Protagonista de “La
última tarde”, nueva película del director Joel Calero y del montaje “El
sistema solar”, pieza que en breve se reestrena en la ciudad del Cusco charla con Lima en Escena
Fotos: Giuseppe Falla
Estrenos teatrales y cinematográficos forman parte de la agenda 2016, de la actriz Katerina D'Onofrio, una de las artistas más destacadas y activas
de la escena peruana contemporánea. Hace unos días apreciamos su trabajo en la obra de teatro
“Reglas para vivir”, en donde interpreta a Karen, una muchacha cuyo osado e
ingenuo temperamento desentona en el núcleo familiar de su novio.
En los próximos meses se reestrena en
la ciudad del Cusco “El sistema solar” de Mariana de Althaus, montaje en el cual
D'Onofrio interpreta a Edurne, una joven deseosa de recomponer a su familia en
una cena de navidad. De otro lado, a mediados de año se estrena la esperada película
“La última tarde”, del director Joel Calero, cinta en donde la actriz comparte roles estelares con el actor Lucho Cáceres. Al respecto Lima en Escena charló con Katerina.
-Para dar vida y matices a un determinado personaje las actrices o los
actores llevan el mismo a una interpretación extrema. Tu personaje Karen en
Reglas para vivir tiene esa particularidad…
-Esta chica es bulliciosa, avasalladora
e insegura. No es consciente hasta qué punto puede ser graciosa para lograr la
confianza de los demás 0 hasta que otro puede ofender. Ella viene de un círculo
distinto al que acaba de conocer: una familia conservadora. Es de carácter
emocional y está (o cree estar) enamorada de su novio, quien de alguna manera,
la quiere menos. Es como una niña. En otras palabras, ella juega con suma
libertad en un salón de clase en donde los profesores son muy estrictos…
-Los protagonistas crean un efecto en el espectador. ¿Qué impacto crees que ha tenido tu personaje en el público?
-A muchas personas el personaje les
pareció extremo. Así lo exigió el texto y así lo llevé a escena. Hago de una chica vulgar sumergida en sí misma y deseosa de encajar en una familia
conservadora. Si bien es bromista, tiende también a ser inocente y no tiene
ni un ápice de maldad. Me parece bacán observar todos estos sentimientos.
Muchas veces por ser uno mismo ofendemos a otros. Soy una persona bromista.
Me agrada bromear en situaciones de tensión. En ocasiones he
desencajado por ser como soy.
-Josué Méndez hace un trabajo teatral para repasar episodios de nuestras
vidas. ¿Cómo observas esta obra en particular?
-El hombre del subsuelo, es la primera
obra que dirigió Josué… ¡Remecedora! No fue un teatro fácil. Reglas para vivir, va
en ese camino. El trasfondo del montaje es cruel. No es la típica
comedia de la risa fácil. Tal vez mi papel se escuda en esta risa o en esta especie
de chabacanería para no mostrar la carencia de cariño de la muchacha. Reflejar en escena a
una familia disfuncional con tanto dolor y trasladarla a la burla, es difícil
para todos y cada uno de los protagonistas. Manejar toda esta cantidad de
emociones incrustadas, sincerarse, y tratarlas con valentía en el escenario, es
el mayor mérito del director.
-Algunas directoras y directores de teatro te llevan a
interpretaciones extremas. ¿De qué manera asumes estos retos en escena?
-Las directoras y los directores eligen a sus actrices
y a sus actores. No es fácil interpretar los papeles que nos
asignan. Cada vez que me lanzo al ruedo lo hago con miedo y no por ello me detengo.
Todo lo contrario, ese miedo me impulsa para ir más desde adentro, para
probar más cosas y trabajar en otras. Mientras más sincero se dé el
acercamiento con el personaje o más elementos del mismo observe en mí persona, mayor
será el reto y más atractivo el proceso. No creo en las familias
funcionales. Las familias son espejos y como decía el personaje de Paula
interpretado por Valeria Escandón en El sistema solar: “El que más te ama, es
el que más te hiere”. El tema es ser transparente con tu trabajo, al menos
contigo misma, y hacer uso de un buen grado de imaginación para completar las historias.
