sábado, 30 de abril de 2016

Jamil Luzuriaga: “Estudié filosofía pero lo mío es la actuación”




Una de las valiosas actrices del elenco de la obra En el jardín de Mónica charla con Lima en Escena 


Foto: Rosana López Cubas

Actriz, productora y directora de teatro, paso a paso la carrera de Jamil Luzuriaga se fortalece en el segmento de las artes escénicas locales. Además de participar en algunas obras de teatro para niños y adultos, la joven actriz afianza su labor en la dirección teatral.

Tras culminar su carrera de filosofía y después de un período sabático, la dinámica actriz optó por seguir teatro. Así, formó parte de los laboratorios de Cuatrotablas. Estudió dramaturgia con la recordada actriz, dramaturga, directora y crítica teatral Sara Joffré. Laboró de la mano del actor, director y dramaturgo Ismael Contreras y del director Jorge Villanueva.  

Junto a la actriz y directora Fiorella Díaz codirigió la obra Oleanna. En estos momentos forma parte del elenco de la puesta En el Jardín de Mónica, en donde émula a una araña, y cuya temporada culmina este fin de semana. Razones de sobra para charlar con Jamil Luzuriaga.




-Finaliza la temporada de la obra En el Jardín de Mónica. ¿Qué impresión te deja este montaje, uno de los más importantes de Sara Joffré, la autora?

-La obra de Sara me parece una pieza encriptada. No me habla desde lo racional sino desde lo emocional. Desde la primera lectura me conmovió, me cuestionó. Siento la historia de la niña y oigo la voz de Sara. Lo bueno de leer las obras de teatro de Sara es que la puedes sentir. A la hora de escribir ella no ha neutralizado su voz.

-Interpretas a una araña, un papel que es el complemento de los roles de Ximena Arroyo, Ana Santa Cruz y Sergio Ota. ¿Cómo se llevó a cabo toda esta labor de interpretación?

-Fue un proceso intenso en el que aprendí mucho. Trabajar en la parte actoral ha sido un enorme reto. Ximena me propuso apoyar en la dirección. Durante esta fase me comprometí en la actuación. Todo empezó cuando charlábamos sobre la obra y considerábamos que las acotaciones también deberían actuarse. Se trataban de textos teatrales que exigían tener voz propia…

-¿Es así que subes a la tarima?

-Sí, así surgió mi personaje. Mónica es una niña desolada que al mismo tiempo está acompañada. Ella crea un jardín y también unos amigos. Toda la creatividad de Mónica la hemos materializado a través de una serie de elementos y la incorporación de otros personajes. En el montaje soy como el espíritu del jardín, esta especie de alter ego o ente…

-Para construir este “espíritu”, ¿influyó tu amistad con Sara?

 -¡Claro! Pensaba en ella mientras lo interpretaba. Recordaba las anécdotas que viví con Sara. Me acordaba de sus consejos, de sus llamadas de atención, de todo lo anecdótico. Ella tenía su propia tabla de valores. Cuestionaba toda esta moral impuesta por las sociedades conservadoras. ¡Era una mujer libre!

-¿Cómo observas la historia de Mónica desde el ojo de Sara?

-La niñez abandonada fue una de las grandes preocupaciones de Sara. La dramaturgia fue para ella una herramienta de denuncia. “Los niños son el futuro de las sociedades y matar la inocencia de los pequeños es el peor crimen”, decía. Ella tenía presente temas como la pedofilia y el abuso.


Sabía que los niños por múltiples razones no podían denunciar y ella lo hacía a través de sus obras. Esta puesta en particular es fuerte. En una ocasión escuché decir a Ernesto Ráez que En el jardín de Mónica, es la primera obra peruana para adultos que tiene como protagonista a una niña…



-Jamil sabemos poco de tus inicios en el campo de las artes escénicas. Podrías hablarnos al respecto.

-Estudié filosofía. Después de terminar la carrera y pasar por una etapa en blanco me di cuenta que lo mío era la actuación. Estudié en Cuatrotablas. Paralelamente, hice un taller de dramaturgia con Sara Joffré. De otro lado, formé parte de un grupo independiente. Luego integré Ópalo. Colaboré con Jorge Villanueva en la asistencia de dirección de tres obras del grupo. También hice teatro para niños con Ismael Contreras.

-Ismael Contreras es uno de los artífices del teatro para niños en nuestro país…

-Mi período de aprendizaje con él fue completo e integral. Antes de trabajar con Ismael vi algunas obras de teatro infantil y me di cuenta que una cosa es ser espectador y otra protagonista. Ismael sabe cómo conversar con los niños. Sus obras son altamente teatrales. Participé en Zacatapum y en Pascuala y el Cascabel Perdido, esta última es una pieza de teatro negro. Este fantástico juego de luz y de sombras. ¡Una maravilla!

-Jorge Villanueva tiene un trabajo impecable al frente de Ópalo. ¿Te ayudó su escuela de formación?

-Sí, para mí fue una suerte trabajar con Jorge desde la asistencia de dirección. Hicimos Calígula, Las Neurosis Sexuales de Nuestros Padres y Casa ajena. Una experiencia interesante.

-Ismael Contreras y Jorge Villanueva proponen dos formas de hacer teatro absolutamente distintas. ¿Qué te permitieron ambas escuelas?

-Tener más clara mi búsqueda en el campo de las artes escénicas. Experimentar dos formas y estilos disímiles de hacer teatro me permitió abrir mi panorama de aprendizaje. La misma experiencia me pasó con En el jardín de Mónica, una nueva visión de hacer y producir un montaje. Igual con el trabajo de codirección al lado de Fiorella Díaz en la obra Oleana. De hecho todas estas experiencias me retroalimentan, me enriquecen…


Foto: Rosana López Cubas



-Antes de conocer tu trabajo en el teatro tuve la ocasión de ver la película “5” del director de cine independiente Eduardo Quispe. En esta historia sobre la relación de una pareja de jóvenes eres la actriz estelar…

-La primera información sobre el director Eduardo Quispe la leí en un artículo publicado en un periódico que anunciaba un festival de cine independiente. La nota sugería ingresar al portal cinépata de Alberto Fuguet para acceder a sus películas. Un buen día en compañía de un amigo vimos las películas y me parecieron geniales por la complejidad de sus temas.

-¿Cómo decides participar en película “5”?

-Conocí a Eduardo durante la presentación de la película “4”. Primero me invitó a participar en un proyecto cinematográfico sobre zombis. Poco después me contactó para trabajar en “5”. “Es una película selfie…”, me dijo. La filmamos los dos únicamente. Eduardo es un director que siempre dice algo. Su cine es complejo…

-Para terminar. ¿Seguirá Muestra, la revista de dramaturgia que dejó Sara?

-Claro, hace poco presentamos el último número en Huancayo. El actual equipo que maneja la revista Muestra, en su mayoría, son personas que han tenido una relación con Sara. Figuran Bertha Ávila y Eder Guardamino. También están Ricardo Olivares, Christian Saldívar, César Vera y quien te habla. Gran parte del plantel hicieron el taller de crítica teatral con Sara. Durante este periodo crearon el portal Crítica Sanmarquina en donde publicaban los comentarios de las obras de teatro y que circula hasta el momento. En el número 26 la publicación trae dos obra de teatro, una entrevista, un perfil sobre Sara, entre otros.