma y estilo de contar mi vida imagino. Algunas personas “describen” su historia, su vida y ya, en mi caso, puse en la mesa todo lo que me había pasado desde pequeña hasta el presente y la diferencia fue la manera como conté mi historia ¿no? un poco salida del tapete.

-¿Historias originales con una voz diferente? -Cuento historias un poco salidas del tapete.
-¿Fue rebelde en su juventud? -¡Mucho!
-¿Subversiva? -¡Demasiado diría! Los 20 años que precedieron el proceso que vivimos ahora en Venezuela mis ideas eran de avanzada y no estaba conforme con muchas cosas y mi vida era diferente.
¿Diferente? -¡Totalmente! Ver a tanto desposeído no me parecía, anhelaba más igualdad entre nosotros. Nunca pensé vivir un proceso como el que vivo ahora con el cual estoy conforme y feliz…Me encanta la edad que tengo y me siento bien donde estoy.
- De Café Humboldt, me seducen sus lugares, sus locaciones… -¡Existen, no es ficción! –Risas- Todos los lugares que encuentras en los cuentos del libro existen.

-Perdone que cambiemos de tema pero tengo curiosidad por los tatuajes, ¿cómo se involucra con este arte? -Mi afición por el tatuaje data desde hace aproximadamente 20 años atrás y el primer tatuaje que me hice en el cuerpo es de esa época. No puedo dejar de reconocer que es un arte que me agrada razón por la cual también tengo una tienda de tatuaje que además de dirigir realizo tatuajes a las personas interesadas en el arte corporal.
-¿El tatuaje es un arte corporal? -¡Por supuesto! Es un arte corporal puro –valga la redundancia- lo promuevo, lo defiendo, lo desmitifico, lo divulgo. El tatuaje es una práctica histórica.
-¿También lo diseña? -¡Si, también me involucro en el diseño!
-Literatura, cine y arte corporal van de la mano… -¡En mi caso sí!