-¿Cómo lidias con ese miedo en escena?
-¡Es complicado! Es un reto constante y un impulso para la creación.
-El sistema solar viaja al Cusco. Antes viajó a Chile, a España… ¿A
qué le atribuyes este éxito?
-A la dramaturgia. Hasta el momento es
el mejor texto que he tenido entre mis manos. Es de una violencia poética avasalladora.
Mariana es sincera con las cosas que escribe. El sistema solar estuvo en el FAEL, se fue a Santiago
a Mil, a Cádiz, ahora estrenaremos en el Cusco. También tenemos la posibilidad de
participar en el Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami.
-Tenemos entendido que viene un proyecto teatral interesante,
¿no?
-Una pieza de teatro de Gerardo García
Frkovich. Es interesante trabajar en proyectos en donde los directores son también
los dramaturgos. Me agrada ser dirigida por quien conoce a
fondo su propia historia a contar. Lo mismo me pasó con Lita Baluarte y Daniela
Rotalde, con Luisa Fernanda Lindo, con Ernesto Barraza y con la misma Mariana. No
hay mejor cosa que la persona que está frente a ti dirigiendo cuente con todo
este bagaje de saber todos los pormenores de la historia, su historia. La obra de Frkovich es de tendencia futurista. Juega con el tema de la memoria de una manera
particular, lúdica y un tanto misteriosa.
-De los múltiples papeles que has interpretado en escena, el de Marlene Dietrich me pareció singular. ¿Qué nos puedes decir sobre este trabajo?
-¡Qué difícil! Fue muy complicado para
mí. ¡Marlene Dietrich me costó la madre! Ponerme los tacos, una peluca enorme,
una faja… Sentí que era mi hermano vestido de mujer. Justamente toda esa
incomodidad era Marlene Dietrich para
mí.
¿Y cómo era Marlene Dietrich para ti?
-Una mujer entregada al tema glamoroso.
Ella muere en París encerrada en un pequeño cuarto sin desear ser vista, sin
verse envejecer. Muy fuerte. Muere sola con una hija que la odia. Si ves las
fotos de Marlene Dietrich en su cotidiano puedes observar que vivía posando
constantemente. ¡Qué falta de libertad!
-¿Te afectan emocionalmente los papeles que interpretas?
-Cada vez menos. Ahora trato de ser más
objetiva. Esto te da la experiencia.
-Estas presente en las obras que dirigen nuestras directoras/dramaturgas…
-Sí… la última que me dirigió fue Lita
Baluarte en Sigue la luz, una obra de Microteatro. Bailarina, actriz y
directora. Co dirigió la obra con Daniela Rotalde. Como directora literalmente
me descuadró. Tiene una llegada, una potencia, única. Me encantó trabajar con
ellas. Fue fuerte. Cuatro mujeres haciendo una locura y media entre cuatro
paredes… Todas las directoras con las cuales he trabajado han puesto las cartas
sobre la mesa y hemos trabajado al desnudo. Con caídas, con heridas,
reconociéndonos en la otra y potenciando ese descubrimiento.
En el Cine
-Permíteme cambiar de tema. Participas en algunas películas, unas que están
en pleno camino y otras por estrenar…
-Estoy en los ensayos de la nueva película
de Daniel Rodríguez Risco “El secreto de las siete semillas”…
-¿De suspenso, de terror?
-No, el terror no es un género que me
llame mucho la atención. Esta película es un drama, una bonita historia, un
viaje espiritual de reconocimiento, de realización. El libro en el cual se basa
es muy bonito. Seré una de las antagonistas de Carlos Alcántara, un gran actor.
No trabajamos juntos desde que hicimos Brothers, dirigida por Carmona hace
varios años atrás.
