El Teatro de Lucía abre sus puertas evocando a la mítica Sara Bernhardt
Con
las actuaciones estelares de Hernán Romero, Lucía Irurita como la mítica Sara
Bernhardt, y la dirección de Ruth Escudero, el Teatro de Lucía abre sus puertas
con el estreno de la comedia Divina
Sarah-Memorias, pieza original de John
Murrel.
La
legendaria actriz Sarah Bernhardt (Lucía Irurita) vive su último verano. Ella y
su secretario Georges Pitou (Hernán Romero) escriben el segundo tomo de sus
“Memorias” para lo cual revive su pasado y a las personalidades que le dieron
forma a su vida. Al respecto charlamos
con la directora.
-Desde su ojo
de directora. ¿Cuáles son los puntos que destacan en este montaje?
-Los
puntos que destacan en la obra son temas dolorosos. Ella ha envejecido y ese
éxito del cual gozó se esfumó para finalmente quedarse confinada en su hogar en
compañía de su asistente.
-Una historia patética,
por decir lo menos…
-Tomar
conciencia que esa enorme vitalidad que te da el escenario y el público llegó a
su fin… Imagino que debe ser muy penoso.
-La obra toca los
últimos momentos de Sara Bernhardt. ¿Es un tema de reflexión de todo lo que le
pasó?
-Por
lo menos así lo imagina John Murrel. El hace ficción de la etapa final de Sara
quien ha envejecido y se cuestiona sobre su vida. Se pregunta para qué ha
vivido, qué ha hecho, se arrepiente de muchas cosas… Es un cuestionamiento
interior. Es como una purga.
-¿Qué implica
traer a Sarah Bernhardt al escenario?
-Sara
Bernhardt fue una mujer excepcional: la diva del mundo. Hablar de Sara es
hablar de una artista además de querida, admirada.
-Asume la
dirección de una obra cuyo estreno se da paralelamente a la inauguración de una
nueva sala de teatro en Lima… ¿Qué nos puede decir al respecto?
-¡Es
un hecho histórico! Es la bienvenida al nacimiento de un espacio que es una
necesidad tanto para el público como para la comunidad teatral. Desde mi papel
de directora trato de trasmitir energía positiva, entusiasmo para seguir un
camino de éxitos.
-¿Es la primera
vez que dirige a Hernán y a Lucía?
-A
Hernán lo he dirigido en El guía del Hemitage de Herbert Morote, un interesante
y bello trabajo mientras que a Lucía es la primera vez que la dirijo.
-Dirigir a una
actriz de la envergadura de Lucía debe ser interesante ¿no?
-Es
un “pasito a paso”, es un encuentro entre las dos y la obra. Una experiencia
fuerte, importante ya que ella es una actriz intuitiva.
-Cambiando de tema Ruth, ¿qué fue de Quinta
Rueda?
-¡Nosotros,
el colectivo como tal, nunca nos hemos separado! Las compañeras del grupo de
teatro Quinta Rueda, mujeres maravillosas, creadoras, actrices, seguimos unidas através de la amistad, sin embargo, a nivel de producción teatral no hemos hecho nada desde
“Escorpiones mirando al cielo” de César de María y “Cercos de Leningrado” de
José Sánchis Sinisterra, con Violeta Cáceres y Cecilia Natteri en escena.
- ¿Volvería Quinta
Rueda a escena nuevamente?
-Si
nace la posibilidad de hacer una producción teatral por supuesto que Quinta
Rueda retomaría el escenario.
-En la década
de los ochentas Quinta Rueda fue un grupo importante integrado por mujeres…
-
Mujeres dedicadas al teatro, la investigación, la dramaturgia y la dirección.
Fue un trabajo ejemplar el que hicimos con Quinta Rueda. Trabajamos obras cuyas
temáticas abordaron el tema de la mujer, la familia y la pareja.
-¿Un trabajo
vital en un tiempo complicado?
-Nosotros
cumplimos un rol importante como agrupación teatral durante 15 años. Todo el
elenco y quien te habla nos formamos en Quinta Rueda. Mis compañeras en la
actuación y yo en la dirección. Nuestra labor fue de un aprendizaje permanente.
-¿Ha cambiado
el teatro?
-¡Notablemente!
La dedicación al trabajo de investigación, a la creación, simplemente no
existe. Ahora todo gira en torno a la “recuperación de lo invertido”. El teatro
actualmente es un teatro “globalizado”. La mirada artística se remplazó por la mirada
“económica”.
-¿Qué perdió el teatro?
-El
teatro perdió el ritual y la autenticidad…