miércoles, 27 de junio de 2012

¡Sombras tenebrosas! (Crítica)

Tim Burton, uno de los más imaginativos realizadores del cine norteamericano actual en la cartelera limeña

Por: Raúl Lizarzaburu

Nadie pone en duda que Tim Burton es uno de los más imaginativos realizadores del cine norteamericano actual. Y que, prácticamente desde sus inicios, su carrera ha sido muy pareja: empezando por la divertida Beetlejuice, pasando por los dos Batman, El joven manos de tijera, su obra maestra Ed Wood, la delirante Marcianos al ataque. Tal vez su único bache sea su innecesario remake de El Planeta de los Simios.



Su anterior trabajo, la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas, dividió crítica y público. Con el filme que comentamos, inspirado en una popular serie televisiva de los años sesenta, ocurre otro tanto (aunque para mi gusto es inferior). La historia se inicia en el Liverpool del siglo dieciocho, y vemos a su protagonista, Barnabas Collins (Johnny Depp, además productor, e hincha confeso de la serie), enamorado de una inocente muchacha (Bella Heathcote), lo que le cuesta una maldición de su ex (Eva Green), que resulta ser una bruja (y despechada, lo que la hace doblemente peligrosa) y lo condena a convertirse en un vampiro. 




Luego de una elipsis de dos siglos, y con el temazo Nights on white satin de Moody Blues de fondo, aparece en 1972 la joven Victoria (la propia Heathcote) rumbo al pueblo de Collinwood en Maine para trabajar como institutriz en la mansión de la disfuncional familia Collins, justo cuando Barnabas sale de su ataúd y va en busca de sus descendientes afincados en Nueva Inglaterra. Y el humor llega con los primeros pasos de esa suerte de Rip van Winkle que trata de adaptarse a un mundo nuevo (por ejemplo, confundir a un auto con un demonio) y conoce a sus parientes: la matriarca (excelente Michelle Pfeiffer), su esposo de malas costumbres (Jonny Lee Miller), una adolescente rebelde (Chloe Moretz), un niño que asegura ver fantasmas (Gulliver McGrath), una siquiatra y un mayordomo alcoholizados (Helena Bonham-Carter y Jackie Earle Haley). Pero no cuenta con que su ex, bajo la piel de la inescrupulosa empresaria Angelique (Green, nuevamente), les hará la vida imposible como rival de negocios.



Como es habitual en Burton, es impecable la factura técnica: diseño de producción, maquillaje, fotografía, que tienen el sello de este director. Y junto a la partitura de su estrecho colaborador Danny Elfman la banda sonora incluye a Donovan, Black Sabbath y Deep Purple entre otros, además de un inacabable Alice Cooper, que aparece en escena y es confundido por Barnabas con la bruja de la que el cantante habría tomado su nombre. Pero el problema está en el disparejo guión de Seth Grahame-Smith, por el cual solo aparecen chispazos del mejor Burton, en especial cuando Barnabas y la femme fatale Angelique comparten pantalla (otra buena secuencia es el encuentro del vampiro con los hippies), pero el resto de personajes no está bien desarrollado (pese a que los actores hacen lo suyo), hasta llegar a un final que se desborda y deja cabos sueltos. El ya nonagenario Christopher Lee hace un breve papel. Sombras tenebrosas no llega a ser un mal filme, pero dista del mejor Tim Burton. Habrá que esperar Frankenweenie, su nuevo largo animado, anunciado para este mismo año.