Asimismo viene el
estreno de la película Sebastián de Carlos Ciurlizza. Es una historia de
temática LGTB. El reto no es precisamente lo que le pasó a Sebastián en la
historia sino que el público le dé cabida. Estrenamos a inicios de junio. Particularmente
en esta película el guión me atrajo mucho desde el principio. Una historia cruda
y valiente. La experiencia de rodar en la ciudad de Ferreñafe, Chiclayo, en el
2012, fue interesante.
-Eres una de las protagonistas de La última tarde, la nueva película de
Joel Calero. ¿Cuándo estrenan?
-Justo me acaba de llamar Joel para
informarme que probablemente estrenemos en el Festival de Cine de Lima…
-¿Nada menos?
-Sí… ¡Joel está feliz!
-¿Y tú cómo te sientes?
-¡Estoy nerviosa!
-Compartes roles con Lucho Cáceres, uno de nuestros actores más potentes de
la escena local…
-Definitivamente fue un buen grupo de
trabajo. Compartir con Lucho ha sido gracioso. Es un buen actor, buen amigo, y
sobre todo, un buen compañero de escena. De los colegas que te apoyan. También nos
acompañó Daniel Amaru Silva, quien estuvo de asistente de dirección, con un empuje
inigualable. Aprecié muchísimo su presencia en esta película.
-Podrías ahondarnos más sobre la historia de esta película…
-Es una historia de amor construida a
partir de ideales políticos. Una pareja a la que la vida los separa para reencontrarlos
19 años después, con muchas cosas por decirse, con muchos huecos en la memoria,
con una pasión que regresa pero no necesariamente de una manera tan apacible.
El
guion se reescribió. Durante mi primera lectura sentí mi personaje desde la mirada de un
hombre. Lo reestructuramos y en este trabajo participamos los cuatro: Daniel,
Luis, Joel y quien te habla. Joel tuvo un gran acto de generosidad y de confianza.
Nos escuchó y nos dejó hacer algunos cambios al guion original. Esta labor nos permitió que cada actor se identifique con su propio personaje y con el de su compañero también.
-Imaginamos que todos los aportes que ofreces tanto en las obras de teatro
como en el cine te permiten consolidar tu formación de actriz…
- Si, de todas maneras. Aprecio estas oportunidades cuyo aprendizaje es inmenso.
-Desde “Las malas intenciones” de Rosario García-Montero, hasta “La Ultima
Tarde” de Joel Calero. ¿Cuál es la mirada a tu labor de actriz ahora?
-Desde un inicio la actuación me gustó, siempre ha sido y es una actividad que formó parte de mí. El terror y mi gran temor siempre fue si
podía vivir del teatro.
-¿Ahora qué piensas al respecto?
-Lo importante de mi trabajo como
actriz es poder conmover al público. Mi trabajo se centra en hacer bien un
papel, con disciplina, esfuerzo, intuición, imaginación, escucha, entrega. Mucha
entrega. Es importante escuchar a los
maestros, a los compañeros con mayor experiencia, observar y aprender
constantemente.
-Después de algunos años de estreno, ¿cómo observas Las malas intenciones
tu ópera prima?
-Me gusta. La vi tres veces. La
historia, la dirección, la fotografía, es hermosa. Rosario debería hacer su
nueva película con la niña que ahora ya creció y hasta incluso tiene un gran
parecido con ella.
-¿Qué nos puedes decir sobre el trabajo en la televisión?
-Trato de explotar el lado positivo.
Hay poco tiempo para trabajar un personaje en la televisión. La televisión te
dice: “no hay tiempo”. El reto es hacer bien el personaje en ese pequeño tiempo.
Participé en algunas series. Unas buenas y otras regulares. Durante mi participación
en Mi amor el wachimán, una serie en donde hice de agente de la policía, tuve
el honor de conocer a excelentes colegas como Irene Eyzaguirre, una
extraordinaria actriz.
-¿Cómo observas a la crítica?
-No pretendo que mi trabajo le agrade a
todos. Lo mismo debe ocurrir con las obras de teatro, de cine, en fin...